Capítulo 7. Ayuda, estoy en crisis

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–Ten, ponte este –me lanzó un pantalón de chándal y una sudadera negra con el martillo de Thor en el centro –. A mí ya no me van, así que te deberían quedar bien.

Observé lo que me acababa de dar, y sí, definitivamente me iba a andar bien.

–Gracias. ¿El baño?

–La puerta de enfrente –apuntó hacia afuera.

Hacía ya como quince minutos habíamos salido todos de la piscina para resolver el problema de la preciada pelota de voleibol de Jasper, la cual al parecer había sido un regalo muy especial y no la quería perder. Por lo que básicamente estábamos obligados a ir por ella.

Una vez en el baño, me sequé rápidamente y me vestí con la ropa de Jasper.

Él dijo que ya no le queda ninguna de estas dos prendas, por lo que imagino que no las usa, pero de todas formas aún llevan su olor.

Es increíble lo que dura la fragancia de los hombres.

Me miré al espejo frente a mí, y arreglé un poco mi despeinado cabello con mis dedos, ya que no tenía peine aquí.

No pude evitar la tentación y tomé mi celular para sacarme una foto frente al espejo. Mujer que cursi.

Tomé mi ropa mojada que había dejado antes fuera de la piscina y la guardé en la bolsa que me dio Jasper hace un rato.

El frío dentro de la casa no se sentía ya que la calefacción andaba de maravilla, lo cual me daba hasta un poco de calor, debo decir.

Una vez ya lista, tomé las cosas y volví a la habitación de Jasper, justo enfrente a esta.

Para mi sorpresa él estaba sentado en el borde de la cama con una guitarra acústica en sus manos. No estaba tocando más que unos acordes.

Recordé el día que nos conocimos, él había dicho que había pasado algo con el guitarrista de la banda que iba a tocar en el Dalas por su apertura –o algo así–, por lo que él se ofreció a remplazarlo. No estaba prestando mucha atención a la música en ese preciso momento, pero no sonaba mal.

–Toca algo –pedí sentándome a su lado.

–¿Cómo qué?

Me encogí de hombros.

–El feliz cumpleaños.

Él sonrió. Sin decir nada comenzó a mover los dedos sobre las cuerdas de la guitarra y el sonido perfecto a la melodía que le acabo de pedir comenzó a sonar. Cuando terminó de tocar, me observó.

–¿Conoces esta? –preguntó antes de volver a tocar.

Reconocí la melodía al instante.

–Piratas del caribe –no pude evitar sonreír –. Adoro esa película.

–¿Qué hay de esta?

Un dejo de emoción salió de mi voz en cuanto tocó las primeras notas.

Style de Taylor Swift.  

–Eres todo un Swifto –me eché a reír.

Lo miré con gran sorpresa cuando escuché su áspera voz cantar, pero esta vez se trataba de otra canción, Lover of Mine de 5 Seconds of Summer.

La cantó de forma más lenta y tranquila de lo que era el ritmo de la canción, pero fue tan perfecta que no pude dejar de mirarlo.

–Wow, tu voz es muy bonita. No sabía que cantaras tan bien…

Un Juego De SeducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora