-Laila- dice Nick con un tono serio -Bien sabes que no puedes dormir una noche fuera de tu casa- suspira -después no te dejarían volver-.
Aparte la mirada de la suya, mire por la ventana -Vámonos- dije en voz quebrada.
Lo sé, suena estúpido, pero solo quiero desaparecer de ese infierno.
Durante el camino, veía a la gente caminando con tranquilidad, sin temor de nada, ¿Cómo se sentirá poder caminar sin temer a tu propia vida?, abrí la ventana dejando que el viento entrara por aquella ventana, alborotando mi cabello y rompiendo el silencio entre nosotros.
NICK:
Mis manos están sudando, tengo nervios, ¿será buena idea llevar a laila a un lugar así?, aprieto mis manos al volante, el silencio es incomodo.
Un ruido de la parte de atrás hace que salte del susto, el silencio ah sido interrumpido, miro por el retrovisor, ahí se encuentra laila, con sus ojos cerrados dejando que el viento sople sobre su cabellera negra, no puedo evitar formar una sonrisa al ver a mi querida amiga estar tranquila, aunque perdida en sus pensamientos.
Dirijo mi vista al frente, miro el cielo, está oscuro, y por lo poco que veo, creo que lloverá. Suspiro.
-¿Qué sucede?- pregunta Laila desde atrás.
-Creo que va a llover- respondo acelerando un poco -Si llega la lluvia tendremos que parar en otro lado, no quiero salir a carretera con lluvia-.
-Podemos llegar a mi cabaña- dice Jean sacando su móvil.
Miro de reojo a los retrovisores, bien las calles están solas, acelero solo un poco más.
Pasan pocos minutos antes de oír un grito de Laila, piso el freno de golpe, Jean se inclina hacia el vidrio pero detiene el golpe con sus brazos, miro atrás con prisas, veo a Laila temblando, ¿Qué coño pasa?.
-Laila- digo en voz baja intentando tomar su mano para tranquilizarla.
Ella solo dice que no, tiene una mirada horrible, nunca había visto esa expresión, tuvo que haber visto algo para estar así.
-Laila- digo nuevamente.
-No, no, no- comienza a susurrarse a ella misma.
Me desabrocho el cinturón, miro a Jean quien tiene la vista puesta en Laila, estaciono el Auto a la vuelta de este parque, me giro a ver a Laila, quien tiene su rostro tapado y sigue temblando, me preocupa.
-¿Qué viste?- pregunto Jean.
Lo miro de reojo, ¿piensa lo mismo que yo?.
-Repito, ¿Qué viste?- dice Jean con un tono Agresivo.
-Calma Hermano, no hace falta gritarle- digo bajando del Auto.
Me recargo en la puerta, paso mi mano por mi rostro, suspiro, miro por ambos lados de la calle.
Esta oscuro, la única luz es la de mi auto, estamos un poco lejos del pueblo, cuando mucho estamos a media hora de él, ¿ahora qué hago?.
Abro la puerta de Laila, estiro mi mano para que ella la tome y salga a tomar aire, una vez de pie, me abraza, rodeando mi espalda con sus delicados brazos.
Correspondo a su pequeño abrazo, acariciando su cabello negro.
-Estaba Muerta- murmura.
-¿Qué?- pregunto apartándola de mi -¿Quién esta muerta?-.
Retiro algunos cabellos que estorbaban en su vista, esperando una respuesta de su parte.
-Una chica de nuestra Clase- dice Jean soltando el Humo que había acumulado en su boca.
¿Una chica de nuestra clase muerta lejos del pueblo?.
-Mayra- dice Laila limpiando sus lágrimas.
-Han de haber visto mal- digo un poco nervioso -¿Cómo muerta?-.
¿Mayra? Es la presidenta del Consejo Estudiantil del Instituto, nadie querría hacerle daño.
Mis manos empiezan a sudar de los nervios, miro Jean quien el accede, en ese momento supe que el entiendo la mirada que le di.
LAILA:
Mi cuerpo esta tenso, lo siento pesado, no puedo dejar de temblar, pensé que había sido una alucinación hasta que Jean demuestra lo que yo vi.
La Imagen del cuerpo de Mayra semidesnudo aventando entre los matorrales me causo nauseas, tape mi boca y corrí lejos del auto, me hinque al suelo aun con mis manos en la boca, las ganas de vomitar se han ido, miro mis manos, están sudando y están temblorosas, ¿Quién sería capaz de dañar a Mayra?.
Entre todos mis pensamientos volteo atrás, la única luz es del Auto de Nick, ¿tanto me aleje?, me pongo de pie y justo cuando iba a caminar hacia ellos, escucho un ruido entre los matorrales, mi cuerpo se paralizo, ¿el asesino?.
Mi cuerpo comienza a temblar, me agacho nuevamente y cubro mi cabeza con mis manos, como si supiera que algo me atacaría, mi respiración se vuelve inestable, no puedo gritar, tengo un nudo en la garganta.
Los ruidos comienzan ah hacerse más cercanos y más rápidos, tengo miedo, no quiero acabar como ella, aun no.
Cierro mis ojos con fuerza, pensando tantas cosas que no note el momento cuando una mano toma mis manos, abro mis ojos de golpe y grito, me arrastro hacia atrás, es Jean.
El viento sopla y su cabello se mueve, sus ojos están fijos a mí, se pone de pie, estira su mano para que pudiera tomarla, accedo a eso.
Una vez de pie, miro para atrás, un conejo blanco sale de los matorrales, dejo escapar un gran suspiro.
-¿Qué sucede?- pregunta Jean jalándome hacia él.
-Pensé que serías el asesinó- respondí en voz baja.
Jean me regala una sonrisa de lado y me guía hasta el auto de Nick.
-Te dejaremos en tu casa, mejor mañana saldremos- dice Nick prendiendo el auto.
Una vez arrancamos la lluvia se soltó, de ir a una gran velocidad, bajamos a ser más lentos que una tortuga, la lluvia impide la vista hacia afuera, las luces del auto de Nick iluminan al frente de nosotros, el viento sopla cada vez más fuerte, y lo sabemos por todas las cosas que chocan en el auto.
Somos los únicos locos andando en lluvia de regreso al Pueblo.
Más tarde, logramos llegar a mi casa.
-Bueno chica, nos vemos mañana en la entrada del instituto- dice Nick abriendo la puerta para que pudiese salir.
Asentí con la cabeza, di unos pases y me detuve, voltee a verlos y sonreí.
-Gracias chicos- digo en voz baja.
Corro por toda la entrada, una vez en la puerta, saco mi llave y abro la puerta con todo el cuidado del mundo, es casi la 1am, no pueden saber que eh escapado, abrí la puerta, todo está oscuro, doy un ligero suspiro y cierro la puerta.
Paso la sala y el comedor hasta llegar a las escaleras, me quito los zapatos y subo de puntillas, evitando hacer ruido.
Me detengo en el último escalón, mi padre se encuentra parado mirando hacia mí, mi cuerpo se tensa.
-¿Dónde estabas?- grita mi padre dando un paso al frente.
-solo Salí- dije en voz baja.
Di un paso atrás, estando al límite del escalón.
-ES MI CASA- grita cada vez mas -NO PUEDES LLEGAR CADA QUE QUIERAS- levanta una mano.
Cierro mis ojos con fuerza, siento un golpe con fuerza en mi mejilla izquierda, reaccione y me tome del barandal de las escaleras evitando caer atrás, mi mejilla me arde, abro mis ojos llenos de lagrimas.
El está furioso, ¿Qué hice para que me odiara?.
-¿Por qué NO TE DEFIENDES? ¿ESTAS TONTA?- grita nuevamente alzando la mano, recibo otro golpe en la misma mejilla.
Dejo caer mis zapatos, ruedan por las escaleras, mi móvil también cae, paso mi mano por mi mejilla, siento un pequeño ardor en mi labio, paso mis dedos sobre el, me abrí un poco, mire a mi padre quien estaba furioso, el seguía gritándome, doy un paso al frente para subir el escalón, pero al parecer fue un error.
En cuestión de segundos estaba rodando por la escaleras, mi cabeza se golpeaba con cada escalón, no hacía nada por detener cada golpe de mi padre, soy débil, no puedo detenerlo, al caer en el suelo, apenas pude abrir mis ojos, mi padre me miraba con una sonrisa desde arriba, sin bajar a ver cómo me encontraba se retiro a su habitación.
Me senté con mucho esfuerzo, paso mi mano por mi cabeza, gracias a dios no fue nada grave a comparación de otros, me pongo de pie, rejunto mis cosas y me dirijo a mi habitación.
Desnuda frente al espejo, después de un frio baño, mi cuerpo esta moreteado, suspiro.
Paso mis manos por cada morete, duele, ¿Cómo podre ocultarle el ojo morado a Nick?.
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Prometelo
Novela JuvenilSoy Laila, una chica de 17 años. Mi vida se volvió complicada desde el nuevo matrimonio de mi padre. Perdí todo en mi pasado, junto con mi madre. vivo en las montañas, en un pequeño pueblo. Jean, un chico de 18 años. Quien entra a mi curso, con gran...