Detrás de la máscara (The owl house)

¿Merezco esto?

Sentí como soltaron las cadenas de mis muñecas, haciéndome caer al piso. Me quitaron bruscamente la venda de los ojos, dejándome ver que eran dos tipos como de mi edad que usaban máscaras para tapar sus caras. Uno de ellos me estaba poniendo cadenas en las piernas y el otro me arrojó una bandeja pequeña con arroz y un pequeño pedazo de carne que apenas estaba cocinado, junto con una botella de agua mientras me miraba con desprecio.

-Esto es todo lo que vas a comer en una semana, así que aprovéchalo o morirás de hambre, perra -dijo con voz gruesa.

Al instante pude reconocer que era él quien me había golpeado, pero en vez de decir algo solo agaché la cabeza y me quedé mirando la comida pensando en cómo la iba a ahorrar para una semana.

Sentí el apretón pesado de las cadenas y el sujeto se levantó y caminó hacia la salida junto al otro hombre.

-De ahora en más estarás en el piso junto a los asquerosos insectos como tú -dijo eso último saliendo por la puerta.

Y allí estaba otra vez, encerrada en esa habitación sucia y medianamente oscura. Me senté y abracé mis rodillas, no tenía hambre, me sentía bajoneada.

Miré a mis alrededores para ver si encontraba algo para salir pero no había absolutamente nada, lo único que pude hacer fue arrancar la manga de mi chaqueta de grudgby e usarla para cubrir una apertura que se me había hecho en la pierna por uno de los golpes.

-¿Por qué me está pasando esto a mí?.... Yo sé que lastimé a muchas personas, pero nunca los golpeé o los torturé.... -decía mientras las lágrimas rodaban por mis mejillas.

Me acosté en el piso temblorosa por los dolores y el frío.

¿Merezco todo esto?.... -dije entre lágrimas antes de quedarme dormida.

                                                                                   Un mes más tarde

Ni siquiera sé cuánto llevo aquí, ni cuántos días he aguantado el hambre, ¿unos 6? No lo recuerdo bien ya... solo sé que cada día que pasa es uno de tortura, mi cuerpo no quiere seguir, no puedo ni siquiera levantarme del dolor.

Mis piernas están moradas por los golpes, mis brazos tienen varios moretones, mi abdomen está más flaco y morado con sangre por las golpizas a menudo y mi cara tiene uno que otro moretón y rasguño. Siento que si esto sigue así no podré seguir más...

-Solo quiero salir de aquí y... -Mis ojos se llenaron de lágrimas. ¿Con quién?... Si todos me dieron la espalda sin dejarme defender mi palabra......

Volvió a hundir mi cabeza en mis rodillas y estaba a punto de sacar las últimas lágrimas que me quedaban hasta que sentí que la puerta se abrió, la luz me cegó por completo así que no pude ver a la persona, lo único que vi fue como la arrojaron al piso.

Me quedé estupefacta al ver su cuerpo también lleno de moretones y sangre, al parecer estaba inconsciente como era de esperar sabiendo lo débil que es.

La jale de su pie hacia donde estaba yo, arranqué un pequeño pedazo de mi remera y lo mojé con un poco de agua, pasándolo delicadamente por una herida que tenía abierta, luego de unos minutos pude sentir cómo se iba despertando.

-¿Uhmm?.. ¿Dónde esto..? -Dijo Luz con voz somnolienta.

Observé cómo abrió rápidamente sus ojos e intentó echarse para atrás sin poder lograrlo.

-Tienes la pierna rota, no vas a poder moverte por tu cuenta -dije en un susurro cansado.

Luz frunció el ceño y luego de mirar su pierna me devolvió la mirada a mí.

-¿Tú qué haces aquí, Boscha? -Dijo seriamente.

Me limité a desviar mi mirada.

-Me pregunto lo mismo que tú.

Se volvió un ambiente silencioso y pude darme cuenta cómo pasaba su mirada por todo mi cuerpo al ver que también había estado siendo torturada y que hasta llegaba a tener más lastimaduras que ella.

Aproveché para pasar el pedazo de tela por su pierna haciéndole presión al ajustarlo para que su hueso no se saliera más de lugar, ella provocó una arcada que hasta a mí me dolió y luego solo dijo:

-¿Por qué me ayudas si se supone que me odias a morir? No deberías aprovechar esta oportunidad, no sé... ¿para matarme o algo así? -dijo con su voz un poco exaltada.

La miré como si ni siquiera tuviera emociones en ese momento.

-No soy un monstruo, Luz -dije con una sonrisa en mi rostro que mostraba mi dolor y que ella lo reconoció.