Convencidos y un poco obligados por sus mejores amigos los protagonistas crearán un perfil en una app de citas. Arthur. Chloe. Una cita. Un beso. Un torbellino de pensamientos. Nada fuera de lo común. ¿Podrá un nuevo amor superar a uno antiguo?
🌼R...
Es el primer día de San Valentín que Chloe y yo pasaremos juntos. Además es el primer San Valentín en el que llevo horas y horas pensando en un regalo para mi novia.
Chloe es muy importante para mí y quiero que el regalo que le de hoy sea igual de importante, cómo los anillos que compartimos.
—¡Arthur! ¡Decídete ya!
Obligue a Chad a venir conmigo, pero ahora desearía que no me atormentara tanto.
—Vayamos a la librería de allá —Señalo y comienzo a caminar hacia el pequeño lugar con gran variedad de libros.
Al llegar lo primero que hacemos es irnos directamente a la sección de romance. Mi chica es una fanática del amor y por eso quiero mostrarle que todo lo que ella sueña de los libros y las películas yo puedo hacerlo realidad.
—El ramo de libros es la tendencia ahora —Chad me mira con los ojos bien abiertos al escuchar la conversación de un grupo de chicas a nuestras espaldas.
—He publicado muchas indirectas para recibir uno hoy.
—Es el sueño de todas justo ahora.
Chad me golpea el brazo.
—Crees que Chloe quiera un ramo de libros, ya le he regalado mucho ramos de flores esto puede ser un gran cambio y un detalle muy lindo ¿No?
—Solo cómprale algo de una vez, lo que sea que le des le gustará.
En eso tiene razón ,pero yo quiero hacerle algo especial.
—Chicas, disculpen ¿Saben dónde puedo comprar ese ramo de libros del que hablan? —pregunto y el grupo de chicas me mira de pies a cabeza.
—Oh, si están allí —Una de ellas señala el estante junto al mostrador y varios ramos con variedad de libros destacan.
—¿Cual crees que deba llevarle? —pregunto a Chad que los observa con atención.
—Este absolutamente.
Los libros son de comedias románticas y los colores son muy llamativos como tanto le gustan.
Lo compro y al salir de la librería observo a lo lejos a las dos pelinegras pasar hacia una cafetería.
— Si te ve, se arruinará la sorpresa.
—¿No me digas, Chad? ¿Tu crees? —Frunzo el ceño y camino rápidamente hacia el estacionamiento.
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—Esta comida se ve muy bien, Arthur —dice ella cuando le sirvo de lo que prepare en su plato.
—Lo hice con mucho esfuerzo, preciosa —Dejo un beso en su mejilla y me siento frente a ella.
Hoy luce más preciosa que siempre. El vestido azul que carga deja algo de su pecho al descubierto y deja ver sus piernas tan perfectas.
—No me mires así, Arthur —dice nerviosa. Sus mejillas se sonrojan y yo río un poco.
—¿Cómo?¿Cómo te estoy mirando? —pregunto ladeando la cabeza sin apartar la mirada de sus ojos.
—Como si quisieras arrancarme la ropa —dice ella y comienza a jugar con sus manos.
—Tal vez es lo que quiero hacer —Me encojo de hombros y alza su rostro para mirarme.
—¿Y si yo quiero que lo hagas?
Me encanta cuando no se retiene y su seguridad y coquetería sale a flote mostrando esa parte de ella que me vuelve más loco.
—Chloe, antes quiero darte algo — anuncio levantándome a buscar el regalo que tanto me costó elegir.
—¡Ah! ¡Ay no puede ser! —grita y se levanta de golpe quitándome de las manos el ramo al que le coloque algunas margaritas y algunas frases de Taylor Swift —¡Es muy hermoso, demasiado hermoso!
—Sabia que te gustaría —digo sonriendo como un tonto. Ella me tiene completamente enamorado.
—¡Gracias! ¡Gracias! —Besa todo mi rostro y la alzo en mis brazos uniendo nuestros labios.
Enreda sus piernas en mi cadera y toco su cintura con suavidad. Cuelo mis manos por debajo de su vestido hasta llegar al cierre de su brasier deshaciéndome de el.
—¡Arthur, el ramo! —exclama buscándolo con la mirada.
Debe haber caído en alguna parte.
—¡Que se joda!
La sujeto del cuello atrayendo su boca a la mía. El beso comienza siendo tranquilo hasta que siento como busca más contacto con mi cuerpo y comienzo a jugar con su lengua haciendo que su respiración se agite y que las ganas de hacerla gemir se intensifiquen.
Camino con ella en brazos hacia la habitación. Se acomoda en la cama con esa mirada tan intensa y llena de emoción. Su pecho sube y baja con rapidez y sus ojos recorren todo mi cuerpo esperando que me deshaga de la ropa.
Desabrocho mi pantalón y la veo relamerse los labios. Se ven tan preciosa y tan expectante que no puedo hacerla esperar. Me saco toda la ropa y la ayudo a deshacerse del vestido.
La beso haciendo que nuestros pechos queden más juntos y pueda sentir como sus pezones piden ser besados y casi como una plegaria me pide que la toque.
Comienzo el recorrido de mi mano por todo su cuerpo desde su mejilla siguiendo por todo su pecho hasta pasar por su abdomen y llegar a ese lugar que pide ser penetrado.
Acabo con el sufrimiento de mi chica al escucharla gemir y pedir más debajo de mi cuerpo. Su espalda se arquea y su rostro está tan rojo y sudado que la beso haciéndole sentir que estamos juntos en este momento y que todo lo que hago es para hacerla sentir como una diosa.
—¡Arthur! ¡Ah, Arthur!
Al gritar mi nombre ya se que la he complacido. Su cuerpo busca mi abrigo y la recuesto sobre mi pecho sintiendo como cada vez su respiración se va calmando.
—Ha sido el mejor día de San Valentín, Arthur —susurra adormilada.
—Y los que vendrán, Chloe —Beso su frente y juego con su cabello.
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