Armanway

Capitulo 8

El sol se escondía tras los edificios y la luna presentaba indicios de asomarse ligeramente como de costumbre. Conway se adentró a su vehículo con delicadeza, pensando con precisión en lo que haría a continuación.
Había decidido ir al taller y hablar con Armando para aclararlo todo.
Puso las llaves y arrancó el coche, salio del aparcamiento y fue rumbo al taller.
Al llegar contempló el lugar durante un largo periodo de tiempo. Estaciono el coche en el aparcamiento y busco al mecanico lo mas rapido que pudo con la mirada.

Y ahí estaba.

Vio a Armando Gruas.

Y Armando Gruas le vio a él.

El mecanico no dudo en acercarse, le tomo 4 segundos en hacerlo.

-Conway.. no pensé que te volvería a ver por aquí. -dijo el mecánico con una sonrisa reluciente mientras se rascaba la nuca.
-Yo tampoco lo pensé -respondio el superintendente cortante. -tengo que decirte algo.
-Precisamente yo también, pero empieza tú.
-No, mejor tú
-De acuerdo, pero necesito que vengas a mi despacho.
Conway asintió y siguió al mecanico mientras pensaba muy bien en lo que le diría.
Armando cerró la puerta y se aclaró la garganta para comenzar a hablar.
-Conway, siento lo del beso, se que estuvo mal pero no pude controlar mis intenciones. - Dijo el mecanico manteniendo contacto visual en todo momento. Sus ojos expresaban arrepentimiento, cosa que conway captó, por lo que conway le respondio de la forma mas sincera posible.
-Precisamente venía a hablar sobre eso, es cierto que no puse resistencia y que correspondi, no habia razon por la que enfadarme en una situacion asi, pero..-conway hizo una pequeña pausa para tragar saliva-pero me dio miedo continuar. No es algo que esté acostumbrado a hacer. Por lo que simplemente intente evitar lo que estuve evitando por mucho tiempo.
Armando Sonrió ligeramente y toco el hombro de Conway dandole a entender que le entendía.
-Lo entiendo, e insisto, de cualquier forma es mi culpa, debí haber pedido permiso..
Conway asintió levemente, aun mirando al mecanico.
Armando se acerco un poco.
-¿Puedo? -Preguntó de forma educada, tratando de dar el paso definitivo que concluiria todo.
Conway se acerco otro poco y asintio, aunque su mirada estaba llena de dudas.
El mecanico dio ese paso que ambos necesitaban en aquel momento decisivo. Le dio otro beso a conway. Y conway correspondió.
Armando le fue empujando hasta la pared, y esta vez conway no mostró ningun signo de incomodidad o arrepentimiento.
El superintendente en un momento dado abrió los ojos con delicadeza, su mirada se posó en el mecanico, y despues en el sofa que estaba a su izquierda. Justo detras de un cojin visualizo algo extraño; una especie de mascara de color negro.
Armando mientras tanto, sin ser consciente de que Conway estaba viendo algo que no debería ver, prosiguió con lo que estaba haciendo, esta vez volviendo al cuello.
Conway puso ambas manos en los hombros del mecanico mientras el recien mencionado hacia lo suyo y elevo un poco la cabeza para tener una vision mas amplia de lo que estaba presenciando en el despacho del mecanico.
Y efectivamente era lo que creía; un pasamontañas típico de mafias. Y se parecia al del individuo que la vez que conway estuvo herido intento ayudarlo alejandolo del resto de mafiosos con intencion de matar.
Conway rapidamente alejó al mecanico, con los ojos abiertos como platos, asombrado al descubrir quien era Armando en realidad.
-¿Que pasa esta vez?- Preguntó el mecanico un poco molesto tras la accion repentina de conway.
-Tu..-dijo conway con una voz entrecortada. -¿eres aquel mafioso que me "secuestro"?
Armando vio como conway desplazaba su mirada hacia el sofa, asi que el hizo lo mismo, y vio el pasamontañas. El mecanico cerro los ojos con brusquedad, se mordio el labio inferior y dio un suspiro profundo.
-Conway, yo..
-No, es suficiente- gruño conway- Estas detenido-dijo mientras procedia a sacar las esposas
Armando le quito las esposas de forma rapida.
-Armando, damelas!— Demandó Conway
-No, conway, escuchame
-Dejate de tonterias, eres un mafioso! Y seguramente eres miembro de la mafia que intentaba matarme
-Pero yo te salve!
-Tal vez lo hiciste por interés..-conway fulmino a Armando con la mirada- claro, es eso, solo me quieres por interes. Has intentado ganar mi confianza solo para eso...que idiota he sido
-No, conway, no es eso.
-Da igual lo que digas, dame las esposas.
Armando tiro las esposas al suelo.
-No. -dijo negando con la cabeza.
Conway empujo a armando casi tirandolo al suelo y saco la pistola que habia en su pistolera para apuntarlo directamente a la cabeza.
-Confíe en ti, Armando.
El recien mencionado con un movimiento eficaz, le arrebató la pistola a conway al estar a escasos centimetros.
Conway siemplemente le miro decepcionado.
-No quiero hacer esto-dijo armando mientras le quitaba las balas a la pistola y la tiraba al suelo, lejos del alcance del superintendente.
-Pues no lo hagas y entregate, bastante daño has hecho ya-contesto conway tratando de ignorar el nudo en la garganta que se estaba formando. Por un momento, habia llegado a corresponder el amor de Armando, pero al descubrir quien era de verdad, todo ese amor que se habia ido almacenando desvanecio, aunque no por completo; ya que en el fondo aun seguia sintiendo algo. Intentaba convencerse de que armando no era asi, que solo era un mecanico, pero sabia que no.
Tal vez era esa la razon por la que conway, en el momento en el que vio a armando por primera sintio algo raro, como si ese sujeto no fuera de fiar.
Conway se preparó para pelear con armando. Estaba dispuesto a hacerlo tras lo sucedido. Por lo que intentó darle un puñetazo, pero armando lo esquivo y volvio a hablar.
-Conway, para
El recien mencionado hizo caso omiso y se avalanzo sobre el mecanico pegandole un par de veces. Armando le empujo y le tiro al suelo para posicionarse encima de el mientras le agarraraba las dos manos para que dejase de pelear.
-Sueltame!- grito el superintendente intentando dar patadas para alejar al mecanico, pero no sirvió de nada, el estaba en el suelo y armando sobre el cogiendole ambas manos para intentar inmovilizarlo
-No te soltare hasta que me escuches- insistio armando
-No hay nada de lo que hablar, deberias estar en la carcel