Nos quedamos un rato reflexionando...
- Entonces no hay ninguna substancia maligna? - pregunté yo.
-No. - dijo Stephan
Jack no decía nada. Estaba completamente callado.
- Y cómo sabias que me daban miedo los murciélagos?
- Un día fuimos de excursión a una cueva con un guía y al decirnos que podrían haber murciélagos dentro, tu te empezaste a marear y quisiste quedarte en el bar de la tienda de recuerdos.
- Ah...
- Y vosotros? que os ha pasado? sabéis algo de porque tenia que decir vuestros miedos?
Le expliqué lo sucedido ya que Jack no pretendía hablar.
- De modo que os he traicionado... - parecía que le hubiesen dado la peor noticia.
-No digas eso! Tu no lo sabias. No puedes echarte la culpa. - dije intentando animarle.
- No podías mentirle? - Jack volvió a hablar, pero de una manera inútil - Tenías que decirle eso?
Stephan miró a Jack. Y Jack le devolvió una mirada asesina.
- Cómo puedes decir eso? - me había quedado con la boca abierta - Jack, cómo puedes decir eso?
- Si él no lo hubiese dicho ahora como mínimo no me odiarías.
- Jack... no digas eso. - dije - yo no te odio. Yo te quiero. Pero ahora tienes que comprender que me enfade. Si él no lo hubiese dicho tu seguirías con la angustia. Y aunque siga bastante molesta contigo, no te odio.
- Yo... - dijo Stephan - se lo dije por miedo. No sabia que lo usarían contra vosotros aunque era de deducir... Jack no se equivoca tanto. Podría haber mentido y así no perjudicaros tanto. También pensé que podrían estarme vigilando y que si mentía podría notarse enseguida.
- No digas eso.