1. Colisión.

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Miercoles de tarde. Farfa abandonó la oficina de correos sumido en una incesante sensación de fatiga. Luego de haber trabajado horas extra, notó que faltaba poco para que el cielo comenzará a oscurecer.

Cientos de rostros se avecinaban en su dirección y buscaba abandonar pronto el aglomerado centro.

El frío le produjo un escalofrío. El invierno de los últimos años se había precedido con más fuerza en cada temporada, volviéndose una fuerza implacable.

Mientras caminaba bajó la mirada hacia la acera: sus zapatos llevaban el mismo negro reluciente, su abrigo permanecía igual de pesado que otros días.

El retrato del cielo seguía siendo un azul nublado, porque el sol no había mejorado de su malestar.

A su alrededor, las personas mantenían su rutina ininterrumpida. Se cruzaban, se saludaban si se reconocían, se gritaban de un extremo de la calle al otro.

Aunque estas acciones fueran provenientes de personas diferentes no cambiaba el hecho de que cada día esto sucedía, y no era nada nuevo para quien sólo miraba desde afuera.

La ciudad, llena de voces y de manos artistas, de ojos cansados y otros pocos despiertos, testigo de secretos y confesiones; ella con tantos ruidos y tantas voces no podía estar más sola. Los únicos que no podían notarlo eran quienes vivían en un mundo aparte, con preocupaciones más importantes.

Farfa se animó recordando que faltaba poco para llegar a su hogar. Poco para que se apaguen las molestias y los pensamientos duerman.

Caminó lento hasta detenerse frente a la baranda del puente que cruzaba habitualmente. El agua que viajaba por debajo de él era turbia y estaba más sucia que en otras ocasiones. La falta de luz le impedía notar con claridad el despreciable aspecto que tuvo la oportunidad de descubrir con anterioridad, y agradecía entonces que la tarde le hubiera dado paso a la noche tan rápidamente.

Farfa deslizó su mano por el metal gastado de la baranda y sintió el frío haciendo contacto directo con su piel. Contempló la vista en silencio mientras repasaba algunos pensamientos en su mente. Quizás cosas pendientes, otras sin importancia.

Sin ser atraído a permanecer más tiempo parado en el puente, se alejó comprometido a retomar su camino. La idea de encontrarse pronto en su departamento impulsaba sus acciones antes de que él lo notara.

Sin embargo, no logró avanzar más que un paso antes de que un choque lo sacudiera por completo.

Una sensación indescriptible viajó por su cuerpo y se propagó en cada centímetro de su piel con inusual rapidez. Farfa se vio en la necesidad de retroceder con torpeza a causa de haber perdido su equilibrio.

Cuando levantó su mirada, encontró parado frente a él al hombre con quien se había golpeado.

¡Qué cara de espanto llevaba el pobre!

-¿Estás bien? - Farfa le preguntó por reflejo.

Las palabras abandonaron su boca con completa gentileza, como resultado de una mezcla entre genuina preocupación y un anhelo puro de olvidar la situación para llegar a casa.

Después de un lapso de sólo silencio y ojos que se estudiaban entre sí, la incomodidad lo atrapó.

- Che, ¿me escuchás?

"Cada loco se cruza uno por la calle..." pensó dentro de su creciente desconcierto.

El hombre se mostraba agitado y confundido. Su aspecto era en definitiva preocupante, y lucía como algo en lo que Farfa no deseaba involucrarse.

La noche arrastró un último susurro que los atravesó en su encuentro.

La ciudad se sumió en un silencio sepulcral.

Mientras tanto, las estrellas iniciaron calladas su pasarela nocturna mientras la luna se ocultaba en nubes pasajeras.

- Lo siento, no te había visto. - soltó el desconocido con dificultad, trabándose al hablar.

Su voz no había tenido fuerza al abandonar sus labios temblorosos. Su imagen se envolvía en un aura misteriosa e intrigante.

Cuando Farfa lo vio sonreír de manera extraña comprendió que se encontraba bien.

No necesitó más para decidirse en abandonar el lugar.

- No pasa nada.

Sin alargar más de lo debido aquel inoportuno encuentro, cruzó pasándolo de largo.

Farfa no dudó ni un segundo. Tampoco volteó para ver de nuevo al hombre que había dejado detrás de sí al momento de avanzar.

Pero, si lo hubiera hecho, habría descubierto que la misma mirada llena de sorpresa y emoción había retornado al rostro ajeno, y que aquellos ojos buscaban con desespero abrazarle a lo lejos.

Para su desgracia, la figura de Farfa se disolvió, ocultándose entre las oscuras calles bañadas en una joven noche.

Sólo entonces, aquel hombre, aún estático sobre el puente, dejó ir un respiro que había estado oprimiendo su pecho. Se arrastró como un cadáver, siguiendo un camino sin rumbo dentro de la ciudad. Fue perdiendo el eje de sus pasos mientras sentía un sudor frío recorrerle la piel.

Y las estrellas, puestas sobre ese cielo que él tanto solía observar, seguían muy de cerca su marcha, luciendo tan indiferentes a su hallazgo.

***

HOLISS, empezamos nueva historia con un cap bastante corto, ¿qué les parece? :]

Estaba super emocionada de volver a leerlos por acá, los extrañé muchísimo y no tenía planeado tardar tanto en regresar, pero ustedes vieron que a uno nunca le sale lo que espera.

Espero que les haya gustado el inicio y que el fic les agrade, tengo que mencionar que haberlo terminado y empezar a publicarlo no sería posible sin la ayuda de Mic1911, que me ayudó muchísimo a discutir la trama y prestar atención a los detalles, al igual que mitskiteradcorazon, pese a que estos temas no son sus favoritos se tuvo que comer las primeras versiones de los capítulos, y picaflorandante que siempre me da opiniones (desde que inicié básicamente) y está en cualquier momento que necesite para todo lo que tenga que ver con lo que escribo. Gracias por bancarme en mi diaria queja de pale y por hacer chistes conmigo. 🫂💕

Voy a estar editando cuanto pueda para traerles caps seguido. Sigo preparando otra cosa y espero que pronto la vean.

Los adoro muchachos, cuídense y estén bien. Gracias por tanto siempre. ❤

Puente a las Estrellas.| FarfaRich. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora