Parte 8

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Cuando el sexo de Abril se apretó con fuerza alrededor de la polla falsa y Samantha ya no podía moverse sin lastimar a Abril, se detuvo, quedándose completamente inmóvil. Sus manos se alojaron en la espalda sudorosa de Abril, a la espera de que se calme. A medida que sus paredes finalmente dejaron de contraerse Samantha sacó el dildo muy despacio.

Abril se quedó sin aliento ante la repentina sensación de vacío antes de jadear en busca de aire.

-No te lo quites todavía -logró hablar, con la voz ronca de tanto gritar.

-Um... está bien -Samantha asintió, recogiendo a Abril en sus brazos. La levantó al estilo nupcial, Samantha llevó a Abril a su dormitorio. Sabía que probablemente necesitaba descansar después de eso.

-¿Sam? -Abril murmuró somnolienta cuando sintió el suave colchón de la cama debajo de ella.

-¿Sí Ari?

-Gracias -ella sonrió soñadora.

Samantha se rió entre dientes.

-Ya estás dándome las gracias de nuevo

-Mmmm -fue la única cosa que Abril respondió, y se quedó dormida al instante.

Mientras Abril dormía Samantha salió y se sentó en el sofá, puso un partido de fútbol en la tv. De vez en cuando miraba hacía abajo, el juguete todavia cubierto de los jugos de Abril, y sonreía. Distraídamente, Samantha lo acarició sintiendo un ardor en su propio centro.

Cuando Abril despierte Samantha ya iba a estar lista. Una sonrisa apareció en su cara al pensar eso.

Abril se despertó de su siesta.

Momentáneamente confundida, se sentó rápidamente olvidando que sus manos seguían esposadas. Sintiendo que las esposas tiraron de sus muñecas Abril miró hacia abajo y recordó todo lo que había pasado hace algunas horas. Una sonrisa se posó en su cara.

Se levantó lo mejor que pudo con las manos atadas frente a ella y se dirigió a la sala de estar. Un pequeño fuego le recorrió por todo el cuerpo cuando vio a Samantha sentada en el sofá, acariciando el dildo que aún colgaba en su cintura.

Al oir sus pasos Samantha volvió la cabeza cuando Abril se acercó al sofá.

-¿Tuviste una buena siesta? -Abril asintió y sonrió.

-Sí, la tuve. Pero ahora me doy cuenta de que estoy lista para otra ronda -Samantha gimió.

-Ven aquí -Samantha se deslizó hacia delante en el sofá hasta llegar al borde.

Abril se acercó, deteniéndose frente a Samantha quien agarró sus muñecas y le quitó las esposas. Después de colocar un delicado beso en cada muñeca dejó también un beso en su abdomen.

-Ponte de rodillas

Abril asintió con maldad, cayendo hacía abajo. Sus piernas tonificadas separándose. Abril se lamió los labios y miró a Samantha. Sus ojos se habían oscurecido. Sentada en el sofá mientras Abril dormía había permitido a su imaginación volar y Samantha se dio cuenta de que había una cosa que quería ver a Abril hacer.

-Chúpalo -Samantha exigió con su voz ronca.

Normalmente, Abril se horrorizaría ante tal descaro si fuese un hombre el que lo haya dicho, pero esta vez se encontró queriendo complacer a Samantha. Esta era una experiencia nueva para las dos. Así también sabía que si se negaba, Samantha no lo tomaría como algo personal y se enfurecería como la mayoría de los hombres.

Inclinándose hacia adelante Abril pasó su lengua a lo largo de la punta de la polla de silicón. Samantha gimió suavemente. Abril le dió un beso a la parte superior de la misma antes de lentamente deslizarla entre sus labios.

Chupándolo apenas, Abril se apartó y rodeo con su lengua la punta. Abril podía sentir los ojos de Samantha observando cada movimiento. Con el objetivo de querer encenderla más, Abril lentamente tomó cada centímetro del juguete por su garganta.

Las manos de Samantha agarraron el sofá.

-Dios Abril. ¿Puedes hacer eso otra vez?

Mojando sus labios Abril se inclinó hacía delante. Esta vez, sin embargo, cuando se metió la polla por la garganta, deslizó sus manos bajo el anés y empujó dos dedos dentro de Samantha. Un gruñido salió de Samantha y esta luchó para mantener sus manos quietas. Ella no quería nada más que agarrar la parte posterior de la cabeza de Abril y hacer que se la trague toda.

Abril se apartó para tomar un respiro, todavía deslizando sus dedos dentro de Samantha. El movimiento era limitado debido al arnés, pero a Samantha no parecía importarle. Si hay algo que se sentía con más fuerza, eran los dedos de Abril atrapados, enterrados dentro de ella. Cuando miró a Samantha, Abril vio sus puños agarrados en el sofá. Una sonrisa adornaba sus labios carnosos.

Moviendo los dedos y lamiendo la punta de la polla Abril miró hacia la cara excitada de Samantha.

-Hazlo Sammy

Los ojos de Samantha, que se habían cerrado en algún momento en el tiempo, brillaron. Su respiración eran jadeos pequeños y sus músculos estaban apretados alrededor de los dedos que estaban jugado dentro de su sexo.

-¿Qué?

Abril pasó su lengua desde la base del juguete, hasta arriba, envolviendo con la lengua la punta un par de veces. Las caderas de Samantha se sacudieron y bajaron de nuevo en un profundo gemido.

-Eso Sammy. Hazlo. Déjate llevar y oblígame a tragármela toda

Samantha tragó saliva, sacudiendo la cabeza.

-No puedo hacerte eso... ¡oh Dios!... a ti

Abril había metido de golpe sus dedos y aceleró la velocidad. Sus paredes vaginales se estaban cerrando rápidamente mientras Abril trabajó con sus dedos en un frenesí. Sin embargo, parecía que Abril tenía la intención de mantener a Samantha en el borde hasta que acepté lo que le había pedido.

-Si puedes. Te acabo de decir que estaba bien -Abril respondió simplemente, sin entender por qué Samantha se negaba a dejarse llevar.

Samantha volvió a gemir cuando la lengua de Abril se agitó contra el juguete y sus dedos se metieron en su coño.

-Oh, mierda -el sudor le chorreaba por la espalda por su intensa concentración en no empujar sus caderas- No... no quiero hacerte daño. Yo no... no podría parar -Samantha respiraba pesadamente.

Abril se tragó la polla entera de nuevo antes de retirarse. Samantha estaba temblando, literalmente, por el esfuerzo de no hacer lo que Abril le sugirió.

-No quiero que te controles, yo confío en ti -para acentuar sus palabras Abril sacudió sus dedos a través de su apertura antes de meterlos de golpe de nuevo. Samantha grito de placer.

Apretando sus puños hasta que los nudillos se le pusieron blancos, Samantha dejó escapar un gruñido, Sus manos agarraron el pelo castaño de Abril.

Tirando con firmeza, pero no lo suficiente como para lastimar a Abril, Samantha guío su boca hacía el dildo.

-Vamos Ari, trágatelo todo

Explicit Content | Rivari +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora