19.Un destripador

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Will actuó como lo haría cualquier animal en peligro, caminó cuidando sus pasos sin perder de vista ni por un segundo a la mujer que lo observaba desde la cocina. La mano en su bolsillo se aferró a la pequeña navaja con la esperanza de que no fuera necesario usarla, pero preparado para hacer lo que fuera necesario con tal de estar a salvo.

"Creí que nunca vendrías, por un momento pensé que estabas esperando una invitación mía, pero algo me hizo pensar que hoy llegarías a cenar y mírate, aquí estás", dijo la mujer en la cocina con una actitud relajada.

Si una persona ignorante de la situación llegara a ver esta escena, podría interpretarla como una esposa recibiendo a su marido luego de un largo viaje de trabajo, el ambiente hogareño era inconfundible. Una mujer en la cocina haciendo la cena con un delantal puesto y un hombre recién llegado que la observaba desde la lejanía, sin embargo, la realidad no podía estar más alejada de esto.

"Tú no puedes estar aquí", Will trató de impregnar sus palabras con el tono más agresivo del que era capaz.

"¡Oh, vamos!" La mujer sonaba decepcionada por la actitud del agente, "Esa no es la forma correcta para tratarme luego de que te preparé la cena".

"Vete de aquí", Will suavizó su tono, pero sus palabras seguían conservando la misma línea de determinación, "Si te vas y juras no volver jamás, te prometo que la policía no se enterará de esto, nadie tiene por qué saber que estuviste aquí".

"Will, no creo que quieras involucrar a la policía en esto", la intrusa tomó un cuchillo que hasta ahora había estado descansando sobre una tabla de picar y señaló a Will con la punta del arma, "Tú y yo sabemos que al Dr. Lecter no le conviene que esta casa sea investigada".

"¿De qué estás hablando?" Las palabras de su acosadora no tenían ningún sentido en los oídos de Will, simplemente parecían los desvaríos de una mujer enferma mentalmente.

"No finjas ignorancia",  la mujer habló retadora, pero al ver la expresión confundida de Will cambió su tono por uno eufórico, "Tu rostro me dice que no sabes nada, no tienes ni idea de qué esconde el doctor; aún estás a tiempo, aún podemos huir juntos".

"¿Huir juntos?" Will pensó que quizás cambiar a un enfoque más amable podría ayudarlo a salir bien librado de esta situación o po,r lo menmenos,sobrevivir hasta que Hannibal llegara a casa.

"¡Claro!", clamó la mujer mientras se comenzaba a acercar hasta donde estaba Will, "Podríamos ir a donde sea, escondernos juntos, vivir felices".

"¿Sin Hannibal?", preguntó Will con una falsa nota de curiosidad en la voz.

"Sin él, lejos, muy lejos de Hannibal, en donde no signifique un riesgo, debe haber algún lugar en donde no pueda encontrarnos jamás", la mujer avanzaba en pasos largos, acortando cada vez más la distancia que lo separaba de Will, pero sin soltar el cuchillo de cocina.

Will trató de calcular la manera más efectiva para quitarle el arma a la mujer sin salir herido en el proceso. La diferencia entre sus fuerzas era evidente, pero su pierna herida significaba una gran debilidad, por lo que su mejor opción era actuar hasta que ella estuviera lo suficientemente cerca y permanecer alimentando sus ilusiones de que todo estaba saliendo conforme a su plan.

"¿Por qué me miras así?" El estado de ánimo de la mujer era volátil, hasta el más mínimo estímulo parecía ser suficiente para hacerla explotar.

Will sacudió la cabeza en respuesta mientras trataba de mantener un rostro amable. El interior y el exterior de Graham estaban en conflicto, a los ojos de su acosadora se mostraba pacífico, pero sus pensamientos hervían con los cientos de resultados que podía tener esta situación. En pecho, su corazón latía con la suficiente fuerza como para hacer resonar en sus oídos el flujo sanguíneo.

"Ven aquí", luego de contemplar sus posibles salidas, Will extendió sus brazos para ofrecerle un abrazo a aquella mujer.

La acosadora no perdió ni un segundo antes de acelerar el paso para acercarse a los brazos de Will.

El plan de Will era simple, tomando en cuenta la diferencia de las fuerzas y la distracción de la repentina muestra de afecto. Graham esperaba ser capaz de quitarle el arma a la mujer para luego contenerla hasta que llegara Hannibal o hasta que fuera capaz de llamar a la policía, sin embargo, como la mayoría de sus planes, fracasó completamente. En cuanto la joven mujer sintió que uno de los brazos de Will la soltaba, se puso alerta y la situación terminó con ambos forcejeando en torno al cuchillo.

Una pelea como esa está destinada a terminar con heridos. Poco tiempo después de que comenzó el conflicto, Will percibió la calidez de un líquido que escurría entre sus dedos. Durante un par de segundos trató de adivinar si la sangre era suya o si la otra persona había resultado herida, sin embargo, todas sus preguntas se resolvieron al sentir un dolor penetrante en la palma de su mano.

Will estaba sosteniendo el filo del cuchillo con la mano cerrada.

Una oleada de adrenalina invadió a Will y su fuerza se incrementó, logrando arrebatarle el arma a la mujer, para luego hundir el cuchillo en sus entrañas. 

Una vez, dos veces, tres veces. 

Will introdujo el cuchillo en el vientre de su acosadora sin el más mínimo atisbo de control. Las heridas eran significativas, el cuchillo había terminado en el costado derecho de la mujer, del cual ahora brotaba una importante cantidad de sangre que comenzaba a manchar todo lo que se interponía en su camino.

Graham sostuvo a la mujer para evitar que esta se desplomara en el suelo y la ayudó a recostarse sobre la alfombra de la sala mientras observaba cómo sus ojos se llenaban de terror. En ese momento, una desesperanza inconmensurable invadió a Will.

Las manos de Will eran insuficientes y torpes para contener la hemorragia y el agente no hacía otra cosa más que hiperventilar.

"Por favor, por favor", Will comenzaba a suplicar entre susurros cuando notó el ruido de la puerta siendo abierta.

A Hannibal le tomó menos de diez segundos el cerrar la puerta tras de sí y acercarse hasta donde estaba arrodillado Will, "¿Qué pasó aquí?".

"No quería, no era mi intención, solo quería quitarle el cuchillo", balbuceó Will en medio de su desesperación.

"Will", Hannibal pronunció ese nombre en un tono que jamás había usado antes, uno que parecía cargar un mal presagio, "Aquí tenemos dos opciones, depende de ti decidir cuál prefieres, puedo ayudar a esta mujer o podemos resolver esto sin que nadie se entere".

"Ayúdame", La desesperación de Will era palpable en su habla.

No fue necesario que Graham repitiera sus palabras. Lecter separó el cuchillo del cuerpo de la mujer, haciéndola aspirar violentamente para luego acomodarse tras de ella sosteniendo su cabeza. Hannibal degolló a aquel ser humano agonizante ante la mirada atónita de Will, un solo movimiento fue suficiente para abrir un profundo corte del que empezó a brotar sangre en todas las direcciones posibles.

La sangre que restaba en el cuerpo de la acosadora salpicó en torrente hacia el rostro de Hannibal y Will. Ahora ninguno de los dos tenía las manos limpias.

A cult to you [Hannigram]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora