Especial (+16) de Navidad.

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Pequeño aviso; Contiene momentos subidos algo de tono, para quien no le guste pueda saltarlo (no afectara en nada la lectura). Especial (+16) de Navidad. Disfruten.


Luces de colores vividos alumbraba los alrededores, dando un bello paisaje junto a la nieve. Era normal en esa época, el invierno era la estación favorita de muchos.

Ese día salía temprano de trabajar por ser fechas cercanas a la navidad. Dan poso sus rosados labios entre sus frías manos enguantadas. Suspiro, formando un ligero aire humeante, perdido en su mente.

Su instinto Omega le indicaba de algo que ni él entendía. Últimamente, era de esa manera.

Soltó un chillido cuando una fuerte mano lo agarró por la cintura, tranquilizándose cuando se dio cuenta de que era Dooshik. Ese Alfa siempre lo tomaba de manera desprevenida, nunca le informó que lo iría a buscar.

― ¿Dónde está mi cach-...? -las palabras murieron en sus labios al ser prisioneros del Alfa impaciente de cariño.

―Está con Jaeil, lo tendrá hasta entrada la noche... -contestó al separarse un poco de ese elixir de vida. Aunque eso no evito que lamiera un poco. ― ¿Sabes? Él ya casi tiene tres años... ¿No crees que debemos planear su regalo para cuando los cumpla?

Sin mencionar más, Kang lo tomo por su cintura, cargándolo con delicadeza hasta su auto y dejarlo en el asiento al lado del conductor.

― ¿R-regalo? ¡Espera, aquí no! -gritó al sentirlo meter su mano entre su vestimenta inferior.

―Tranquilo, solo iré preparándote para cuando lleguemos a casa. -dijo con simpleza.

Las mejillas del Omega se tiñeron fuertemente, brillando en rojo. Era un descarado por completo, pero así lo amaba.

―Es peligroso si no prestas atención al frente... –susurró, buscando una solución.

Era un papá Omega y respetable ciudadano ante todo. No podían hacer eso en el auto y menos en movimiento constante, con transeúntes pasando de aquí a allá. Sería impropio de él dejarse llevar por la locura sexual que lo recorría con solo sentir las fuertes feromonas de su compañero.

―Entonces, tú te tocarás, yo conduzco. Será divertido, ¿no? Lo harás hasta que lleguemos a casa.

No obstante, Kang tenía otros planes muy en contra de los del castaño.

Este vio avergonzado al de cabellera oscura. No lo decía en serio, ¿verdad? Eso quería creer, sin embargo, esa sonrisa lobuna con los colmillos salidos y esos ojos llenos de lujuria indicaba que no bromeaba.

Paso saliva por su garganta, pensando un poco.

No era la primera vez que estaban envueltos en situaciones calientes y subidas de tono. Incluso más de una vez tuvieron que dejar a su pequeño con Seunghyun, un beta cercano a la familia, para poder satisfacerse, pero nunca lo hacían fuera de casa, ni mucho menos que solo uno se diera placer así mismo. Eran ambos compartiendo mutuamente amor en su hogar, en su nido.

― ¿Solo hasta casa? -fue su tímida pregunta.

―Claro, a menos que quieras que nos detengamos en algún hotel ya mismo, mi Hyung. –habló sin vergüenza alguna. Él estaba más que dispuesto a pagar todo el hotel si el Omega se lo pedía.

Dan mordió sus labios, ya había tomado una decisión. Nunca se podía negar a nada.

Sus manos fueron desabrochando su pantalón, bajándolos poco a poco hasta que ya no los tenía. Junto a eso, su ropa interior. Dejándolo a la vista su redondo y apetecible trasero.

Soy más que mis cicatrices.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora