𝐓𝐡𝐞 𝐩𝐫𝐨𝐦𝐢𝐬𝐞 𝐨𝐟 𝐭𝐡𝐞 𝐦𝐨𝐨𝐧

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El avión aterrizó.

Fue un viaje de muchas horas, donde no descansó ni un un rato. Se la pasó en vela mientras su mente sobrepensando las cosas.

Estaba cansado de que su privacidad fuera
un tema del cual se podía hablar. Harto;
estaba harto de que  lo tomaran como un idiota.

Se sentía con rabia y dolido de que hablaran pestes de él. Y odiaba saber que era por su nacionalidad, siendo xenófobos y racistas.

Y en ocasiones olvidaba que era un deporte donde últimamente el dinero era más importante.

Solo un negocio.

Donde el amor no tenía cabida.

Sentía que desde hace tiempo ya no era un deporte, lo habían convertido en un montón
de dinero y solo eso importaba.

En ocasiones sólo quería retirarse, sentirse libre de la crítica, sin tener que vivir presionado siendo criticado por la prensa.

Cada Gran Premio era lo mismo. Siempre
le preguntaban cosas que lo incomodaban.

Siempre levantaban esos estúpidos rumores
de que "No tendría asiento en 2024" "que Daniel lo remplazaría" Y un montón de
cosas, a la que estaba cansado de responder.

Solo quería soñar.

Anhelaba ser libre, correr entre la arena de
alguna playa del mundo. O mejor en Cancún en su propio país, sin ser reconocido por
nadie.

Ser feliz y disfrutar sin tener que ser un "modelo de persona" a quien tanto presionaban como si no fuera humano.

Soñaba con sentir la arena entre sus manos,
correr mientras reía, andar de la mano con
quien amaba. Poder equivocarse sin recibir
críticas de millones de personas.

Solo deseaba ser feliz con Max.

¿Que necesitaba para ganarse ese destino?

Tal vez en otro universo, las cosas fueron distintas.

Checo necesitaba un respiro, solo necesitaba estar entre los brazos de Max y sabia que
sería feliz. Añoraba su amor y no pensaba perderlo.

El clima en Hasselt, no ayudó para nada a
su mal humor, el día estaba completamente
lluvioso, el cielo tronaba y resonaba fuerte.

Se sentía deprimido con el clima.

Era tan diferente a su Guadalajara, que
seguramente estaría más caluroso que el mismo desierto del Sáhara.

Sabía la dirección de Max, ya que este se la había dado por cualquier cosa. Se mojó un poco pero logró llegar. Tocó la puerta un par de veces esperando ser abierta rápidamente,
ya que el clima era pésimo.

Siguió tocando por un par de minutos, sin
respuesta. Su cuerpo se sacudió en pequeños
temblores gracias al frío.

Escucho unos pasos detrás de la puerta.

— ¡Max! Ábreme.. por favor — suplicó, tembloroso.

— ¿Sergio? — Max abrió la puerta encontrándose con su compañero, completamente mojado y titiritando.

— ¡Tienes que oírme! — dijo tan pronto se
topó con los ojos azules de su compañero.

— ¡Pasa! — ordenó.

Checo obedeció, dentro la temperatura era
calentita se sintió reconfortado por ello, pero
Max lo miraba de una forma a la que no supo descifrar

— ¿Que hacías ahí, pudiste haberte
congelado! — Le regaño.

Max podía estar enojado y dolido con Sergio.
pero no sería tan cruel de dejarlo en la lluvia
donde se enfermaría.

☆ 𝐏𝐈𝐑𝐎𝐏𝐎𝐒 || 𝙲𝚑𝚎𝚜𝚝𝚊𝚙𝚙𝚎𝚗 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora