II

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Capitulo II
Sombrero de Paja

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No siempre justo
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Redujo sus ganas de vomitar ante el horrible sabor, las arcadas estaban presentes pero no expulsaría el contenido de su estómago. No había recordado el tan horrible sabor que poseían las frutas del diablo, estaba seguro de que era porque cuando se comió la suya en su vida como Portgas D Ace había estado muriendo de hambre durante casi dos semanas en la isla sixis cuando consiguió la fruta, suponía que todo sabía mejor cuando te estabas muriendo de hambre.

Miro el resto de la fruta y sabía que debía comérsela toda, suspiro agobiado por el sentimiento de asco y se resigno a comersela entera, era mejor si lo hacía rápido. Al terminar de comer cayó de rodillas mientras se lamentaba por el horrible sabor, en serio quería vomitar completamente esa cosa.

Detuvo las pequeñas arcadas involuntarias cuando lo sintió, sonrió ante la reconfortante calidez que recorría de arriba abajo todo su pecho, observó fascinado como, al igual que la primera vez, su brazo comenzó a liberar candentes flamas rojas y naranjas, el sentimiento de nostalgia se apoderó nuevamente de su ser mientras veía embelesado el como las flamas danzaban con total libertad en la extremidad.

"No sabía cuánto extrañe esto" susurro mientras sonreía alegremente, había vuelto a tener la mera mera en su poder. Podía sentir el calor del fuego en sus venas, y más que sofocante como pensarían muchos, lo encontraba reconfortante, después de todo, el fuego había sido algo increíble para él tanto en su vida de pirata como en la nueva.

Las llamas habían comenzado a responder a el casi al instante, lo reconocieron sin duda alguna, formó numerosas figuras y formas con estás, las formas no eran perfectas pero sinceramente que se podría esperar de casi 5 años sin lo que el consideraba otra parte de su cuerpo.

"Ace, la cena está lista, mamá dice que vayas al comedor"

Reaccionó muy tarde, demasiado tarde para su gusto. Fuyumi, la que ahora era su hermana mayor, había entrado a la habitación sin tocar la puerta y lo vió jugando con fuego, literalmente. La niña de once años pareció tardar un poco más de lo requerido en reaccionar a lo que vio pero cuando lo hizo sonrió grandemente y comenzó a elevar un poco su voz.

"¡Ace tienes un d-!" No le permitió el terminar, rápidamente cerró la puerta tras Fuyumi y la tumbó en el suelo con un deslizamiento de pierna, suspiró aliviado cuando pareció que nadie había escuchado eso. "¡Eso dolió!" La niña le envío una mirada molesta por haber sido tumbada al suelo con tanta brusquedad.

"Lo lamento Fuyumi pero no quería que toda la casa de enterara de mi 'don'" Susurro deteniendose por unos breves segundos antes de la última palabra, pronunciando la como si fuera extraño llamar así a el fuego que invocaba "No quiero que el viejo bastardo se enteré"

Fuyumi no emitió sonido, analizando por unos segundos la respuesta que le había dado, pareció entender su decisión cuando sus ojos le transmitieron comprensión y tristeza, simplemente asintió e hizo un gesto, pasando su mano por sus labios como si fuese un cierre y moviendo la simulando el cerrar con llave.

Ella comprendía, el entrenamiento de Shoto había sido un infierno total y ambos preferían ser ignorados por Enji Todoroki a estar en su punto de mira después de la demostración con el primer y cuarto hijo. Fuyumi y Natsuo habían tenido la suerte de poseer dones inútiles a la vista de su padre, no fuertes ni vistosos como para ser un héroe que supere a All Might. No quería que su hermano pequeño tuviese que soportar de una vida de dolor por un secreto que no pudo guardar por lo que decidió mantenerse callada al respecto y no volver a mencionarlo nunca.

No siempre justoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora