~When everyone knows you're a monster, you needn't waste time doing every monstrous thing~
Esta historia va a ser una recolección de one shots de Kaz Brekker (y otros cuervos) traducidos de tumblr o escritos por mi.
Para esta historia tengo abierta...
Nota: ¿Me encanta Kaz en su modo hermano mayor ante una niña pequeña? Sí. ¿Ya he publicado muchos one shots con está dinámica? También. ¿Este hecho me va a impedir seguir escribiendo más one shots del mismo tipo? Absolutamente no.
(De hecho, si tenéis alguna idea sobre Kaz que queráis ver puesto en palabras, tengo abiertas mis solicitudes. Sería mandar la petición sobre lo que queráis que escriba a partir de mi tablón de anuncios o por chat privado. Esto lo avisé en la historia de one shots de Nikolai Lantsov, aunque creo que no lo hice por esta, así que lo hago ahora. Gracias por todo). :)
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T/n subió las escaleras de puntillas, con sus pies descalzos tocando la madera fría por el aire de la madrugada.
Cada vez que un escalón crujía bajo su peso, la pequeña miraba alrededor, encogida sobre sí misma por si había llamado la atención de alguien malo que se había colado para hacer cosas malas.
Kaz la solía advertir de ese tipo de personas, pero ella no sabía diferenciarlos muy bien ¿Cómo los iba a distinguir si todos parecían humanos? Ella no sabía qué tenían de monstruos cuando no tenían ningún diente afilado o cuernos en su cabeza. Kaz se expresaba muy mal en sus explicaciones, pero había dejado demasiado claras sus advertencias como para en esos momentos no resonasen en su mente una y otra vez, como un disco rallado.
T/n se paró en seco otra vez, intentando identificar el ruido que había sonado por la planta. Hace rato que había dejado atrás la habitación de Jesper y ya no se escuchaban sus ronquidos desde donde ella estaba.
Al escuchar otra vez el mismo ruido y descubrir que era el viento de Ketterdam chocando contra la ventana, la pequeña dejó escapar un suspiro con el aire que no se había dado cuenta que estaba conteniendo. Debía continuar.
Esta vez se dio un poco más de prisa para subir el próximo tramo de escaleras. Quería llegar al ático todo lo rápido que podía.
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T/n, al no recibir respuesta al llamar a la puerta, decidió entrar. La habitación de Kaz estaba a oscuras, sorprendentemente. Hoy parecía ser uno de los raros días en los que Kaz no se quedaba hasta altas horas de la noche escribiendo y escudriñando papelas a la luz de alguna vela o lámpara de aceite en su escritorio.
Hoy, en cambio, T/n pudo diferenciar entre a oscuridad el contorno de una figura arropada hasta el cuello en la única cama. A esa distancia y con esa luz, parecía más un bulto amorfo envuelto en lanas que una persona tumbada en su cama, pero los latidos del corazón de T/n se ralentizaron al reconocer su figura.
Se acercó a la cama donde Kaz dormía, caminando de la forma más silenciosa que pudo hasta pararse justo enfrente de él. La luz débil de la luna se filtraba levemente por la ventana, iluminando apenas el rostro pálido de Kaz.
