El Jardín De Los Sueños (The Black Garden)

Capítulo 3: Crimen Y Castigo

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Crimen y castigo

—¿Es seguro?

—No he visto a alguien robarse un libro además de nosotros. No se lo pueden comer...

—Tienes razón —Mars ve como Dina oculta los dos libros que acababan de robar bajo una caja en la calle. Se preparan e intentan calmar los nervios para poder acercarse a casa y saber de qué podrían estar hablando los guardias del pueblo con su madre. El encargado de la biblioteca estaba a un lado del grupo así que ya esperaban las malas noticias, de algún modo habían sido atrapados y sabían dónde encontrar a su madre.

Los dos hermanos se asoman una vez más por una esquina desde donde ven hacía el grupo de adultos. Ya se han asomado dos o tres veces antes intentando planear lo que van a decir, ¿Qué excusa podrían dar? —Bueno... creo que es mejor que vayamos ahora —Dina respira profundo y mira a su hermano, temblando del frío. —S-sí, no creo aguantar más acá... No sé ya si estoy t-temblando de frío o miedo...

—Todo es para un total de... —el líder del grupo de guardias está sumando mientras escribe en una libreta—2200 Talios y... otros 2400... llevo... —cada suma le cuesta un poco, pero intenta no mostrar el esfuerzo frente a sus compañeros y Lyn, la madre de los hermanos Decker. —Van 13.200, capitán... —uno de los guardias le susurra para ayudarlo. —Ya lo sé, Ymarnar —el capitán aleja su oreja rechazando la ayuda. Después de un rato de complicadísimas operaciones matemáticas. —Los dos libros que sus hijos robaron hoy más los otros que se han llevado de la misma biblioteca son 40.000 Talios. —el capitán mira a Lyn Valiem quien está de pie en medio de todos los hombres con los brazos cruzados oyendo el alto valor que debe pagar ahora por los crímenes de sus dos hijos. Con un gesto completamente amargo, casi como si estuviera enojada todo el tiempo, las ojeras bajo sus cansados ojos reflejan muchos años de trabajo. Escuchar cómo sus hijos robaron un montón de libros cuando se suponía que debían estar consiguiendo la comida del día es de las últimas cosas que quisiera oír. Aun así, no muestra demasiado reacción o emoción por la noticia frente a los guardias.

—¡Y agradezca que solo le estamos cobrando mis libros! —el encargado de la biblioteca se mete en el circulo señalando a Lyn con el dedo justo frente a la nariz de la mujer—Deberíamos llevar a esas pequeñas ratas a una prisión, en especial a ese niño...

—Ya basta —uno de los guardias aleja al encargado, ha notado que la mirada de la mujer cambió un poco viéndose más enojada de lo normal. Dina y Mars se acercan con mucho cuidado para poder escuchar la conversación sin dejarse ver aún. «Voy a llevar el dinero cuando lo tenga...», oyen a su madre decir para darse la vuelta y volver a la casa.

—Escúcheme, señora Lyn —el capitán cierra su libreta y la guarda en una bolsa que lleva colgando del hombro—Sé que la situación no se ve bien y el precio a pagar es bastante alto, pero puede que encontremos mejores formas de... retribución —le dice a la madre de los hermanos antes de que ella se meta a la casa.

El encargado escucha esto y se acerca algo confundido—¿De qué habla? Yo necesito mi dinero, capitán —le reclama poniéndose en frente. —Apártese de mi rostro —el capitán empuja con una mano al encargado quitándolo de en frente de él. —¿Qué está ofreciéndome? —pregunta Lyn mirando a los hombres ya con un pie dentro de la casa. —Se ve bastante solitaria cuando sale de acá para su trabajo, señora... —el capitán sonríe levemente—Yo podría acompañarla y cuidarla en el camino, hay un lugar donde...

—Cállese —interrumpe Lyn de forma seca y directa. —No necesito compañía... No me interesa su propuesta. Voy a reunir el dinero y llevarlo al recaudador de la guardia cuando lo tenga.