002

151 13 0
                                    

La operación había sido completada con éxito, nadie nos había visto allí, a excepción de esos dos que terminaron muertos. A pesar de que fué un dolor de cabeza supe lidiar con él en estás últimas 5 misiones que tuvimos, después de la primera.

—Aún no me dijiste tu nombre—dijo Satoru.
—No creo que sea algo necesario para las operaciones, pero si quieres llamarme por un nombre puedes hacerlo por Shadow—contesté.

—Bonito apodo—susurró.
—Gracias, ya lo sabía de todas formas—me encogí de hombros. Oí una risa de su parte.

—Me recuerdas mucho a alguien—murmuró.
—¿Ah?, ¿lo dices en serio?—Cuestioné.

—Si, pero preferiría no hablar del tema—evadió totalmente responder lo que él mismo dijo.

El silencio inundó el lugar. Nos encontrabamos sentados en un sofá de la instalación central, ambos estamos almorzando.

—¿Crees que me pueda adaptar a tí?—Me preguntó mirándome a los ojos. Esta vez no tenía sus lentes circulares negros, por lo que sus ojos celestes cielo se lucían.

—Sin duda alguna lo harás... No suelo decir esto pero confío en que podrás hacerlo—lo miré y traté de sonreír, aunque estoy conciente de que aquello se vió más como una mueca deforme que como una sonrisa.

Nuevamente otra operación se hizo presente. Poco a poco notaba como era menos torpe pero eso no quería decir que ya no lo sea en lo absoluto. Se estaba acostumbrando a mi paso.

—Satoru, tu irás por la izquierda y yo por la derecha, nos encontraremos en la unión de ambos pasillos, recuerda que si te encuentras con alguien no dudes en disparar, todos aquí son delicuentes—mencioné. Él me sonrió y levantó su pulgar, me fue inevitable darle algunas palmadas suaves en su cabello en señal de ánimos. Él asintió y se colocó su casco táctico para a continuación irse por dónde le indiqué.

Rápidamente me aparté y me fuí por mi lado correspondiente, hace mucho no mostraba afecto físico, de hecho, antes detestaba hacerlo.

Me topé con una persona, bueno, más bien un criminal. Me apuntó con su estúpida pistolita y antes de que la accione una bala ya se encontraba impactada en su frente.

Al terminar de revisar todo no encontré absolutamente nada.
Blanco-01, ¿encontraste algo?—Le pregunté a Satoru por medio del Walkie-Tokie, ese era su nombre en clave, irónico que sea albino.

—Negativo, Shadow—contestó con rapidez.
—Captado, vayamos al punto de encuentro—ordené. No volví a escucharlo por lo que me dirigí hacia allí.

Me sorprendió que nadie se encuentre aquí, ni siquiera había alguna pista de aquel barco lleno de sustancias ilegales cuando todo apuntaba a este lugar.

—¿Te encontraste a muchos?—Le pregunté.
—Si, a varios, pero los maté—rió.

—Bien hecho, sigue esforzándote de esa forma y te reconoceré como el más fuerte—halago. Lo cierto es que, según oí por ahí, Satoru se reconocía a si mismo como el más fuerte de la corporación, yo dudaba de aquello, por eso le ofrecí que me lo demostrará.

Hasta ahora estaba muy por debajo de mis habilidades...

—Shadow—me llamó el albino—¿cómo lograste ser tan fuerte?—Preguntó mientras recargaba si arma.

—Supongo que simplemente nací con el talento, no me fué complicado pasar el examen de admisión—contesté restándole importancia.

—Eres realmente increíble—murmuró.
—Claro que lo soy Satoru, aunque tú también lo eres, no tanto comparado a mí, pero si lo eres—contesté sintiendo mis comisuras elevarse.

𝘽𝙧𝙚𝙖𝙨𝙩𝙥𝙡𝙖𝙩𝙚 || Gojo Satoru Donde viven las historias. Descúbrelo ahora