𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭𝐬 𝐚𝐧𝐝 𝐛𝐨𝐝𝐢𝐞𝐬 𝐮𝐧𝐢𝐭𝐞𝐝

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Checo abrió los ojos al sentir los rayos
solares golpear contra su rostro, se quejó
con una mueca en los labios. Se dio la
vuelta encontrándose con la espalda de
su compañero, que se encontraba
profundamente dormido.

Sonrío inconscientemente, acariciando sutilmente la espalda de Max que tan solo tenía una blusa ligera que dejaba en vista
su piel blanquecina, se dió cuenta de lo
tersa que era, ronroneó de placer ante la
piel de su amado, sintió como se erizaba
y entonces recordó que era demasiado friolento en las manos, las tenía heladas
como un hielo.

Escuchó un pequeño bostezo, Max se
dio la vuelta con cara de dormido, aún
tenía los ojos entrecerrados, le acarició
la mejilla del menor sonriendo,
entrelazaron sus dedos, sonriendo
ligeramente.

— Que bueno que despiertas, cariño... — saludó el mayor.

Max cerró los ojos ante la voz aterciopelada
de su acompañante, su corazón latió con
más fuerza entre su pecho ante las caricias
de su amado, lo hacía sentir cálido, le daban ganas de dormir todo el día en el pecho caliente del mayor.

— ¿Que hora es? — contestó el rubio, miró hacia el reloj de la pared dándose cuenta
de la hora, se exaltó. — son las 3:27 pm

Max suspiró, tenía tanto tiempo sin poder dormir tan tranquilamente, su cuerpo
estaba relajado cosa que no pasaba
desde....

Probablemente nunca.

Siempre se sentía tenso, con miedo a que
su padre llegase en cualquier momento
para atormentarlo a golpearlo.. su cuerpo
ya estaba acostumbrado por lo que
normalmente estaba tenso, con dolores
musculares.

Pero ahora se sentía tan tranquilo, que
sintió pereza levantarse. Sergio miró su
celular por unos minutos antes de dejarlo
y volverlo a mirar.

— Vamos.. levantémonos — pidió con una
sonrisa.

El menor negó con la cabeza.

— Noooo.. — se quejó haciendo un pequeño
puchero. — ven... — arrastró las palabras.
Sergio se acerco hasta su amado, Max rodeó
su cuello mientras le daba un beso en los labios por unos cuantos segundos antes de separarse — Quedémonos aquí...

Pidió, con una sonrisa, y ojitos brillosos,
Sergio se quedó embelesado ante tanta hermosura.

— Pero Maxie... te juro que si no fuera algo
importante, nos quedamos aquí, pero te
tengo una sorpresa.

Max estuvo a punto de hacer un pequeño berrinche pero ante la palabra "sorpresa". Enarcó una ceja mientras le daba un beso
de piquito en los labios a su compañero.

— Entonces démonos una ducha.

— Si, Max. ¿Quieres entrar tú primero? —
El mexicano se levantó, no sin antes darle
un pequeño beso en la mejilla, Max se estiró antes de levantarse por completo.

— Entremos juntos...

Sergio creyó haber oído mal, por lo que no pudo evitar detenerse bruscamente.

— ¿Que?

— es mejor entrar juntos... digo para
ahorrar agua — soltó una risita, Max
observó al mayor ponerse rojo.

— Eso no me lo esperaba — confesó.

— Esto algún día tiene que pasar, así que
no se de que te preocupas.. a menos que no quieras ducharte conmigo — soltó por lo
bajo el menor.

— ¿Qué si no quiero? — Sergio brincó de
la emoción, nunca creyó escuchar eso de
parte de Max, no era por el sexo, era
porque sentía que Maxie le estaba teniendo
la suficiente confianza por demostrarle el
cuerpo, que probablemente amaría.

☆ 𝐏𝐈𝐑𝐎𝐏𝐎𝐒 || 𝙲𝚑𝚎𝚜𝚝𝚊𝚙𝚙𝚎𝚗 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora