SILVER LINING¹ ☾︎ 𝐊. 𝐌𝐈𝐊𝐀𝐄𝐋𝐒𝐎𝐍 - TRADUCCIÓN

|BAYOU, DOCTOR, BAD|

Llegó un nuevo día cuando Agnes apareció en la casa. Lo que hizo que Odette se preguntara por qué tantas visitas de brujas. Agnes apareció mientras Hayley y Odette estaban en la sala de estar. Hayley sentada en el sofá hojeando un libro para padres que anteriormente había estado leyendo en voz alta. Mientras Odette había estado recostada en el mismo sofá que Hayley, con los pies descalzos sobre el regazo de su amiga tratando de descansar.

Agnes estaba sentada frente a los dos lobos en su propio asiento, diciéndole a Odette que necesitaba ver a un médico. Mientras Rebekah también estaba cerca, el vampiro sentado en la habitación se conectaba a la sala de estar de espaldas a ellos y hacía lo suyo.

–¡Agnes, me siento bien!– Odette le exclama a la bruja mayor y luego se gira para mirar a Hayley –De verdad.

–Estás retrasada para tu revisión–, afirma Agnes, que era la verdad. Desde que le dijeron que estaba embarazada, Odette aún no había sido revisada para ver si todo estaba bien con el bebé.

–¿Qué quieres que haga? ¿Atravesar el barrio para una ecografía rápida? ¿Una licántropo acompañada de una bruja? No hay nada que ver aquí–, dice Hayley sin ver cómo el plan de las brujas era seguro de alguna manera. Desde que salieron al Barrio Francés y casi fueron capturados por los vampiros, por lo que Hayley se disculpó, Hayley ha sido protectora con lo que Odette hace y no hace.

–Lo que Hayley quiere decir es que como los licántropos no son bienvenidos en la ciudad de Marcel, una visita al médico es un no–, afirma Odette y, cuando las palabras salen de su boca, se da cuenta de lo mala idea que es no visitar a los médicos durante el embarazo, especialmente porque Había pasado mucho tiempo desde que ella había ido al médico.

–Muchas mujeres matarían por tener un hijo. Me duele ver que tu no cuides mejor el tuyo– dice Rebekah con un dejo de celos en su voz lo que hace que Odette gire la cabeza para mirar a la rubia pero porque estaba acostada solo podía ver el sofá frente a ella.

–Conozco a una doctora en el pantano, no es muy conocida. Me tomé la libertad de hacer una cita para ti. Esta noche, muy tarde, solo nosotras. Los vampiros nunca se enterarán–, dice Agnes, lo que pareció ser lo suficientemente buena para Hayley, Odette miró a Hayley y ella asintió con la cabeza en silencio diciendo que lo aprobaba y que iría con su amiga.

–Está bien, iré pero voy a tomar mis cuchillos–, dice Odette, que no estaba dispuesta a cometer el mismo error de la última vez al salir desarmada de la casa.

–No harás tal cosa–, protesta Agnes, lo que hace que Odette mire a la bruja con escepticismo, pero luego Agnes continúa hablando, –la doctora nos está haciendo un favor. No quiero que se sienta amenazada cuando vea que llevas cuchillos a su oficina.

–Bien. Usaré uno de los muchos cardigans de Hayley–, dice Odette mientras mira a Hayley con una sonrisa que hace que ella le envíe una mirada furiosa.

–De acuerdo, será la doctora de bebés en el pantano–, dice Hayley mientras mueve las piernas de Odette para levantarse y luego extiende una mano para poder ayudar a Odette a levantarse. Una vez que Odette estuvo de pie sobre sus dos pies, abandonan la habitación, pero no sin que Odette se despida de Rebekah. Hayley y Agnus esperan a Odette abajo, ya que ella había subido las escaleras para ponerse una chaqueta de punto, ponerse los zapatos y, como prometió, deja los cuchillos.

El largo viaje hasta el Bayou transcurrió en silencio y la radio sonaba para cubrir el silencio. Era la primera vez que Hayley y Odette regresaban al Bayou, sólo que esta vez era con un propósito diferente. Era de noche cuando Agnes estacionó el auto afuera del consultorio del médico, que parecía más bien una cabaña.

–¿Estás segura de que está es la clínica de la doctora?– Odette pregunta desde el asiento del pasajero mirando por la ventana, ya que nunca hubiera imaginado que la vieja cabina roja era el consultorio de un médico.