❞ 𝓟𝓮𝓵𝓾𝓬𝓱𝓮 ❞ || Countryhumans (Alemania Oriental × Rusia)

↝ Cap 04

El reloj marcaba las 6 de la mañana, día lunes, mes de febrero. El ruso se levantó tras caer de la cama, aliviado de haber dejado las revistas en el suelo el día anterior; ya que amortiguaron su cabeza del frio y duro piso de madera.
Por su parte, el alemancito ni se inmuto ante el sonido del golpe o el quejido del eslavo. No pudo dormir hasta altas horas de la madrugada, apenas llevaba unas dos horas durmiendo y el rudo invierno ruso parecía ponerlo a invernar en la suave y caliente cobija que le había dado el mayor antes de dormir.

Cuando al bicolor se le apeteció levantarse del piso, lo primero al ver fue al menor durmiendo. Su primer pensamiento fue de quien era ese niño y que hacía en su cama, pero al poco tiempo recordó que era su "compañero de departamento" y rápidamente cambió su perspectiva a lo lindo que se veía al dormir.
Sin pensarlo dos veces, buscó una vieja cámara Kodak que tenía en lo más alto del closet y tomó una foto muy de cerca a la cara del niño, además de una tipo selfi. Comenzaría a listarse para salir a dar las vueltas y luego revelar las fotos; estaba seguro que el europeo podía cuidarse solo, así que solo le dejó una pequeña nota pegada a la frente.

. . .

Ya casi era mediodía, y si no hubieran sonado unos balazos afuera el alemán todavía ni se hubiera despertado. Lastimosamente se levantó con el el pie izquierdo. Recordando otro suceso traumático con respecto a su padre, se orinó en la cama del miedo, y para su mala suerte, justo llegaba el euroasiático a casa.
Apenas entró, vio al chico en la puerta de la habitación con parte de la camiseta y las medias mojadas, y su cara de vergüenza demostraba que no era agua lo que tenía sus prendas. Pero, a diferencia de lo que pensaba el tricolor iba a ser un castigo, se preocupó de que un niño de su edad (Y como él) todavía hiciera eso.

— Pasó algo? Te sientes bien? —

— E-Es que... Sonó a-algo a-afuera y... me.. me a-asuste... — Se notaba a 3 km de distancia que estaba asustado, ni decirlo era necesario.

— Los balazos de ahorita? Eso es muy normal por aquí, Alemania —

Dejó en el piso las bolsas que tenía en las manos y con empujoncitos en la espalda dirigió a su contrario al baño, con mucha distintiva la única parte totalmente limpia de la casa. Abrió la ducha y dejo llenar la tina.

— Te acostumbraras a ello... A mi también me daba miedo escuchar como se balaceaban hasta a los perros a las 3 de la mañana —

— ... No es eso... —

— Entonces, qué pasa? —

— Y.. Si v-viene mi padre y me d-dispara...? —

Al principio el ruso no sabía que decirle al infante, nunca había tratado con alguien que su padre lo haya amenazado con mandarlo a hablar con San Pedro de un balazo. Siguiendo el consejo de las películas: "La verdad lo puede todo", ya vería si la cagaba o lograba hacer sentir bien al niño finolis.

— Bueno... Es imposible eso, solo que tu padre sea Jesucristo y resucite, pero dudo que lo sea... Aun así, si llegara alguien a hacerte daño, yo te voy a proteger — Y lo tenía que proteger o se las vería feo con su padre.

— M-Mi padre esta muerto...? —

— Si, no sabes que rico se lo agarraron Estados Unidos y mi padre, quedo peor que los judíos en los campos — 

Para él era divertido, su voz decía lo animado que estaba hablando de como mataron al Tercer Reich, hasta ver que no era lo mismo para el chiquillo, quien parecía que en cualquier momento iba a llorar y la cosa se iba a poner peor de lo que ya estaba.
Tomó una buena decisión al quedarse callado después de su comentario, al solo ver que el germánico no hizo nada cuando el invernal empezó a quitarle la ropa se sabía que estaba en shock ante la noticia tan mal dada.

El baño fue incomodo para el eslavo, se sentía mal de haber sido tan hijodeputa con un niño. Incluso pensó en mandarlo con alguna de sus hermanas, pues estaba seguro de que Alemania no le volvería a hablar más. Él no era la persona adecuada para cuidar de alguien así, pero él siempre era la primera opción de su padre cuando de traerse niños se trata.

Luego de una hora y media más o menos, el mayor había terminado de bañar al más bajo y de meter a lavar las sabanas. Se sentó en el sofá, al lado del otro viviente de esa casa, y apoyó su cabeza del respaldar cerrando los ojos.

— Usted es malo conmigo... — Oyó un susurro que si no venía del niño entonces se volvió loco.

Lo volteó a ver, a contrario del otro que se quedo viendo la ventana. Se acercó un poco más a acariñar con suavidad su corto cabello negro.

— No quería ser malo contigo... A veces las personas no sabemos ser empáticas con otras y las lastimamos sin querer, o simplemente no pensamos nuestras palabras o acciones y como repercutirá después... No era mi intención lastimarte, y tampoco pretendo que entiendas ahora porque lo dije de esa forma... Entiendo si estas enojado y no quieres hablarme, al final era tu padre y de seguro lo querías mucho —

Dio un beso en la mejilla del alemán, sacudió su cabello y se fue a guardar las cosas que tenía en las bolsas que había traído; antes, sacando un peluche de zorro de una de ellas y dejándoselo al niño. Un pequeño regalo que vio y le pareció adorable, igual que él.

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Rusia cada día pensando más con la cola😼
Cada vez los capítulos están más largos, los primeros 2 fueron de 700 a 800 palabras, el 3ro de 870 y este de 957 palabras. Y, en el capítulo anterior olvide poner la imagen de arriba😿

Atte: AlagrandelepuseCuca