La hora acaba junto a mi último examen. Guardé mis cosas y salí del aula para irme a la empresa de mi padre, que debía decirme algo sobre mi boda... Cada vez estaba más cerca y yo seguía odiando la idea.
—¿Hm? —me detuve con la mirada al frente en cuanto vi a Aspen, apoyando contra su auto, llamando la atención como siempre.
Todos se acumulaban para verlo y murmurar por lo guapo que es, preguntándose de dónde viene o porqué lo hizo. Aspen no apartaba su mirada de mí y eso hizo cuestionar a las personas sobre a quién estaba buscando. No quería crear un problema así que fingí no darle importancia y caminé lejos de él. Tampoco quería hablar con Aspen luego de lo que pasó hace cuatro noches atrás. No es como si siguiera molesta, es solo que mi orgullo no me permite ser yo la que se acerque a él.
Saqué mi celular para pedir un Uber ya que André estaba ocupado por recados de mi padre y no quería pedir ayuda a Dante, menos si Aspen estaba por aquí.
—Princesa.
—Estamos en un lugar público, Aspen. La gente nos conoce. Así que, a menos que quieras hablar de negocios, mejor no te acerques demasiado —dije sin mirarlo ni detenerme.
Se mantuvo en silencio antes de escuchar como detenía sus pasos y yo avanzaba. Llegué hasta la entrada de la universidad, di a confirmar viaje y esperé paciente mi vehículo. Cuando el auto llega a mi lado, me subí en este y me dirigí a la empresa de mi padre. Miré por la ventana en todo el trayecto, estaba distraída, todo el tiempo lo estuve. Incluso frente a mi padre, veía como sus labios se movían articulando palabras pero yo solo podía asentir y entender pocas cosas.
¿Aspen espera a que yo me disculpe por cómo reaccioné? ¿Debería hacerlo? Quizás he exagerado... siempre lo hago según mi padre. Tal vez esta es una exageración mía.
—¿Me estás escuchando, Madeline?
—Sí, padre.
—¿Qué he dicho? —me mira con advertencia.
—Que en menos de dos semanas es la boda, así que debo estar lista. Tengo que asistir a la última prueba del vestido, prestar atención a los detalles y no avergonzarte... como siempre. Lo he entendido todo.
Me mira con desdén, como si acertar le hubiera molestado, ya que le encantaba regañarme sin motivo alguno. Me despedí de él antes de salir de su oficina, volví a sumergirme en mis pensamientos hasta que mi celular sonó por un mensaje de Jen.
Jen:
Corazón,
¿Quieres venir a casa?
Estoy aburridaaaa 6:31 p.m.Ellie:
Claro,
¿Por qué no?
Ahora puedo ir 6:32Jennifer responde emocionada, pues finalmente tendríamos tiempo para estar juntas, la idea realmente me gustaba por lo que me hizo sonreír. Pedí otro Uber y fui hasta su casa esperando ver Given con ella de nuevo. Me reí para mis adentros porque hay cosas de ella que jamás van a cambiar.
En cuanto estuve frente a su casa y me dejaron entrar, ella fue a recibirme con un gran abrazo.
—¡Llegaste! Qué bueno, qué bueno —dijo, arrastrándome hacia adentro—. Ven, ya tengo todo listo.
—¿Qué planeas hacer? No me digas. Vamos a ver Given.
—¡Eso después! Primero es algo más.
Llegamos hasta una habitación, lo cual me extrañó, normalmente hacemos nuestras reuniones en la suya. Abrió la puerta y, de repente, me empujó dentro.
—¡O..Oye! —exclamé sorprendida, mirándola desde el suelo, pero ya había cerrado la puerta con llave—. ¡¿Jennifer?!
—¡Lo siento, nena, pero necesitas resolver algo!
—¡¿Huh?!
Escuché pasos tras de mí. Una mano se extendió hacia mí para ayudarme a levantarme del suelo, al elevar la vista, me encontré nuevamente con Aspen, suspiré un poco y acepté su ayuda, tomando su mano y poniéndome en pie.
Ambos nos miramos al rostro mientras aún manteníamos nuestras manos juntas, pero al ser consciente de esto aparté la mía.
¿Qué se supone que debo hacer? Sin embargo, antes de que yo fuera a decir algo, él me ganó en hacerlo.—Maddy... lo siento, no debí decirte lo que dije por mensaje. No me gusta que estés enfadada conmigo, fui un idiota y lo reconozco, así que... por favor, ¿crees poder perdonarme?
Lo miré de reojo, su rostro parecía preocupado y nervioso, como si temiera de verdad el no ser perdonado. Suspiré profundo, reteniendo el aire unos segundos en mi pecho antes de hablar.
—Está bien, supongo que... yo fui bastante exagerada también, así que... no importa.
—No, sí importa. Tú no fuiste exagerada, solo reaccionaste acorde a cómo te sentiste por mi culpa.
—De acuerdo, supongamos que es así... aun así, yo también te debo una disculpa.
De repente Aspen me toma por la cintura y me atrae hasta él, apoyé mis manos en su pecho y sonreí apenas cuando vi sus labios tan cerca de los míos.
—No tienes porqué disculparte, no lo creo necesario, princesa.
Intentó besarme, pero quise ser un poco malvada con él, por lo que aparté la mirada evitando que alcanzara mis labios, no pareció simpatizarle mucho lo que hice. Me tomó por las mejillas con una mano y me obligó a verlo de nuevo.
—Princesa, eso duele ¿sabes? No lo vuelvas hacer... o haré que te arrepientas.
Mie cuerpo vibra por sus palabras antes de que estampara sus labios contra los míos con intensidad y posesión. Su lengua no pide permiso, sino que se adentra en mi boca como si fuera suya, aunque de cierto modo lo es... Mis manos se deslizaron hasta su nuca, enredando mis dedos en su cabello.
—Y tú no vuelvas a dudar de mis sentimientos por ti —dije contra sus labios—. Porque si vuelves a hacerlo seré yo la que hará que te arrepientas. Sentir lástima por una persona no es lo mismo que enamorarme. Dante tiene mi lástima, pero tú tienes mi vida entera.
—No sabes cuanto me encanta escucharte decir eso, princesa.
Aspen me hace retroceder unos pasos hasta que mis pies golpean con la cama tras de mí, haciéndome caer sobre esta con él sobre mí. Ambos reímos levemente mientras nos manteníamos acostados, pero Aspen se levanta y me ayuda a hacer lo mismo. Nos acercamos a la puerta y golpeamos esta para que Jenny nos abriera, así lo hizo y en cuanto la tuve en frente le di un golpe en la cabeza.
—¡Ay!
—No vuelvas hacer eso.
—¡Pero fue necesario! Pensé que me lo ibas a agradecer, hmph —bufó cruzándose de brazos. Entonces la abracé.
—Gracias, corazón.
—Mucho mejor.
Theo y Aspen se ríen de nosotras mientras que ambas nos separamos. Entre los cuatro nos fuimos hasta el salón para así divertirnos juntos.
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DESTINOS OCULTOS
RomanceEl tiempo ha pasado y el regreso de Aspen Donnovan hará que la vida de Madeline Lennor vuelva a dar un giro de trescientos sesenta grados. Se encontrará con una nueva Maddie, completamente diferente a la que ha conocido a profundidad en aquel último...