011

70 6 0
                                    

Caminaba con Damian por la base en busca de los novatos. Ya se nos había asignado una misión y debíamos ir lo más rápido que podíamos.

—Gracias Megumi, te encargo a ese engendro—le dije tratando de que mi tono de voz suene más amable. Se lo dejé en brazos y le dí un beso en la frente al bebé.—Nos vemos más tarde.

Salí corriendo de ahí, al llegar a mi habitación me cambié rápido, maldecía el hecho de que todo el equipamiento táctico se encuentre en la otra punta de la base.

Volví a correr, pero ahora con un destino marcado, en cuestión de algunos minutos ya había llegado a la armería. Me coloqué el chaleco antibalas y colgué el rifle en mi cintura, y otra vez a trotar. Mientras me movía llevaba el casco, el cuál no llegué a ponerme.

Eventualmente llegué a la zona de helicópteros y subí al asignado.
—Lamento la tardanza—le dije al piloto, gracias a mi nos atrasamos cinco minutos y yo detestaba llegar tarde.

Satoru había llegado a la hora estimada, solo porque no tuvo que buscar a Megumi por toda la maldita base.

La operación ya había comenzado. Detestaba cuando no me daban toda información, pero había veces que carecía.

Nuevamente entramos a una instalación de narcotráfico, pero no era cualquier cartel, era New Century.

Corríamos por los pasillos pero nos topamos con una pared que dejó un nudo en mi garganta. Allí estaba el logo de New Century y Empire juntos. Los dos carteles narcos más poderosos de este estado se habían aliado.

Tomé bruscamente el brazo de Satoru y nos metimos a una habitación.
—Escúchame bien, estamos en la maldita boca del lobo y solo bastará un paso en falso para que nos asesinen—solté sin pudor.

—¿Que plan tienes entonces?—Preguntó.
—No hay plan... Maldición Satoru, no tengo ningún maldito plan porque no sabía que la situación era tan complicada...

—Teníamos que venir a exterminar esta instalación para debilitar el cartel, pero ahora no son solo ellos sino que también está la gente del cartel más sanguinario de este país—suspiré frustada—debemos actuar y solo hay una manera de hacerlo y salir vivos.

Las órdenes eran claras. Exterminar esta instalación con mercancía y personal incluído, teníamos el permiso del coronel para asesinar a todos y no hacía falta incautar los objetos ilegales.

—Debemos explotar todo—sugerí—es la única manera, pero aún así es arriesgado. Tenemos que infiltrarnos sin causar revuelo y colocar bombas a control remoto.

—¿Y de dónde sacaremos todo eso?—Preguntó.
—Al parecer no me conoces del todo, Satoru—abrí mi mochila dejando ver todos los explosivos dentro—fíjate, en la tuya también hay, me encargué que las preparen de esa forma

—Cada día me sorprendes más—resopló.

—Debes ser precavido... Haz crecido mucho como soldado desde la primera operando que tuvimos... Sin duda tienes un futuro prometedor, no dudo en que con algunos años más te convertirás en el más fuerte de todos. Usa todos los conocimientos adquiridos en este tiempo y proyectalos aquí para que no mueras...—Inserté mi mirada en sus ojos—no te preocupes, yo accionaré todo cuando ambos estemos afuera.

—Gracias—susurró. Le dejé uno de los planos que tenía de la instalación y estaba dispuesta a irme—Shadow, espera—espetó, inmediatamente me frené y lo miré con la intención de decir algo pero tomó mi brazo y me estrelló contra su cuerpo formando un abrazo—gracias, de verdad, muchas gracias—Murmuró cerca de mi oreja. Su aliento cálido me hizo cosquillas, robándome así una sonrisa suave.

𝘽𝙧𝙚𝙖𝙨𝙩𝙥𝙡𝙖𝙩𝙚 || Gojo Satoru Donde viven las historias. Descúbrelo ahora