"¿Estás listo?" una voz detrás de Will interrumpió sus pensamientos.
"Listo es una palabra muy fuerte, pero de cualquier forma no tengo nada mejor que hacer" Will se encogió de hombros en cuanto escuchó esta pregunta y soltó la cortina que había estado apartando para poder ver por la ventana.
"Siempre tan positivo", Hannibal sonrió a espaldas de Will, tomó su silla de ruedas para luego comenzar a empujarla y cruzar la sala de la casa hasta la puerta y salir.
En el mundo exterior el clima tenía la calidez perfecta, la llegada del otoño había traído consigo montones de hojas que cubrían todos los caminos con un hermoso color ocre y que crujían bajo el paso de la silla de ruedas de Will.
Las personas de la comunidad para la vida eterna parecían estar a punto de celebrar una festividad, sus atuendos destacaban por la calidad con la que estaban planeados, además de estar acompañados de rostros alegres que intercambiaban sonrisas con cada persona que se cruzaba por su camino en un acto de complicidad.
"Crecí yendo a misa de vez en cuando, pero no recuerdo que el ambiente fuera así", dijo Will mientras veía sorprendido la vocación con la que la gente asistía a los eventos.
"No puedes comparar una misa con la terapia colectiva que propone Alana", respondió Hannibal al mismo tiempo que se abría paso camino al edificio en donde se desarrollaría el evento.
"¿Qué las hace tan distintas?" la pregunta de Will no tenía ni un gramo de sinceridad e incluso sonaba burlona.
"La terapia colectiva de Alana solo ocurre una vez cada cinco o seis meses y todas las personas de la comunidad la esperan ansiosos", Hannibal interrumpió sus palabras para acercarse al oído de Will como si fuera a susurrar un secreto, "No todos en la comunidad son pacientes directos de Alana, pero todos sin excepción pueden escucharla hablar en las sesiones colectivas".
El edificio en el que se desarrollaría el evento estaba construido específicamente con este fin y en su interior ya se encontraba una gran cantidad de personas sentadas en un gran espiral al centro del cual se alzaba un micrófono esperando a ser tomado. Los asistentes se mostraban expectantes, con miradas que brillaban con alguna forma de esperanza que no era común de ver.
Alana llegó quince minutos después, para este momento no quedaba ni una sola silla vacía y las personas que no alcanzaron asiento se habían acomodado de pie en la cercanía a los muros del edificio. Para llegar hasta su micrófono Alana tenía que recorrer el espiral de sillas como si se tratara de alguna clase de laberinto, esto le permitía ver a todos los pacientes mientras les regalaba una sonrisa serena que parecía causar que los presentes contuvieran el aliento.
Will le hizo una seña a Hannibal para conseguir que este se acercara y le preguntó, "¿Dónde está Abigail? No la veo por ninguna parte".
"No lo sé", Lecter respondió con total sinceridad, "Es extraño que se ausente de este evento, su presencia suele ser central".
Un ruido proveniente del micrófono interrumpió esta conversación antes de que hubiera claridad al respecto del paradero de Abigail y Alana comenzó a hablar, "Muy buenos días a todos, como siempre en un gran honor para mi verlos a todos, su presencia aquí es la única prueba que necesito para comprobar nuestro nivel de unión".
Cada persona presente en el edificio guardó absoluto silencio y fijó sus ojos en la doctora Bloom.
"Antes que nada, me gustaría agradecer la presencia de dos invitados especiales, el doctor Lecter a quien ustedes conocen bien y a Will Graham, quien comparte con nosotros muchas experiencias de duelo" Alana extendió la palma de su mano hacía donde se encontraban sus invitados causando que todos giraran su cabeza para poder verlos.
Hannibal se mostró con una expresión relajada ante la repentina atención e hizo una pequeña reverencia hacía su colega.
"Hoy pensé que podríamos discutir un poco al respecto de la muerte", Alana separó el micrófono de su soporte y escondió su mano izquierda en el bolsillo de su pantalón, "A nadie de los presentes no es ajena la muerte, algunos de nosotros hemos estado cerca de ella, otros han tenido que enfrentarse a las consecuencia de haberla causado, otros tantos son sobrevivientes de alguien que trató de causar su muerte".
Una colectividad de cabezas comenzó a asentir confirmando el contenido de las palabras de la doctora.
"Es así que siempre me encuentro con que mis pacientes se preguntan a sí mismos ¿Cuál debe ser mi actitud frente a la muerte? y yo siempre les respondo lo mismo", Alana comenzó a desplazarse en el centro del espiral de silla, "¿Alguien sabe cuál es mi respuesta?".
"Abraza la muerte", la inmensa mayoría de los presentes respondió al unísono.
Bloom sonrió satisfecha, "Exactamente, la única forma válida de reaccionar frente a lo inminente de la muerte es abrazándola, manteniéndola cerca de ti bajo el eterno entendido de que algún día tu también caerás en sus brazos, pero cuando llegue ese momento, no tendrás miedo, no tratarás de huir, no sentirás desesperación, porque solo estarás reencontrandote con una vieja amiga que te acompañó toda la vida".
"Doctora Bloom, ¿Cómo puedo perdonar a la muerte por lo que me ha arrebatado", preguntó un hombre del público.
Alana sacó su mano del bolsillo e intercambio la mano que sostenía el micrófono, "Creo que esta pregunta tiene un problema de enfoque, no puedes perdonar algo que no está en tu control, sin embargo sí puedes actuar sobre cosas que sí controlas, por ejemplo cómo reaccionas a lo que te ha quitado la muerte, si se ha llevado a tu familiar encargate de recordarlo, si te ha hecho víctima de alguna injusticia haz de el dolor tu combustible principal para luchar, hagan del duelo el elemento común que los une a sus vecinos, todos aquí somos más que una familia, somos el único lugar en donde van a encontrar a alguien que los comprende".
Durante un momento Will se vio tentado a perderse en el mensaje de Alana a ignorar los peligros que conlleva eliminar la individualidad de un proceso tan íntimo como el duelo, sin embargo, fue su empatía lo que evitó que esto ocurriera, nadie más que él conocía las peculiaridades de la muerte, nadie veía lo arbitraria y caprichosa que puede ser y lo arriesgado que puede ser el convertirla en el centro de tu vida.
Alana continuó con su discurso tocando otra clase de temas para finalmente despedirse de sus pacientes temporales ofreciéndoles una oportunidad única para este evento, "Antes de irnos, hay alguna cosa que deseen preguntarme, hoy puedo responder a las preguntas de tres de ustedes".
Los integrantes del público se miraron entre ellos mientras trataban de decidir quién haría la primera pregunta, solo para que alguien tomara la palabra, "Doctora, ¿sabe algo del paradero de Sadie?"
"Lamento decir que no" respondió Alana extrañada por la naturaleza de la pregunta.
"Han pasado días desde la última vez que abrió la floristeria, su vecina ya llenó un reporte de persona desaparecida, pero no parece que la estén buscando, quizá deberíamos actuar nosotros, buscarla y manifestarnos frente al edificio de la policía, exigir justicia"
"Si la muerte está con nosotros no tenemos nada que temer, debemos proteger a los nuestros"
La tensión comenzó a crecer entre los presentes, ese ambiente solidario que solía promulgar Alana empezó a dar las primeras luces de su peligrosidad, mostrando lo tenebroso que puede ser el espíritu de lucha de un conjunto de personas.
Atemorizada Alana trató de contener la situación, "Quizá deberíamos dejar las preguntas para otro momento, no me siento muy bien".

ESTÁS LEYENDO
A cult to you [Hannigram]
Fanfic"𝔇𝔬𝔠𝔱𝔬𝔯 𝔏𝔢𝔠𝔱𝔢𝔯, 𝔰𝔦 𝔱𝔲𝔳𝔦𝔢𝔯𝔞 𝔮𝔲𝔢 𝔠𝔯𝔢𝔞𝔯 𝔲𝔫 𝔠𝔲𝔩𝔱𝔬 ¿𝔄 𝔮𝔲é 𝔩𝔬 𝔡𝔢𝔡𝔦𝔠𝔞𝔯í𝔞?" 𝔲𝔫𝔞 𝔪𝔢𝔡𝔦𝔞 𝔰𝔬𝔫𝔯𝔦𝔰𝔞 𝔰𝔞𝔯𝔠á𝔰𝔱𝔦𝔠𝔞 𝔰𝔢 𝔡𝔦𝔟𝔲𝔧ó 𝔢𝔫 𝔩𝔞 𝔠𝔬𝔪𝔦𝔰𝔲𝔯𝔞 𝔡𝔢 𝔩𝔬𝔰 𝔩𝔞𝔟𝔦𝔬𝔰 𝔡𝔢 𝔚𝔦�...