Me aseguré de que Dante se haya ido a encerrar en su oficina de la nueva casa para ir a la habitación y encerrarme allí, estaba por encender la ducha cuando escuché mi celular sonar; al revisarlo noté que se trataba de Aspen, por lo que respondí casi enseguida.
—¿Cómo es que siempre llamas en el mejor momento?
—Es porque la suerte me acompaña —escuché una puerta cerrarse en su departamento— ¿Tu novio dónde está?
—En su oficina, le surgió algo y se desvelará allí.
Me senté en la cama, tenía la respiración agitada por escuchar la voz de Aspen, ronca y gruesa... recordaba sus gemidos y mi excitación iba en aumento. Dejé escapar un jadeo involuntario mientras mi mano libre acariciaba con necesidad mis piernas.
—Puedo escuchar que tú estás igual que yo, princesa. Aún estás excitada.
—Es tu culpa —me acosté en la cama mientras lo escuchaba reír roncamente.
—¿Por qué sería culpa mía? Tú fuiste la que se quitó las bragas para provocarme —su voz se hizo más profunda, e incluso podía escuchar su respiración—. Y debo decir que lo has hecho muy bien... tanto que ahora necesito de ti. ¿No hay alguna posibilidad de que vengas a mi departamento, o mejor le pedimos a Jen que nos deje usar su casa?
—No puedo... —gruñí frustrada—. Sería sospechoso y tampoco tengo a alguien que me lleve a estas horas, los guardias no están calificados para ser de chóferes.
—Pff.. Es una lástima... pero se me ocurre una idea.
—¿Qué idea? Dime.
—Para esto necesito que me escuches y hagas lo que yo te diga, ¿está bien?
—Lo haré —respondí casi enseguida, incluso escuché su pequeña risa por mi reacción inmediata.
—Eso es... —dice con aprobación—. Dime, ¿dónde estás?
—Acostada en mi cama.
—Perfecto, pon el celular en altavoz a tu lado, para escucharme mejor y tener las manos libres.
Eso hice, definitivamente sabía lo que pretendía hacer. Esta iba a ser mi primera vez teniendo una llamada de este tipo, me excitaba y la idea de ser descubierta me provocaba más adrenalina, estaba preocupada pero aun así quería continuar con esto. Quería correrme con Aspen mientras pienso en él.
—Ahora, separa las piernas; si las doblas es mejor... —le hice caso—. Traes tu ropa aún puesta, ¿cierto? Entonces, desliza una mano hasta meterla bajo tu falda, puedes acariciarte cuanto quieras, lo que importa es que te sientas bien... pero cuando llegues hasta esa zona que tanto me encanta, acaricia lentamente sin meter tus dedos, resiste por más que quieras hacerlo.
Cerré los ojos para concentrarme, una de mis manos acaricia mi abdomen, pero también acaricié mis piernas como él había dicho, entonces metí mi mano hasta encontrarme piel con piel en mi intimidad. Rocé mis dedos suavemente, toqué mi clítoris haciéndome estremecer y jadear, pero también provocándome más ganas de querer meter mis dedos.
—Usa tu otra mano, sé que te gusta cuando acaricio tus pezones, quiero que recuerdes cómo lo hago yo y lo hagas por ti misma.
Tragué con dificultad mientras lo hacía. Metí mi mano libre bajo mi remera y sostén hasta encontrar mi pezón duro, acaricié por alrededor como suele hacerlo Aspen antes de pellizcarlo y acelerar mi respiración. Podía sentir como si fuera él dándome placer, su voz me ayudaba a imaginármelo sobre mí, acariciándome todo el cuerpo.
—Aspen... —solté con un leve tono de súplica para que me hiciera avanzar.
—No necesitas desesperarte, princesa. Pronto tendrás lo que necesitas —respondió, noté su respiración volviéndose más pesada cada vez—. Ahora dime, ¿qué tan húmeda te has puesto?
—Y..Yo estoy... —era vergonzoso decirlo en voz alta pero no me molestaba en realidad—... muy mojada, siento que estoy goteando. Aspen... te necesito.
—Y yo a ti, Madeline —pude escuchar sus jadeos leves—. Mete dos dedos y muévelos hasta sentir que ya no entran más, llega lo más profundo que puedas.
Finalmente, mi parte favorita.
—¡Mhmg! —me arqueé al meter mis dedos como Aspen había dicho. Los moví en un vaivén mientras soltaba leves gemidos que a él parecían encantarle.
—Eso es, princesa. Continúa. No olvides seguir estimulando tus bellos pezones, mi amor.
Incliné la cabeza hacia atrás por el placer, aumenté la velocidad de mis dedos y la fuerza en mis pezones, sentía que quería más, no era suficiente estimulación. Pero al acercarme a mi celular escuché los gemidos de Aspen, y de fondo, la fricción de su mano masturbando su miembro.
—Joder... princesa... Ngh, muero por estar dentro de ti.
—Aspen... hmg necesito tenerte dentro, ya no resisto.
—Jm, créeme princesa, la próxima vez que nos veamos... no dejaré que te vayas hasta haber llenado tu interior por completo. No puedo esperar para verte suplicando por más.
Sus palabras más sus gemidos y el sonido de su masturbación me excitaron aún más. Mi mano fue más rápido que hasta mis piernas temblaban, me estremecí y apreté mis dedos con mis paredes vaginales, estaba tan mojada que podía escuchar como mis fluidos se movían con la fricción de mis dedos en mi interior. Gimoteé sintiendo que estaba por venirme.
—Aguarda un poco, princesa.
—¡Mhmg! Ah... —jadeé necesitada—. No puedo más... ¡A..Ah..!
En aquel momento sentí que no podía aguantar más, terminé corriéndome en mis dedos en grandes cantidades, al igual que podía escuchar a Aspen agitándose más hasta acabar. Saqué mis dedos suspirando aliviada, la respiración de Aspen también se fue regulando, tragó con dificultad antes de reír un poco.
—Deberíamos limpiarnos —mencionó, pero yo no quería colgar.
—¿Te gustaría acompañarme, Donnovan? —pregunté levantándome.
No respondió, solo dejó que el celular me indicara cuando pidió hacer una videollamada. Empecé a reír mientras aceptaba e iba al baño al igual que él. Dejé mi celular en una buena posición y sonreí comenzando a quitarme la ropa.
—Creo que esta vez tendremos un segundo round con video —comentó haciéndome reír.
Me acerqué a la cámara cuando lo vi quitarse la remera y el resto de la ropa, suspiré acalorada de nuevo al ver la gran calidad que tiene su celular que me permite verlo con detalle, gracias tecnología.
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DESTINOS OCULTOS
RomanceEl tiempo ha pasado y el regreso de Aspen Donnovan hará que la vida de Madeline Lennor vuelva a dar un giro de trescientos sesenta grados. Se encontrará con una nueva Maddie, completamente diferente a la que ha conocido a profundidad en aquel último...