Sánchez's Pov

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No recuerdo mi infancia. Es una etapa borrosa, envuelta en sombras y susurros de desdicha.

Es por eso que siempre pasé afuera de mi casa. Ya sea en el parque o en el colegio.

Tampoco era una persona sociable, más bien era de los que siempre se burlaban o elegían último en los equipos de fútbol.

Nunca dejé que eso me afectara.
Me enfoqué en mis estudios y al entendimiento del mundo.

Recuerdo que en mi adolescencia, habían dos conceptos que llamaron profundamente mi atención.

Por una parte estaba el concepto de Enseñar.
El hacer que una persona, obtenga conocimientos a través de tí y que, los use y aplique en su vida.

Y, por otro lado, estaba el de gobernar personas, dominarlas y someterlas.
El tener control absoluto sobre ellas y que te obedezcan.

El manipular y engañar a otros seres humanos me parecía un concepto tan fascinante.

Recuerdo que fue a inicios de 4to medio.

Tenía muchas dudas que hacer con mi vida.

Mi única amiga que tenía en esa época me dijo:

- Tú en realidad no estás entre dos objetivos, solo tienes uno.

- ¿Y ese cuál es?- respondí confundido.

- Quieres dejar un legado. Da lo mismo si es bueno o malo, solo quieres que no te olviden.

En ese momento lo comprendí.
Sus palabras resonaron en los más profundo de mi consiente.
Me había entendido algo que ni yo mismo sabía explicar.

- Si quieres que hablen mal de tí por años, escalar posiciones aplastando personas y teniendo poder sobre ellas, métete a la política.
Eres una persona brillante y talentosa, no dejarías indiferente a nadie.
Pero nunca podrás contentar a todos, y los más probable es que te terminen tirando mierda. Tú legado seguramente será largo. quizás te incluyan en los libros de historia y en algunas lecturas de clases. Podrías llegar a incluso a ser presidente con el carisma que tienes- bromeó mi amiga.

- ¡Ja! No tengo lo que se necesita para eso- suspiré. En esa época era muy desconfiado de mi mismo y de lo que podía o no lograr.

- Entonces está la otra opción. Tu legado sería mucho más pequeño y reducido. Pero a opinión personal, sería mucho más significativo.
Dime,¿te has olvidado de alguno de los profesores que hemos tenido?

- De ninguno.

- ¿Y crees que algún día vas a olvidar a tu profe favorito?- me preguntó seriamente.

- No- le respondí con honestidad.

- Ahí tienes tú respuesta. Quizás no sea tan ambicioso como cambiar un país, pero uno de vez en cuando se le viene a la mente un profesor, y sobre todo, las cosas que aprendimos de ellos.

Me, quede en silencio. Esas palabras me convencieron, simplemente despejaron y aclararon mis ideas de quien aspiraba ser en la vida.

El año se pasó volando y llegaron los resultados de la prueba de aptitud en enero, postulados en el periódico.

Había sido admitido en la USACH. Me iba a convertir en Profesor de Lenguaje, una de las asignaturas que más cariño le tenía.

Mi amiga, en cambio, fue aceptada en temuco, y decidida a cambiarse a un mejor ambiente, se mudó para allá.

Después de unos meses de enviarnos cartas, perdimos el contacto.

En el tercer año de mi carrera fuí a visitarla de sopresa.
Nos pusimos al día y nos quejamos de nuestros horarios universitarios.
Paseamos todo el día y me enseñó la cuidad.
Como las once de la noche, salimos de un restaurante que había en la zona. Estaba muy buena la comida pero nos había costado un ojo de la cara.

Sub Directora Académica CpdvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora