-Padre- dije en voz baja mientras les servía la comida a él y a katrina.
-Te eh dicho que no me llames así Laila- contesta poniéndose de pie.
-¿Amor?- dice Katrina tomando su brazo -¿Dónde vas?- pregunta.
-lejos de ella- responde lanzándome una mirada aterradora.
Deje el plato en la mesa y baje la mirada.
-Disculpa, ya me retiro- dije en voz baja, pase entre ellos y corrí hacia mi habitación.
¿Ya no me duele? No, si me duele.
Intento ser fuerte y no puedo, no puedo más con esto, aun faltan 11 meses para cumplir 18. ¿Y que si cumplo 18?, cierto no puedo hacer nada sola.
Entre a mi habitación, cerré mi puerta con llave, me recargue en la puerta y me deje caer en el suelo, mi cabello tapaba mi rostro, la camisa gris con un estampando de un panda al frente, cubría el short, causando que pareciera que solo tenía esa camisa puesta.
Recargo mi frente en mis piernas.
"Doy lastima ¿no es así?" "si, siempre lo has dado".
Siempre peleo contra mi misma y mi conciencia.
Grito con desesperación, me pongo de pie, me acerco a mi closet comienzo a sacar todo con fuerza y odio, una vez deje el closet vacio, me hinque frente a el, mis ojos están llenos de lagrimas, las estoy conteniendo, no quiero llorar.
Me meto al closet, cierro las puertas, está oscuro, no veo nada, sonrió.
Me hago bolita en ese pequeño espacio. No tengo problema con los espacios pequeños, no mido más de 1.66 mi estatura pequeña me trae problemas, no se defender, no tengo fuerza, parezco inofensiva y abusan de mi. Aprieto mis uñas en mis brazos. Odio tener que soportar todo esto. -Mama- susurre en llanto.
Pasaron las horas y yo seguía dentro de mi closet, sin hacer nada, sin llorar ni pensar nada, solo estaba ahí, huyendo, escondiéndome.
-No deberías esconderte más ahí, podrías quedarte sin aire-.
Me sobre salte al oír aquellas palabras. Algo se recarga en las puertas desde afuera, sin decir nada espere a que hablara.
-¿te preguntaras como eh entrado?-.
Asentí con la cabeza. Aun sabiendo que no podía verme sabía muy bien que sabría mi respuesta.
-La ventana, la dejaste abierta- suspira -deberías tener cuidado con eso Enana- ríe.
¿Enana? Bufe.
-¿Qué ah pasado?- pregunta -ya veo, no vas a hablar-.
Negué con la cabeza. Nuevamente me sentí torpe respondiendo.
-¿quieres salir de ahí?- pregunta.
Suspire, abrí una de las puertas del closet, me quede ahí dentro, mirando a Jean y a Nick.
-Veo que si querías salir- dice Jean acercándose a mí.
-Cualquiera quisiera estar afuera Idiota- responde Nick levantándose de mi cama -Trajimos comida- Sonríe.
Asentí con la cabeza y Salí del closet, cuando acomode mi camisa y mire a mi habitación, mis mejillas se sonrojaron rápidamente, corrí con velocidad tomando toda mi ropa y adentrándola al closet.
Cerré la puerta del closet, doy un ligero suspiro y miro a los chicos, quienes evitaban reír de aquel comportamiento mío.
Seguido a eso, nos acomodamos en el suelo y comenzamos a comer de lo que habían traído, ellos reían y hacían bromas entre sí, yo solo observaba, en ocasiones Nick me miraba de reojo, eso me hacia sonrojar.
-Creo que ya deben irse- dije en voz baja mirando por mi ventana.
Ya está oscuro, ya ah pasado mucho, debo bajar a hacer la cena para ellos, regrese mi mirada a ellos quienes estaba confundidos.
-¿Qué pasa?- pregunte un tanto penosa.
-¿Nos está corriendo?- pregunta Jean haciendo una mueca de ofendido.
-Yo veo que si- responde Nick haciendo la misma mueca.
Una pequeña risa se escapo, no pude evitarlo, se veían muy tontos haciendo eso.
Negué con la cabeza y después sonreí -Debo hacerles la cena-.
-bien- dice Nick rejuntando las cosas.
-Deja, ya rejuntare yo-.
-Estás loca Laila, hemos entrado sin permiso y hemos hecho desorden- dice Jean imitando las acciones de Nick.
-Enserio, ya limpio yo- dije en voz baja, enredando mis manos en mi cabello.
NICK:
Maldita sea. Se ve jodidamente bien en esa forma. Esa expresión inocente, jugando con su cabello, sus mejillas sonrojadas de lo avergonzada. Se ve jodidamente bien, sin duda es Hermosa.
-Tranquila no pasa nada- dije terminando de juntar las cosas.
-Nick- dice Jean en un tono serio.
-¿sí?- pregunto alzando una ceja.
-Alguien está viendo tu auto- dice asomándose cuidadosamente a la ventana -No puedo reconocer quien es- dice en voz baja.
-¿Cómo?- dije caminando a la ventana.
Me detuve frente a ella al ver a un sujeto rodeando mi coche.
-Carajo- dije en voz baja.
Me asomo a la ventana justo al momento de gritar una delicada mano toma mi brazo, volteo a ver a Laila, quien tenía una mano en mi brazo, y una expresión de preocupación, ella negaba con su cabeza.
Suspire, y la abrace -Debo ir a ver quién es y que quiere con mi coche-.
La dejo a un lado y salgo por la ventana.
-OYE TU- grito corriendo a mi coche.
El sujeto no dudo en salir corriendo, en ningún momento volteo a verme, simplemente huyo.
Cuando llegue a mi auto, comencé a maldecir, lo rayaron, garabatos.
Comencé a patear la llanta y a maldecir cada cosa que podía.
-No tuvieron que haber visto eso- dice Laila tapándose la boca.
-¿Qué dices?- pregunto Jean alborotando su cabello.
-Eso dice los garabatos...- contesta Laila dando pasos atrás.
Miro confuso a los garabatos, doy pasos atras y ahora entiendo el mensaje, es verdad "no tuvieron que haber visto eso" ¿se refiere a Mayra?, miro de reojo a Laila quien esta temblando, supongo que ella pienso lo que yo, hago mis puños mis mano y golpeo el auto.
-Nadie va a Amenazarme- dije en voz baja.
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Prometelo
Teen FictionSoy Laila, una chica de 17 años. Mi vida se volvió complicada desde el nuevo matrimonio de mi padre. Perdí todo en mi pasado, junto con mi madre. vivo en las montañas, en un pequeño pueblo. Jean, un chico de 18 años. Quien entra a mi curso, con gran...