A cult to you [Hannigram]

4. Gemini pt. 2.

Con una fractura recientemente arreglada y sobre una silla de ruedas Will Graham comenzó a prestar más atención a sus alrededores, la escuela primaria estaba ubicada en una zona rodeada de casas, de tal manera que la zona nunca estaba sola y cámaras de vigilancia cubrían casi todos los ángulos. En conclusión, si había un mal lugar para cometer un crimen este era la escuela primaria de Chesapeake.

– Jack, puedes explicarme qué demonios pasó aquí – la confusión de Will es evidente, algo no cuadra con esta escena del crimen y el caos no ayuda a descubrir qué está mal.

–Quizá sabrías que pasó si no hubieras perseguido al primer niño que te encontraste – respondió Crawford sarcásticamente.

– El niño estaba huyendo, no podía dejarlo huir y arruinar la posible evidencia que tuviera la escena – trató explicar Graham visiblemente incómodo.

– ¿También era necesario fracturarse una pierna?, literalmente acabas de recuperarte de tu última lesión– preguntó Jack mientras le ofrecía una sonrisa apologética al doctor Hannibal que estaba presenciando esta escena.

–Llévame a dónde está el cadáver– Will le regaló una mirada molesta a su compañero en respuesta a todas sus quejas.

Al escuchar la dirección de la conversación Hannibal soltó la silla de ruedas de Will, – Agentes, parece que es mi momento de retirarme, no puedo quedarme a obstruir la investigación –.

– Dr. Lecter, a decir estaba a punto de pedirle su ayuda como psiquiatra, necesitamos recoger las declaraciones de los niños, pero por su estado mental nos serviría el apoyo de un profesional– dijo Jack.

– No soy especialista en infantes, pero haré mi mejor esfuerzo si eso significa apoyar a la investigación y acelerar la visita del agente Graham al médico– respondió Hannibal retomando el agarre de la silla de ruedas.

– Un médico ya examinó mi pierna y el hueso está de vuelta en su lugar, por ahora puedo trabajar– Will habló como si la persona que lo revisó no estuviera presente, sus palabras tenían un cierto tono juguetón que no era común en su persona.

–Caballeros– Jack interrumpió la conversación y les señaló el camino hacia el interior de la escuela con una mano extendida.

Los pasillos de la escuela aún tenían a algunos niños sentados en pequeñas sillas, la mayoría parecían no comprender la situación y conversaban entre ellos, pero a medida que los agentes del FBI se acercaban hacían el salón marcado con el número 7 el panorama cambiaba radicalmente, los niños de esa clase estaban rodeados de la policía local, algunos tenían una manta sobre sus hombros y otros tantos lloraban desconsoladamente.

Al llegar frente a la escena del crimen Will le dirigió una mirada a Jack y este supo inmediatamente lo que tenía que hacer.

–Evacúen el lugar, no quiero a ningún niño cerca–.

–Dejalo entrar a él, necesito a alguien que empuje la silla mientras estoy dentro– dijo Will mientras señalaba a Hannibal.

El interior del salón le traía recuerdos a Will de su propia educación primaria, las paredes cubiertas de letreros, los pupitres de madera y el pizarrón lleno de los contenidos de la clase, lo único que no le era familiar era el cuerpo de la profesora que yacía en un charco de su propia sangre.

Graham respiró profundamente y comenzó con su ritual, – Este no es el trabajo de un adulto, quién quiera que hizo esto está afuera temblando tratando de entender qué salió mal, esto es la desesperación de un niño que trataba de ayudar a su maestra o por lo menos cree que eso está haciendo, toda la clase presenció lo que pasó, se quedaron aquí mirando mientras uno de ellos abría con unas tijeras el cuello de la profesora, la verdadera pregunta es porque no huyeron antes, qué los tenía retenidos, esto no es un diseño, es el primer paso a uno –.

Desde la ventana en la puerta del salón Jack Crawford vio la confusión en el rostro de Will y comenzó a moverse alarmado, – ¿Qué pasó? ¿Por dónde comienzo a buscar al maldito que hizo esto? –

– Puedes comenzar en el pasillo– respondió Will mientras se acomodaba los lentes.

– ¿De qué estás hablando?, en el pasillo solo están las maestras y los niños–.

– Exacto, los niños están en el pasillo– el tono de voz de Will cargaba una nota de molestia producto de las dudas de su compañero.

– Graham, espero que no estés sugiriendo que voy a tener que hablar con la horda de padres allá afuera para decirles que uno de sus hijos le abrió el cuello a su profesora a mitad de la clase–.

– Justo eso estoy sugiriendo– dijo Will burlonamente – También necesito saber si encontraron algo fuera de lo común en el cuerpo de nuestra víctima–.

Beverly quien hasta ahora se había mantenido al margen de la discusión y enfocada en examinar el cadáver encontró la respuesta a la pregunta que acababa de hacer Will. – Si por algo extraño te refieres a un caramelo atorado en su garganta, entonces la respuesta es un sí–.

Will miró el caramelo que sostenía Beverly con un par de pinzas, el dulce estaba cubierto de sangre y fluidos, pero aún conservaba su redondez y encajaba perfectamente con lo que había deducido su empatía, – Jack, uno de los niños allá afuera hizo esto, no creo que su intención primordial haya sido herir a su profesora, por el contrario, me parece estaba tratando de salvarla de ahogarse, es solo que hay un cierto grado de duda en los cortes que me hace dudar de qué pasó aquí–.

– ¿Cómo sugieres que sepa quién hizo esto si ni siquiera podemos hacerlos que nos digan cómo se llaman? – Jack Crawford se pasó la mano por la cabeza visiblemente desesperado.

La respuesta de Will fue señalar hacia el hombre que sostenía su silla de ruedas – Ese es el problema de él–.

Hannibal respondió a las miradas de todos los presentes con un rostro calmado, que hacía parecer que estaba en completo control de la situación y comenzó a deshacerse de algunas de las partes superiores de su traje hasta quedar solo con su camisa y corbata, – Los niños necesitan ver una imagen menos estricta para generar confianza en los adultos, especialmente en los desconocidos– explicó Lecter.

– Definitivamente se ve mejor así Dr. Lecter– respondió impulsivamente Will para luego arrepentirse de su selección de palabras.

Una sonrisa discreta se mostró en el rostro de Hannibal como respuesta a las palabras de Graham, – Agente Crawford, si no es mucho pedir me gustaría acomodar a los niños pertenecientes a esta clase en un salón, de preferencia el más parecido a este, también sería conveniente que estén sentados en el orden que suelen hacerlo–.

Jack señaló en dirección a un agente de la policía que estaba parado en el marco de la puerta del salón de clases para que este comenzara a hacer los preparativos para cumplir con las peticiones de Hannibal.