CAPITULO 1

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- Tienes una cara horrible, ¿hace cuanto que no duermes?

Los somnolientos ojos de SooBin se movieron en dirección a quien le había hablado. Alto, vestido impecable y con una sonrisa radiante, venía hacía él su amigo Kai. Su cabello castaño, ligeramente ondulado, le otorgaba un aire fresco y juvenil, su piel blanca acompañado toda la brillante imagen. A su lado, SooBin se sentía igual que un espantapájaros, deshilachado y drenado, de lo agotado que estaba.

Todo por culpa de sus noches en vela.

¿Gracias a quién?

A su resplandeciente amigo y su gran ocurrencia de invocar ese estúpido demonio. Sin embargo, se abstuvo de hacer comentario y prefirió hacerse el desentendido.

- No sé de qué hablas – evadió, enfocándose en el café que compró en medio de ese receso que él mismo se había dado. Y es que cuando no se duerme bien, el estar frente una computadora con una serie de números, no era la mejor combinación.

Nunca esperó que, al ir por un café a la máquina expendedora que quedaba en el pasillo, se encontraría con su amigo. Aunque tampoco era extraño, trabajaban en la misma compañía después de todo.

- Hace más de una semana que traes unas ojeras del tamaño de un mapache – indicó Kai, señalando sus propios ojos para enfatizar su punto – No me digas que...nuestro encantamiento funcionó – tarareó bajando la voz al final, como si fuera su pequeño y sucio secreto.

El efecto fue inmediato. SooBin prácticamente escupió su café de vuelta a su vaso y tosió.

- ¿Por qué crees eso? – preguntó con la voz rasposa y mala cara.

Kai sonrió y se encogió de hombros despreocupadamente, casi ignorando la exagerada reacción del otro.

- No lo sé, es solo que el demonio que invocamos es del tipo que te podría mantenerte toda la noche despierto – indicó guiñándole un ojo.

SooBin alzó una ceja, intrigado. En parte, su amigo tenía razón, el demonio lo mantenía despierto. Pero de miedo. Por como hablaba Kai, le dio la impresión que no era exactamente eso a lo que se refería.

- ¿Qué quieres decir? – preguntó, sin ocultar su curiosidad. Por primera vez en días, tenía la oportunidad de obtener la información que tanto había deseado y preguntado en sus noches en vela.

¿Qué tipo de demonio lo hizo invocar su amigo?

- ¿No lo recuerdas?

- Nop – fue su escueta respuesta, en vez de decir que no prestó atención alguna.

Kai miró hacia todos lados del corredor, una sonrisa maligna tironeando sus comisuras al notar que estaban totalmente a solas. Perfecto para soltar la bomba.

- Era un demonio para saciar los deseos...sexuales – susurró al final, sus labios rosas siendo enfáticos al formular la última palabra.

Y esta vez la respuesta de SooBin fue contundente.

Su boca se abrió de sorpresa, el agarre en su café debilitándose hasta que cayó al piso con un estrépito que hizo reaccionar a ambos. Kai brincó hacia atrás mientras que SooBin soltó un taco al notar que le había salpicado los zapatos y la parte baja de los pantalones.

Sin embargo, las manchas de café pasaron a segundo plano, en su cabeza repitiéndose una y otra vez lo dicho por su amigo.

¿Cómo es que Huening Kai pudo invocar algo así? ¿Estaba loco o qué?

Mejor dicho, él lo invocó y ni lo notó.

- ¡Wow! Será mejor que vayas al baño a ver eso. Yo me encargó de avisar para que limpien – habló Kai, reaccionando y tomando la iniciativa.

Devil Never Mistake [YeonBin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora