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Habia dejado de llover. Durante el recorrido oí como ponía una música, una que no había escuchado antes, pero que de alguna manera hacia que el momento se volviera íntimo. Tanto que me puse nervioso, hasta preferiría que colocará rock de metal muy pesado.

--¿que canción es esa?__pregunté.

--Por una cabeza__ dijo relajado.

Desvíe mi rostro hacia su dirección__--¿que clase de título es ese? Da miedo.

--Pero, es preciosa ¿verdad? Te hace sentir enamorado, porque eso me hace sentir y por eso es esta la canción que quiero bailar en el concurso.

Me apoyé en el asiento fingiendo que podía mirarlo.

--¿por qué me miras?__ dijo, hasta que chasqueó la lengua al darse cuenta de su error__--En mi defensa, siento que me ves.

--Lo hago__respondí, porque sentía eso, su voz me hacía sentir eso, que lo veo. Por unos instantes deseé poder verlo, solo por curiosidad.__--Es verdad, la canción es muy preciosa ¿tango?

--Si, eso quiero, quiero bailar tango con esta canción.

De repente un foco se me encendió. Joder, solo habían pasado unas horas y ya tenia la solución a mis problemas.

--¿y dices que no tienes pareja para el baile?

--Pues si. Pero estoy seguro que pronto lloverán propuestas. No es por presumir pero realmente soy bueno y créeme, cualquiera quisiera bailar conmigo.

--Si estas presumiendo.

--a veces hay que dejar la humildad a un lado para sentirte bien__ concordaba con él. Ahora con la nueva información se me complicaba un poco, solo necesitaba ser amable y convencerlo de bailar conmigo__--Ya llegamos.

Abrí la puerta y salí del auto sintiendo el olor a mar. Con la brisa fresca.

--¿Me trajiste al mar para ahogar mis gritos en el agua?

--Si eso quieres puedo hacerlo__ dijo coqueto, me reí por su confianza.

--Tampoco es por presumir pero solía ser muy popular, a mi llegaban propuestas de todo tipo nunca me faltaban, regalos, cartas y muchas declaraciones...

--Bueno, eres guapo, no dudo de tu palabra.

Hoseok me sorprendió cuando agarró mi mano, me sentí nervioso e instintivamente cerré un poco mis ojos, el empezó a llevarme hacia adelante.

Oí las olas del mar muy serca, entonces se detuvo.

--Me gusta ver el mar__ me dijo.

--Yo quisiera poder verla__confesé __--Me gustaba mucho venir también, lo hacía para poder desestresarme.

--Se que suena cliché y cursi, pero puedes oírla y sentirla, tienes esos sentidos muchos más sensibles ahora.

--Tienes razón__respondí soltando su mano__--Eso es tonto y cliché.

Otra vez se hizo el silencio. El no volvió a hablar hasta los próximos veinte minutos, lo oí caminar hacia otra dirección alejándose de mi.

--Volveré. Dame unos minutos __me dijo antes de que pudiera dejar de escuchar sus pasos. Posiblemente lo había hecho enojar y me había abandonado al lado del mar. Sería la segunda vez que me abandonan. Así que otro nudo en la garganta con nerviosismo creció en mi. Al cabo de otros diez minutos cuanfo empezaba a ponerme ansioso oí pasos a lo lejos hasta que caminó para quedarse a mi lado y sujetar mi mano colocando algo frío entre ellas.__--Es helado, a mi me gusta.

--Hace frío. Apenas ha dejado de llover y compras helado.

--Sabes, tengo la mala costumbre de hacerlo. Lo hago desde niño.

EL DIARIO DE UN CIEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora