Después de cinco años de matrimonio, Sakura comienza a ser víctima de violencia doméstica por parte de su marido, quien le acusa de ser incapaz de darle descendencia. En medio del caos y la tristeza conoce a Kazuha quien se vuelve muy especial para...
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La semana continuó transcurriendo, Kazuha había desarrollado cierto instinto protector hacia la japonesa desde que descubrió lo que la mayor vivía, ella quería cuidarla siempre y detestaba tener que dejarla en casa sola con ese monstruo que tenía por esposo, sin embargo no podía hacer mucho cuando la misma Sakura le había pedido que no interviniera en su matrimonio, Kazuha se sentía impotente, solo quería lo mejor para Sakura, pero esta parecía no querer aceptar su ayuda.
Sin embargo no pudo negarse cuando Kazuha llegó a su casa con una bolsa de comida en una mano y en la otra una cajita con cremas para sus heridas la cual le obsequió.
Cada día Kazuha había ido para encargarse ella misma de tratar las heridas de Sakura, lo estuvo haciendo por un par de semanas hasta que las heridas en su rostro se volvieron casi imperceptibles a tal punto de que aún la misma Sakura era incapaz de distinguirlas en su piel, ella se sentía feliz, adoraba lo bien que se sentían los dedos de Kazuha sobre su piel cuando acariciaba su rostro con cremas calmantes o regenerativas.
Kazuha estaba orgullosa de su trabajo, ahora el rostro de Sakura lucía saludable y todo gracias a ella, no podía sentirse mejor al mirar a Sakura curada y feliz, poco a poco se estaba enamorando de la hermosa sonrisa que la mejor le regalaba, era la persona más feliz del planeta cuando recordaba que el bienestar en Sakura se debía a ella, pero aún así temía dejarla por las tardes a solas con Hyunjin, ella había visto al coreano en fotos, solamente deseaba encontrarselo algún día en la calle y utilizar cualquier pretexto para golpearlo hasta dejarlo inconciente.
La pelinegra aún no sabía hasta donde llegaría todo esto, ella quería a Sakura, desde el día uno ella había llamado su atención y ahora que conocía su historia no deseaba más que sacarla de ahí, quería salvarla de su esposo, cuidarla y asegurarse de que nada malo volviera a sucederle jamás.
Pero no podía hacer nada cuando Sakura prácticamente se lo había prohibido.
No podía evitar que Hyunjin la lastimara, solo podía curar sus heridas después de que todo hubiera pasado y eso a Kazuha le dolía.
Ella supo un poco después la razón inválida del maltrato que recibía su menor y le parecía algo muy cobarde el hecho de que Hyunjin desquitara su coraje con su esposa, ella no tenía la culpa de nada, después de todo Sakura no había decidido no darle hijos, simplemente ella no había podido y eso no tenía porqué ser algo malo, tal vez la vida no quería que un bebé sufriera de maltrato como Sakura lo hacía, ese hombre no merecía un hijo, no merecía ni siquiera una esposa, entonces él no podía exigirle nada a Sakura cuando él era un hombre muy malo.
Además, Sakura era una mujer demasiado hermosa como para estar con ese hombre tan insuficiente, ella no merecía ser usada como una máquina para procrear, una mujer como ella se merecía el mundo entero, ¿Acaso Hyunjin solamente la utilizaba para intentar tener un bebé? Eso era injusto, las mujeres no eran una fábrica de bebés ni nada por el estilo, una mujer como ella debía ser complacida y Kazuha estaba totalmente segura de que alguien como Hyunjin era incapaz de conseguirlo.