Capítulo 4

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Capítulo 4

Bien, ahora Harry lo ignora, no era tonto, podía notarlo fácilmente, porque la chica no era precisamente sutil.

Luego del fatídico día en que Severus se encontrara con la totalidad de la dinastía Potter (Aunque tenía entendido que había un par más de hijos Potter por ahí, algo que ciertamente no le interesaba para nada) Harry Potter se había extraviado de su radar. No es que ahora él estuviera buscándola, para nada. Las cosas se sentían más tranquila. En paz. Pero tenia una maldita espina pinchándole en el costado que le decía que la chica se estaba haciendo una idea errónea con todo lo pasado estos últimos siete meses.

Sí, el tiempo pasa volando cuando están jugando al gato y al ratón.

Dumbledore le dijo que tenía que solucionar las cosas, que no podía permitirse mostrar una faceta tan infantil si ya era un hombre hecho y derecho, pero, maldita sea, no tenía por qué demostrar nada a nadie.

Por los mismos ahora estaba utilizando el mismo método de Harry, obviamente no la encerraría en una sala en desuso como lo hizo ella hace meses, pero sí podía esperarla en su oficina, para que la muchacha no fuera a escapar.

-Demonios -dijo Harry agarrándose el pecho al asustarse cuando al entrar a su oficina se encontró con Snape parado en medio de esta -casi me provoca un infarto, profesor.

Severus la vio caminar hacía su escritorio y sacarse la chaqueta de cuero de serpiente que tenía y le ayudaba en sus clases de vuelo para cubrirla del frio.

-Creo que le debo una disculpa.

-Sé lo que va a decir y ciertamente no creo que sea necesario -dijo mirándolo tras las gafas redondas que cubrían sus grandes ojos –sé que me detesta porque soy hija de su exnovia, algo que encuentro muy infantil de su parte, pero no soy quién para juzgarlo por las cosas que haga o piense, Profesor Snape.

Severus estaba sorprendido, Harry Potter no parecía el tipo de chicas que se mostraría tan fría en algo como esto.

-Por otro lado, creo que nos conviene a ambos dejar de lado este tipo de actitudes, después de todo soy profesora titular al igual que usted, por lo que nos veremos por mucho tiempo, a no ser que quiera renunciar, algo que yo no haré y creo que tampoco quiere hacer.

Severus la miró fijamente a la mujer frente a él. Sí, era mucho más madura de lo que pensaba.

Harry vio como Severus caminaba hasta ella y terminaba extendiendo la mano frente a ella.

-Severus Snape, es un gusto conocerla, señorita.

Harry sonrió y esa sonrisa llegó definitivamente a sus ojos, tomó la mano de Severus y la estrechó con fuerza.

-Harriet Potter, pero puede decirme Harry -dijo con una alegre sonrisa -. Y el gusto es mío.

continuará...

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