Eevee's Cosmic Evolution Quest. (I.A)

Capítulo IX: El Encuentro Helado

Después de resolver el intrincado puzle de las estatuas guardianas en el Caudal Místico, los Guardianes de la Luz avanzaron con cautela hacia el siguiente tramo de la cueva. La energía mágica del lugar los guiaba, revelándoles un paisaje subterráneo lleno de maravillas y misterios.A medida que avanzaban, la luminiscencia de las piedras preciosas en las paredes creció más intensa, iluminando el camino hacia un vasto salón subterráneo. El sonido del agua resonaba en la distancia, indicando la cercanía de otra maravilla natural en el Caudal Místico. Sin embargo, algo más llamó su atención: una figura Pokémon yacía inconsciente en el suelo, rodeada por un suave resplandor helado.

Se acercaron con precaución y descubrieron a una Glaceon, Pokémon tipo Hielo, que parecía haber sufrido algún tipo de altercado. Su pelaje azul hielo brillaba con un fulgor mágico, pero su cuerpo estaba inmóvil. Los Guardianes de la Luz, movidos por la compasión y el deseo de ayudar, examinaron a la Glaceon.

Luna, con sus habilidades psíquicas, percibió que la Glaceon no estaba gravemente herida, pero algo en la cueva había afectado su estado de conciencia. Decidieron cuidadosamente levantar a la Glaceon y llevarla consigo mientras continuaban explorando el Caudal Místico. La decisión de ayudar a esta Pokémon tipo Hielo inconsciente se convertiría en un giro crucial en su viaje.Siguiendo la corriente del Caudal Místico, los Guardianes de la Luz avanzaron con determinación, llevando a la Glaceon en brazos. La cueva se abrió en una serie de galerías mágicas y cámaras iluminadas por la luz mística de las gemas incrustadas en las paredes. La Glaceon, aunque aún inconsciente, parecía estar en paz, como si la energía mágica del lugar la envolviera en una cálida protección.

Finalmente, llegaron a una cámara central donde el Caudal Místico se dividía en múltiples arroyos de agua mágica. Un resplandor suave iluminaba el lugar, creando una atmósfera de serenidad y encanto. Decidieron hacer una pausa, utilizando las bayas y pociones de su inventario para revitalizar a la Glaceon.Mientras cuidaban de la Pokémon tipo Hielo, esta comenzó a recobrar la conciencia. Sus ojos azules se abrieron lentamente, revelando una mirada alerta y curiosa. Se incorporó con un destello de agresividad, mirando a su alrededor con cautela. La Glaceon, a quien decidieron llamar "Glacialia" por la magia helada que la rodeaba, se levantó y se dirigió hacia los Guardianes de la Luz con una mirada desafiante.

—¿Dónde estoy? —inquirió Glacialia, su voz resonando con un tono fuerte y decidido.Luna, con su habilidad para comunicarse con los Pokémon, explicó amablemente la situación. Le contaron sobre el Caudal Místico, el puzle de las estatuas guardianas, y cómo la encontraron inconsciente en la cueva. Glacialia escuchó con atención, evaluando cada palabra con una mezcla de desconfianza y curiosidad.—No necesitaba su ayuda —murmuró Glacialia, pero un destello de agradecimiento parpadeó en sus ojos.A pesar de su actitud testaruda, los Guardianes de la Luz notaron un cambio en la expresión de Glacialia. Algo en su mirada sugería que, bajo la coraza fría, había una Pokémon fuerte y valiente.

Decidieron seguir explorando el Caudal Místico junto con Glacialia. La cueva se ramificaba en múltiples direcciones, cada pasaje llevándolos a nuevas maravillas y desafíos. Glacialia, con su aguda intuición y habilidades tipo Hielo, demostró ser una adición valiosa al equipo. Con su presencia, los Guardianes de la Luz sintieron un aumento de confianza mientras se aventuraban en territorios aún más desconocidos.

A medida que exploraban, Glacialia comenzó a abrirse lentamente. Su actitud testaruda cedió ante la camaradería y el espíritu colaborativo del equipo. Se unió a las conversaciones, compartiendo historias de sus propias travesías y demostrando sus habilidades en batalla. Aunque su exterior frío seguía siendo evidente, los Guardianes de la Luz notaron una chispa de dulzura y lealtad en el corazón de Glacialia.