Capítulo 5. Un partido interesante

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–Eres una irresponsable.

–¡No lo soy! –chillé.

–Dile eso a tu tortuga –rebatió Jasper.

–Pinki está perfectamente bien –aseguré.

Frunció un poco el ceño y volteó a verme con una pequeña sonrisa malvada dibujándose en sus labios.

–¿Pinki?

–Ni se te ocurra burlarte –lo apunté.

Jasper puso la cabeza a la altura de la jaula y golpeó el cristal con un dedo. No hubo respuesta.

–Creo que está muerta.

–Solo está durmiendo. No la molestes, pesado.

Él se alejó finalmente de Pinki con una sonrisa en la boca, y comenzó a caminar por la habitación mientras curioseaba en mis cosas.

Noté que observaba mi pequeño joyero, los colores de mis esmaltes de uñas que estaban desparramados –de la última vez que me pinté de azul–, como si fuesen super interesantes.

Dejé de mirarlo y volví a buscar lo que se supone por lo que habíamos venido a mi casa: la sudadera del equipo de vóleibol de la universidad.

Hace aproximadamente una hora estaba con Spencer terminando un trabajo práctico de clases en su casa, pero entonces apareció Jasper, de no verlo nunca en mi vida, ahora pareciera que lo veo todos los días. Al parecer había estado hablando desde hace unos días con Spencer sobre ir juntos al partido de voleibol del domingo –es decir hoy–, y al parecer él se lo había olvidado. Jasper lo había estado llamando, pero el teléfono de mi amigo estaba sin batería, como es común... por lo que Jasper no tuvo mejor idea que ir a buscarlo a su casa donde se encontró con la maravillosa sorpresa de que no se encontraba solo, sino que conmigo. Esa fue la única y estupenda razón por la que acabé siendo obligada a ir a ese partido de voleibol con ellos.

Spencer tuvo la idea de preguntarle a Sarah si también nos quería acompañar, y cuando le contestó que sí, dejamos nuestro trabajo práctico a un lado y salimos en busca de ella. Pero había un pequeño detalle que había olvidado... la bendita sudadera del equipo. Razón por la que Jasper se ofreció a traerme a casa a buscarla, luego nos encontraríamos todos en la universidad para el comienzo del partido.

–¡Al fin! –exclamé tomando la sudadera roja del equipo Warriors.

Hace tanto no lo usaba, honestamente no sé por qué me la compraron en su momento ya que nunca fui a un partido de voleibol. Sí. Esta sería la primera vez.

–¿Lo hiciste tú? –habló Jasper detrás de mí.

Volteé hacia él para ver de qué estaba hablando. 

En sus manos tenía uno de los últimos dibujos que había hecho. Era de un paisaje blanco y negro de las montañas, justo el que terminé la noche en la que Spencer se apareció para convencerme de ir al Dalas.

Me acerqué a su lado con la sudadera aún en la mano.

–Sí. Todos tenemos un pasatiempo, supongo que ese es el mío.

Me echó un vistazo sobre su hombro, luego tomó otro dibujo que estaba sobre el escritorio bajo unos libros, y lo observó. Este era un arma de fuego con tres balas cayendo.

–¿Por qué un arma? –preguntó.

Me encogí de hombros.

–No lo sé. A veces solo se me ocurren cosas random y busco una imagen en pinterest.

Un Juego De SeducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora