Levantarse, desayunar, trabajar, almorzar, trabajar, trabajar, volver a su casa, estar con sus hijos y su omega, cenar, dormir.
Esa era la rutina que Taehyung repetía una y otra vez, día tras día.
Era lo que debía hacer, trabajar. Por él, por Jungkook, por su abuela y sus hijos. Era por lo que seguía vivo y no le molestaba el peso de esa responsabilidad, encontró cierto atractivo el trabajo pesado, sentir el sol en su rostro y el sudor en su espalda.
Pero no tenía otros horizontes por delante, no tenía metas ni sueños por cumplir.
Las había relegado para cumplir con las responsabilidades que nacieron hacía seis años y le habían dado todas las alegrías que no había tenido en mucho tiempo.
Prefería romperse la espalda trabajando, pero mandar a sus hijos a la escuela con el estómago lleno, ver que Jungkook fuera a la universidad y que su abuela no tuviera que trabajar hasta desmayarse como varias veces lo hizo en su niñez.
Eso era lo que Taehyung había decidido para su vida.
A veces discutía con Jungkook cuando éste le aconsejaba concentrarse más en él mismo y sus sueños o con su abuela cuando le decía terminar por lo menos la secundaria, pero nada podía hacerlo cambiar de opinión porque él se sentía... bien cumpliendo con su deber.
Ver una sonrisa en el rostro de sus hijos era lo importante.
Por eso, mientras esperaba el autobús en plena oscuridad, con la espesa niebla en todo el entorno y siendo un sábado, Taehyung no se quejó de la situación. Ni siquiera cuando el autobús se detuvo y al subir, todos los asientos estaban ocupados y se vio obligado a viajar cuarenta minutos de pie.
Estaba bien con eso, podría ser peor.
Los sábados tenía la suerte de trabajar media jornada, sólo de mañana, por lo que le dejaba gran parte del día para estar con su familia.
Se apuró en saludar a sus compañeros, acomodar su mochila en el depósito que le daban y comenzó con su tarea de inmediato. No tenía un trabajo fijo, también sabría si llamarlo una profesión. Sólo trabajaba para el señor Kang en el pequeño campo que tenía a las afueras de la ciudad.
A veces ayudaba a construir un nuevo depósito, otras ayudaba a controlar las plantaciones, algunas veces se ocupaba del tractor.
Pero no podía llamarse 'granjero', ni de cerca.
Era un simple empleado de alguien más.
El sol comenzaba a alzarse por lo alto y ya comenzaba a dar de lleno al punto que no se encontraba sombra fácilmente. A las dos horas de estar bajo ese intenso sol fue que le dieron un pequeño descanso y él junto al resto de los empleados, compartieron una botella de agua bajo un árbol.
Soohyun fue quien le pasó la bebida.
"Gracias" Taehyung dijo antes de tomar un sorbo y sentir el frescor del agua aliviando la sequedad de su boca.
"Jamás deseé tanto que llegara el invierno" Soohyun comentó secando el sudor de su frente con su antebrazo.
Taehyung pasó la botella.
"Ni yo"
El alfa más grande -Taehyung era el segundo más pequeño del grupo, así que todos eran mayores que él- resopló al mirar hacia el horizonte, el sol colmando cada hectárea y calentando la tierra desolada.
"Cuando llegue el invierno me iré"
Al escuchar las palabras de su sunbae, Taehyung volteó el rostro hacia él.
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MILLION REASONS | taekook
FanfictionJungkook y Taehyung son una pareja de padres jóvenes que harán lo que sea por sus hijos. "Estamos en esto juntos, ¿no?" Taehyung le preguntó besando su mano. "Sí" el omega lo miró a los ojos y le acarició el cabello húmedo, hundiendo los dedos en él...