En el momento en que Will se sentó en el asiento del copiloto del automóvil de Hannibal Lecter comenzó a cuestionarse a sí mismo. "¿Qué pasa contigo Will? hace unos meses te cambiabas los vendajes solo y ahora necesitas que te lleven al hospital"
Era cierto que Will normalmente era un ser humano muy desconfiado y desde pequeño había aprendido a cuidarse solo, al punto en que cuando le dispararon hace algunos meses nunca necesitó de la asistencia de nadie más, por lo que esta clase de comportamiento era totalmente nuevo.
"¿Acaso solo necesitas que te alimenten para tomar confianza? te pareces a Winston" Graham siguió conversando mentalmente consigo mismo y recostó su cabeza contra el vidrio del automóvil.
"Agente Graham, ¿está bien? ¿necesita algo? " preguntó Hannibal mientras encendía el carro.
"Llamame Will" susurró un copiloto que comenzaba a sentir la magnitud de la lesión en su pierna.
"Will" Hannibal se tomó un tiempo para saborear las letras de aquel nombre, "¿estás bien?¿necesitas algo?"
"Una aspirina estaría bien"
"No puedo medicarte antes de que te vea un médico especialista, si te sientes muy mal puedes bajar la ventana y tomar algo de aire fresco" Lecter comenzó a conducir hacia el hospital más cercano, checando el estado de Will cada que podía.
El movimiento del automóvil comenzó a adormilar a Will, a medida que avanzaban la conducción cuidadosa de Hannibal y el leve olor a colonia que flotaba en el ambiente hicieron el ambiente perfecto para que consolara el sueño luego de muchas noches de insomnio.
Durante ese breve viaje Will soñó con sus perros.
Al llegar al hospital Hannibal notó que Graham estaba profundamente dormido y se debatió internamente sobre si debía despertarlo o dejarlo descansar un poco más, en ese momento sus dedos cosquillearon en la ausencia de una moneda que lo ayudara a decir que hacer
"Will" susurró Lecter con una mano sobre el hombro de su copiloto, "Will... ya llegamos".
Todavía adormilado Graham pronunció el nombre de aquel doctor, "Hannibal".
"No recuerdo haberte permitido que me llamaras por mi nombre" bromeó Lecter con una media sonrisa.
"Me parece justo usar tu nombre si tu usas el mío" Will se pasó ambas manos por el rostro para tratar de liberarse del adormecimiento y notó que sus lentes no estaban sobre su rostro.
"Aquí están" Hannibal le pasó sus lentes a Will que comenzaba a buscarlos en el suelo del vehículo.
Para entrar al hospital Hannibal tuvo que ir en busca de una silla de ruedas para transportar a Will, dado que la otra pertenecía a los servicios de emergencia que acudieron a la escena del crimen, ya con ella el agente especial del FBI entró al área de ortopedia del nosocomio con una expresión visiblemente incómoda ante el ambiente extraño.
"Maestro", el par a penas había dado unos pasos al interior del lugar cuando una joven doctora se dirigió hacia ellos.
"Señorita Diane, veo que se ha convertido en una especialista" a Hannibal le tomó un par de segundos reconocer a la persona pero cuando identificó el rostro le respondió el saludo con un cumplido en un tono de voz sereno.
"Maestro, ¿ha regresado a trabajar al hospital o pasó algo?" la doctora parecía emocionada por el encuentro inesperado y sonreía de oreja a oreja.
"Señorita Diane, ya no soy su profesor" Lecter le ofreció un amable recordatorio a la joven mujer, "Vine aquí acompañando a un amigo que se lesionó una pierna, quizá usted podría recomendarnos a un buen ortopedista".
La joven médico enrojeció ante el comentario de su antes profesor y respondió tartamudeando, " Yo... yo soy... ortopedista, vengan por aquí primero es necesaria una placa de rayos- x".
Hannibal y Will se quedaron atrás dejando que la ortopedista guiará el camino. Mientras tanto la mente de Will divagaba pensando en el hospital, en su innegable olor a sanitizante, en la incontable cantidad de personas que sufren en sus pasillos y en los años de Hannibal como médico.
Al llegar a la habitación de rayos-x Will rompió el silencio incómodo con Hannibal, "Hace unos minutos te quejabas de que yo use tu nombre pero tú sí puedes decirle a la doctora que somos amigos"
Hannibal dejó escapar una risita al escuchar ese comentario, "Creí que los amigos se llamaban entre sí por sus nombres, ¿no es así?".
"No lo sé, no tengo mucha experiencia haciendo amigos" respondió Will recargándose en el hombro de Lecter para poder acomodar su pierna bajo la máquina que tomaría la placa.
Con la placa de rayos x tomada la ortopedista les dio el diagnóstico y su correspondiente tratamiento, "La fractura está sobre la tibia, pero el hueso ya está de vuelta en su sitio, aunque para que sane correctamente voy a ponerle un yeso,Will usted es muy suertudo de que no sea necesaria una cirugía".
Hannibal estaba sentado junto a Will y asentía ante las palabras de su ex- alumna confirmando sus sospechas respecto al estado del paciente.
"Señor Graham, ¿en casa hay alguien que pueda cuidarlo durante los siguientes tres meses?" preguntó la doctora Diane mientras con manos experimentadas colocaba las vendas con yeso sobre la pierna de Will.
Will negó con la cabeza,"Vivo solo con mis perros".
"Lo mejor sería que buscara a alguien que estuviera al pendiente de usted durante este tiempo, muchas actividades serán particularmente riesgosas o difíciles de hacer a lo largo de la recuperación" explicó la mujer con el característico tono de voz que usan los médicos para instruir a sus pacientes.
"Se va a quedar conmigo", Hannibal habló en voz alta sin considerar antes la opinión del paciente.
"¿De qué estás hablando?, no quiero ser una molestia, puedo cuidarme solo".
"Ya escuchaste a la doctora Diane, quien es mejor cuidador que un médico" Lecter no parecía dispuesto a cambiar de opinión, "Además tu presencia no supone ninguna molestia".
Luego de la discusión Graham guardó silencio y comenzó a enredarse a sí mismo con pensamientos al respecto de cómo podía evitar recibir ayuda de parte de Hannibal, pero sus opciones se reducían a cero, la única persona que lo apoyaría en una situación así era Jack, pero él vivía con su esposa enferma, no era justo hacerlo cuidar a otro paciente.
Al terminar con la aplicación del yeso Hannibal y Will volvieron al automóvil, con cuidado Lecter ayudó a Graham a sentarse en el asiento del copiloto y cerrando la puerta tras él.
"Mañana después de que descanses podemos ir a tu casa por lo que necesites" dijo Hannibal al llegar al detenerse en el primer semáforo del camino que conducía a su hogar.
Will simplemente asintió, una vez más el sueño comenzaba a apoderarse de el. Su conciencia se desvanecía en la comodidad del asiento del copiloto mientras se preguntaba a sí mismo, cómo serían sus noches de sueño si es que la casa de Hannibal siempre olía a su colonia.
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A cult to you [Hannigram]
Fanfic"𝔇𝔬𝔠𝔱𝔬𝔯 𝔏𝔢𝔠𝔱𝔢𝔯, 𝔰𝔦 𝔱𝔲𝔳𝔦𝔢𝔯𝔞 𝔮𝔲𝔢 𝔠𝔯𝔢𝔞𝔯 𝔲𝔫 𝔠𝔲𝔩𝔱𝔬 ¿𝔄 𝔮𝔲é 𝔩𝔬 𝔡𝔢𝔡𝔦𝔠𝔞𝔯í𝔞?" 𝔲𝔫𝔞 𝔪𝔢𝔡𝔦𝔞 𝔰𝔬𝔫𝔯𝔦𝔰𝔞 𝔰𝔞𝔯𝔠á𝔰𝔱𝔦𝔠𝔞 𝔰𝔢 𝔡𝔦𝔟𝔲𝔧ó 𝔢𝔫 𝔩𝔞 𝔠𝔬𝔪𝔦𝔰𝔲𝔯𝔞 𝔡𝔢 𝔩𝔬𝔰 𝔩𝔞𝔟𝔦𝔬𝔰 𝔡𝔢 𝔚𝔦�...