Capitulo IV
Falsa piedad╭────────────────🂡.°୭̥
No siempre justo
╰────────────────🂡.°୭̥Volver a tener narcolepsia era algo que le molestaba, pensó tontamente que nunca volvería a tener esa estúpida cosa, pero no, aquí estamos de nuevo. Gruñó frustrado al caer inconsciente en medio de su camino al baño, despertar con Touya dibujadole la cara con un marcador era una molestia muy similar a lo que sus nakamas hacían en su vida pasada cada que caía por su narcolepsia.
Al menos sabía que el trastorno narcoleptico no le causaría problemas en combate o al entrenar, mucho menos si tenía su medicación a la mano.
Después de la cena de hace una semana, Ace había entrado a su habitación como si nada hubiera pasado, desconcertando a sus hermanos a quienes casi les da un infarto por el abrupto desmayó en medio de la comida, ese no había sido su mejor momento. Ya estando en su cuarto se dirigió a la computadora que estaba sobre su escritorio y busco en las noticias lo sucedido en el museo, ese villano le había dado mala espina y no tenía idea del porque.
La habitación de Ace era muy distinta a el resto de la casa, el tatami había sido reemplazado con un sueño de madera oscura y las paredes fueron pintadas de un naranja suave, tenía una cama de estilo occidental en vez de un futon y el resto de su cuarto seguía la misma temática, se sentía más cómodo de esa forma, el estilo de occidente sin duda era su favorito.
Fue fácil encontrar lo que estaba buscando, como sospechaba el villano había logrado escapar llevándose con el numerosas cosas que se encontraban en exhibición entre estás un eternal pose, el periodista comento el robó del sombrero de paja del segundo rey pirata y las katanas de Zoro pero ninguna otra y eso ciertamente lo confundió. Si ninguna otra espada fue robada eso significaba que el villano no había conseguido lo que buscaba en el lugar, frunció el ceño.
¿Que era lo que había estado buscando?
La pregunta había estado rondando por su mente durante toda la semana antes de irse a el parque takoba para reunirse con Zoro, esperaba que el espadachín de su hermano no se perdiera de camino.
Miro al reloj, eran las 5:30 pm y Zoro todavía no había aparecido, el cielo comenzaba a tornarse de tonos rojizos y el sol se ocultaba en el horizonte, no quería estar en este lugar durante la noche. El lugar le recordaba mucho a Gray Terminal, la playa estaba repleta de chatarra, cosas que las personas no querían y lanzaban a la arena para deshacerse de ellas, chasqueo la lengua ante todas las cosas que todavía se encontraban en buen estado y que habían sido tiradas aquí, si hubiese encontrado este lugar siendo el pequeño mocoso Portgas D Ace sin duda alguna habría estado contento, es decir, tenía un refrigerador al lado por Dios mío santo.
A poco faltar para las seis de la tarde, apareció el infame cazador de piratas Roronoa Zoro, el niño había entrado a la playa como si nada y lo saludo, como si no hubiese estado esperándolo durante casi una hora en una playa.
"¿Te perdiste?" La pregunta fue sarcástica, sabía que el marimo se había perdido y no necesitaba una respuesta.
"Yo nunca me pierdo, las casas y calles cambian de lugar, eso es todo" Se veía tan confiado y seguro de si mismo que Ace no quiso seguir burlándose de él.
Habían intercambiado número de teléfono para mantenerse en contacto por si encontraban a Luffy, Sabo o a un miembro de la tripulación de los mugiwaras. Platicaron durante un rato y al final, antes de despedirse, Zoro le pasó un tanto reacio el sombrero de paja que le había entregado en el museo.
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No siempre justo
Hayran KurguLa era de la piratería fue conocida como uno de los movimientos más grandes en la historia del planeta desatando numerosos eventos que dejarían con la boca abierta a cualquier persona del mundo actual que viera la locura en esa época, lastima que la...