Capítulo 6

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Chimon se tambaleó contra la pared del rincón para evitar chocar. Sus grandes ojos se encontraron con unos ojos oscuros.

Judo Tantachj sonrió a unos centímetros de Chimon. Mechones de su cabello caían a los lados, enmarcando su angular cara. Su camisa negra, con un profundo cuello en V, lo suficiente para mostrar su pálido pecho.

-Judo,  me asustaste.- Chimon se rio nervioso. Su estómago empezó a girar y un zumbido eléctrico recorría su piel.

<<Oh, no ¡no de nuevo!>>

-Te buscaba- dijo Judo, plantando una mano en la pared al lado del hombro de Chimon.

Él estaba demasiado cerca pero Chimon decidió ignorar eso.

-¿Oh? ¿Sucede algo malo?

-Sí. Necesito saber algo.

Las alarmas mentales de Chimon comenzaron a sonar. Trató sutilmente de moverse a un lado.

-¿Oh?

Judo plantó su otra mano del otro lado de Chimon, encajonándolo.

Chimon se movió hacia la pared.

<<¡Mierda!>>

-¿Jodiste con él?

Chimon jadeó.

-¿Qué?

-Un lindo chico como tú. Con grandes ojos...- La mirada de Judo recorría su cabello y ojos mientras hablaba-. Sé que no le iba a tomar mucho tiempo hacer su movimiento. Solo quería saber si jodiste con él.

-Yo... yo... no sé lo que quieres decir.

Judo sonrió, su mirada bajó hacia los labios de Chimon.

-¿No sabes lo que es joder?

-¡Claro que lo sé!- Chimon cogió la muñeca  de Judo y trató de quitarla de su lugar en la pared.

No funcionó.

<<¡Jesús! ¡Él también era demasiado fuerte!>>

- Solo... ¿por qué lo preguntas?

-Celoso.

Chimon se congeló, viendo el enorme brazalete de bronce que envolvía la delgada muñeca de Judo. Oh, ¡mierda! Levantó la mirada para ver la cincelada cara de Judo, notando incluso con la pobre iluminación del lugar su vello oscuro.

-¿Tú y Perth...?

Judo se rio.

-Oh, no.- Él se agachó e inclinó la cabeza-. Estoy hablando de ti.- Los labios de Judo rozaron los suyos-. ¿Perdí mi oportunidad?

-¿Qué...?

Sin embargo, de nuevo, Chimon fue interrumpido por labios masculinos que rápidamente estaban sobre los suyos. El calor, las sensaciones, eran intoxicantes. Pero él encontró su fuerza en esta ocasión. Logró colocar sus manos en el pecho de Judo y empujarlo.

-Detente.

Judo lo vio a la cara, con los ojos entrecerrados. Él presionó su pecho contra las manos de Chimon, sosteniendo sus brazos.

-Entonces, ¿jodiste con él?

-No.

-¿Lo harás?

-¡No!

-Entonces, ¿cuál es el problema?

-No soy gay.

Judo apoyó su peso cuando se enderezó. Sus cejas se elevaron.

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