Capítulo 18

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Arthur🌼

Vamos sumidos en un silencio que deja que todos mis pensamientos salgan a flote. Bob y Chad me convencieron de visitar a la familia de Bob por unos días. Reviso mi teléfono varias veces, pero no sé si escribirle a Chloe, ella aún debe estar recuperándose y yo no soportaría verla herida como lo está ahora. De solo recordar como cayó al suelo por culpa de su ex y que yo no pudiera hacer nada porque Chad no me dejaba me tiemblan las manos de la impotencia.

Junto con los hermanos de Bob estamos en un gym improvisado que tienen en su casa. Algunas pesas, una máquina de correr y un ring de boxeo.

—¿Por qué evitaste que golpeara al imbecil?— le pregunto a Chad mientras golpeo el saco frente a mi.

— Denisse me hizo una señal para que te detuviera — responde apretando sus guantes—, y me avisó que la policía ya venía en camino y si tú lo hubieses estado golpeando, a ti también te llevarían a la cárcel, no tanto tiempo como a él, pero si pasarías unas buenas horas.

Los ojos llenos de lágrimas de Chloe llegan a mi mente. Es un maldito imbecil ¿Como se atrevió a robarle y agredirla? Yo lo hubiese acabado a golpes y le hubiese enseñado a respetar a las mujeres.

— Maldito imbecil — murmuró golpeando el saco.

— Él ya está en la cárcel, ella ya está bien — interviene Bob.

— ¿Vieron su rostro?¿Vieron el moretón?

Me hierve la sangre de solo recordarla a ella en el piso y el moretón en su mejilla. Pero fue tan valiente al enfrentarlo sola. No puedo permitir que pase por algo similar, ese hombre tenía serios problemas, además estaba borracho. Lo peor de todo es que no solo a Chloe le robo y la hirió a otra mujer también. Cobarde, imbecil y un completo maldito.

— Arthur lo hubiese molido a golpes — añade el hermano pequeño de Bob boxeando de mentira.

— Lo mejor era que no se metiera en problemas, además la violencia no es la solución — La tranquilidad y seriedad de Bob me sorprende. Es el hombre más burlón y explosivo que conozco.

— Arthur está muy enamorado — exclama Chad —. Pronto vivirá y cambiará solo por ella.

Ignoro sus comentarios y me concentro en golpear el saco frente a mi. ¿De verdad estoy enamorado? He olvidado esa sensación, pero ella me hace sentir feliz y emocionado. Y hace mucho no me sentía así.

— Acá siendo sinceros entre todos — habla Chad haciendo que todos lo miremos — ¿Por qué siento que soy el único que no se ha enamorado?

— Porque lo eres, hermano — Bob golpea el brazo de su hermano mientras ríe.

— Solo debes decidirte, Chad. Así encontraras el amor — añado.

— ¿Decidirme? Ja, eso es imposible — dice y bebe de su agua.

— ¿Hombres o mujeres? Se sincero — Lo acorrala Bob y su mirada se pierde en el suelo. Esta cuestionando hasta su existencia.

— Ambos, amigos. No puedo elegir, mis disculpas — expresa con su mano en el pecho.

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Los días en casa de Bob fueron gratificantes. Pasar tiempo con amigos, hablar y beber siempre serán el mejor plan. Cuando regresamos a Soonville y nos encontramos con Tam, ella se enojo con nosotros por irnos sin ella, pero Bob la convenció de perdonarnos.

Hoy tengo varias reuniones para hablar con algunos clientes. Ser agente publicitario es increíble hasta que te toca enfrentarte a los clientes y hablarle de tus ideas, porque muchas veces a ellos no les parecen creativas ni innovadoras.

Con los clientes quedamos en vernos en el restaurante Firty shif. Ese restaurante minimalista donde conocí a Chloe y mi vida comenzó a cambiar causa un pinchazo de alegría en mi pecho. Sus ojos y su sonrisa no salen de mi mente en ningún momento. Nuestra cita vuelve a mi mente y puedo imaginarla saliendo del baño después de quitarse el maquillaje y también sentada esperando que llegara y sus ojos se veían tan apagados pero cuando llegue una pizca de felicidad brilló en sus ojos.

— La idea me parece perfecta — exclama la cliente sonriendo — ¿Cuando podemos llevarla a cabo?

— Organizaré todo y creo que en unas semanas todo estará listo — respondo y estrechamos las manos.

— ¿Acá venderán margaritas? — Su pregunta me desconcierta.

— ¿Margaritas?

— Si, cocteles, señor Allen — responde la mujer y llama al mesero —. Debemos hacer un brindis improvisado por esto.

Se refería a cocteles, claro.

Después de hacer el brindis improvisado como la mujer quiso nos despedimos y me subí a mi camioneta. El teléfono comenzó a sonar en mi bolsillo.

¿Mi mamá? ¿Por qué me está llamando ahora?

— ¿Estas bien? Nunca acostumbras llamar a esta hora — digo pero sus sollozos causan una opresión en el pecho.

¿Paso algo con mi papá? ¿Jennifer volvió a molestar? ¿Alguna de sus amigas murió? Todas esas preguntas causan un escalofrío y una tensión que me hace explotar la cabeza.

— Tu papá se sintió mal. Estamos en el hospital, tienes que venir.

Y sólo esas palabras me derrumban por completo.

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Hola, gracias por estar leyendo esta historia.

¿Les ha gustado?

Puede que está historia este por acabar☝🏻🤓

No, no, aún falta mucho más💗

Colores y flores para ustedes, y continúen disfrutando de la lectura.

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Margaritas [Flores #1] (Borrador) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora