Detrás de la máscara (The owl house)

Sin brillo

Perspectiva de Willow (ha pasado ya un mes y medio)

- Ya han pasado 3 meses y medio, y aún no sabemos nada de Luz... -Exclamó una Amity preocupada.

- Y tampoco de Boscha. -Respondió Willow enojada.

- Sabes que sigo pensando que ella tiene algo que ver en todo esto, Will, así que no me interesa, solo me importa encontrar a Luz. -Dijo Amity mientras miraba una foto de ella junto a Luz.

Simplemente ya no puedo tolerar esa actitud de Amity, todos sabemos que Boscha no fue nada buena con nosotros, pero ella también importa en este punto.

- Me voy, ya no tolero todo esto. -Dije en un tono serio mientras tomaba mi mochila.

Salí de la sala y me dirigí a los pasillos de la escuela, intentaba buscar cualquier pista o rastro, pero había estado así hace una semana y no había conseguido nada.

Desde ese día en que todos empezaron a acusar a Boscha, no se supo nada más de ella a la salida. Al principio pensamos que se había ido a su casa, pero Amelia y Cat fueron a ver y dijeron sus sirvientes que ella ni siquiera había llegado a casa esa tarde. La buscaron en todos los lugares favoritos de ella, pero aún así no lograron encontrar nada...

Me dirigí hacia mi casillero y lo abrí, guardé un par de cosas y en el medio de este vi una flor de loto morada y debajo de ella esa carta. Sonreí y estaba a punto de agarrarla hasta que Hunter me tocó el hombro y cerré mi casillero.

- ¿Qué sucedió allá adentro, Willow? - Me reprochó Hunter.

- Ya te he dicho que me molesta que hagan de cuenta como si Boscha no esté desaparecida también -Le dije casi en un grito de furia.

Hunter me sujetó fuerte del brazo y me miró con tanto enojo que por un momento llegué a pensar que me iba a golpear.

- Eres idiota por querer encontrar a alguien que te lastimó psicológicamente toda tu infancia, Park.

Él me soltó metiendo sus manos en sus bolsillos y procedió a irse. Antes de que desapareciera por los pasillos, lo miré con seriedad.

- No me digas Park, solo le permito a ella que me diga así -Dije en un tono serio.

Él se volteó rápidamente y me vio estupefacto, pero antes de que pudiera reprocharme o gritarme, simplemente me di la vuelta y me fui de allí dejándolo solo en los pasillos.

~Esa misma tarde~

Todas las tardes iba a la casa o mejor dicho mansión de Boscha a alimentar a su taliamigo Maya. La pobre se la pasaba durmiendo y no quería ni comer. Pasaba horas junto a ella intentando que coma, pero no lo lograba. Ella estaba muy deprimida, tal vez pensaba que Boscha la había abandonado...

Me senté en el suelo y apoyé mi cabeza en la cama de Boscha mientras miraba su cuarto. Mi mirada se posó en los trofeos y fotografías de ella. Sonreí al ver esa sonrisa de ganadora en una de sus fotos, esa sonrisa que siempre ponía en cada uno de sus partidos e incluso cuando no los ganaba, la ponía para alentar a su equipo.

Maya bajó a mis manos y se acostó en ellas intentando buscar ese lugar seguro que necesitaba y que sabía que no estaba. La acaricié con mi mano derecha y empecé a recordar la vez que vi a Boscha, cómo me contó Amity que le suplicaba volver a ser amigas. Amity no toleraba recordar eso, pero yo desde allí vi a Boscha diferente. Desde esos días la empecé a ver diferente, su sonrisa ya no era la misma y sus ojos estaban apagados.

Era como si una estrella se fuera apagando lentamente o una rosa se fuera marchitando mientras los demás solo la esquivan y la tiran si ya no sirve...

Sentí como las lágrimas caían por mi mejilla, así que las limpié con la palma de mi mano. Me levanté y decidí llevarme a Maya conmigo para que no pase tanto tiempo sola. Ella ni siquiera hizo problema, lo único que pude entender era que quería que llevara una chaqueta de Boscha, una que estaba allí en su cama. Vi cómo con sus tenazas intentaba agarrarla con desesperación. Era algo que me partía el corazón, así que la agarré y la envolví en ella.

Salí con Maya en mis brazos como si fuera un bebé y me dirigí hacia el bosque para volver a mi casa mientras iba perdida en mis pensamientos.

- Te prometo que la vamos a encontrar, Maya - dije con una sonrisa cálida para que mis lágrimas no volvieran a salir al mirarla.