Esposa por Negocio

El encuentro

Capítulo 5

Becky conducía a casa concentrada, pensando en lo que acababa de hacer.

«No puedo simplemente quedarme callada». Se reprendió mentalmente. «A quién quiero engañar, sí quería conocer a la persona detrás de esa pintura», su conversación personal la llevó más rápido a su destino, apenas sintió el camino cuando se percató de su llegada.

En la cama seguía dándole vueltas al asunto, no sabía cómo iba a aguantar una semana para conocer a su “futura esposa” se burló de su propio pensamiento, «mi esposa». ¿Tendré que usar algún anillo? Se miró su mano. La curiosidad no la dejaba conciliar el sueño, agarró su celular de la mesita de noche, abrió el navegador y escribió el nombre que le había dado Nam, Freen Sarocha Chankimha.

Se desplegaron en su pantalla varias imágenes, no tuvo que buscar mucho para saber quién era, el nombre no era muy común y en algunas salía junto a Nam. Había una foto en específico que llamó de manera especial su atención. En ella Freen recibía su último reconocimiento. Quedó sorprendida con su belleza, la amplia sonrisa de la chica la hizo sonreír a ella misma, se veía imponente. La observaba embobada tanto que en un momento Rebecca se sintió avergonzada de estar invadiendo ese espacio que aunque fuera público y estuviera en la internet, a disposición de todos, lo sintió personal. Se encogió de hombro recostada al cabecero de su cama, le hizo zoom a la imagen para fijarse bien en los ojos y en la sonrisa de esa chica de melena negra que ya no sólo llamaba su interés por como pintaba sino por lo que estaba observando, era realmente hermosa. Se quedó pensativa intentando descifrar el misterio que escondía la chica de esa foto.

«¿Por qué estás triste Freen Sarocha?» se cuestionó como esperando que la imagen respondiera sus dudas.

«Sonríes pero tu mirada está cargada de melancolía. ¿Qué fantasmas te atormentan?» su monólogo particular parecía no acabar, el agotamiento completó la misión de vencerla por completo hasta que se quedó dormida.

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—Espero que sea algo realmente importante para despertarme a estas horas— dijo Freen a través del auricular de su teléfono.

—La tengo— repetía  Nam muy animada, casi se sentían los saltitos del otro lado.

—¿Qué tienes? ¿Cuánto has bebido Nam? Son las 3 de la madrugada— Freen continuaba soñolienta, no le gustaba que la despertarán y su amiga lo sabía.

—A tu esposa, tonta, ¿Qué otra cosa buscábamos?

—¿La tienes? ¿Cómo? ¿Qué hiciste? ¿Cómo es?— una lista de preguntas era lo único que salía de la boca de la morena.

—Sólo tienes que saber que es perfecta. No era lo que querías?

—Sí, pero esa persona no existe— afirmó Freen dando por sentado que su amiga había escogido lo primero que encontró en medio de las vías.

—No seas prepotente. ¿Querías o no que apareciera?

—Sí— dijo resignada Freen.— O ya ni sé, esta idea está empezando a causarme muchas inseguridades— rectificó, porque era como se sentía realmente, indecisa. Luego de su separación e incluso antes ya se sentía desconfiada de sí misma, no se creía capaz de ser especial para alguien después de tantos años de maltrato y humillaciones de Faye, donde prácticamente le restregaba sus amantes en la cara.