El otoño estaba presente y las hojas secas que caían de los árboles adornaban todo el paisaje. Era una mañana fresca y como tenían el día libre habían decidido pasar un día tranquilo en la naturaleza.
La pareja se veía y convivía todos los días, sí, pero al estar en las instalaciones de la escuela se veían bastante limitados para darse expresiones de amor, porque ya no se podían engañar: los dos estaban enamorados; aunque, como siempre, parecía una competencia para ver quién se atrevía a soltar esas palabras primero, en este caso cada uno estaba esperando a que el otro fuera el ganador en esta contienda.
Estaban acostados en el piso tomados de la mano, platicando como si nunca se les acabaran los temas de conversación, ambos mirando hacia el cielo que estaba cubierto por nubes grises que apenas permitían un poco el paso de los rayos del sol mañanero. El clima cada día más fresco indicaba que se acercaba el invierno.
—Tengo una sorpresa para ti —mencionó Suguru al tiempo que se ponía de lado para ver mejor a su pareja.
Satoru también se volteó para tenerlo de frente y hasta parecía que se le habían iluminado los ojos, no le importaba qué era la sorpresa, solo le emocionó que Suguru tuviera algo pensado en él.
—¿Puedo saber qué es? —se río, era obvio que si era una sorpresa no le iba a querer decir. Geto sonreía también.
—No creas que no sé que mañana es tu cumpleaños —puso su mano en su mejilla sin dejar de mirarle a los ojos— tengo algo especial para ti, ya tenemos permiso.
Gojo no era de andar comentando sobre su cumpleaños, siempre había pasado desapercibido pero le gustó sentir que Suguru había pensado en eso; se extrañó al escuchar lo del permiso, sin embargo no quiso indagar más para dejar que su pareja lo sorprendiera.
—¿Y si me das un adelanto? —pidió con voz coqueta. Satoru normalmente era el que iniciaba ese tipo de interacciones pero también era el primero en frenar cuando sentía que las cosas se iban a sobrepasar. Desde el fogoso encuentro que habían tenido en su habitación hacía unas semanas se habían visto tentados un par de veces más, pero nunca culminaban el acto hasta el final.
—¿Seguro? —respondió con el mismo tono que él, aunque estando al aire libre no podían hacer nada… ¿o sí?
Geto apenas había tocado la cadera de Satoru sobre la ropa cuando el chico de cabello blanco ya se estaba emocionando. Acercó su cuerpo al de él siguiendo los dos recostados de lado sobre las hojas sueltas y comenzaron a besarse con suavidad. La mano que Suguru tenía en su cadera la aventuró para meterla dentro del delgado suéter que llevaba Satoru, teniendo así contacto con la piel de su abdomen.
Satoru por su parte acariciaba el cuello de su pareja, luego dejó de besar su boca para llevar su rostro a su cuello; al estar ahí lo olfateó con profundidad, logrando así absorber ese olor que le había embriagado desde que lo descubrió.
—Me encanta cómo hueles —siguió recorriendo su cuello con su nariz y luego lo mordió. Sintió que le daban unas enormes ansias y no pudo evitar morder y chupar más fuerte de lo implícitamente aceptado por lo que estaba seguro que iba a quedar una gran marca roja en ese lugar.
Pero a Suguru no le importó en ese momento, lo estaba disfrutando tanto que dejó salir un pequeño gemido al sentir el dolor que le provocó esa mordida, dolor que en segundos se transformó en un placer que se empezó a reflejar en su entrepierna.
—Me dan ganas de comerte —confesó Satoru volviendo a sus labios mientras su mano intrépida intentaba desabrochar el botón de los pantalones de su amante.
—Satoru… no empieces si no vamos a… —su frase fue interrumpida por un gemido que escapó de su boca al sentir cómo el otro metía la mano en su ropa interior y comenzaba a masturbarlo.
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Vacío inconmensurable || Jujutsu Kaisen
Fanfic¿Cómo se sigue viviendo después de que pierdes un pedazo de tu alma? Un vacío inmenso, que duele hasta el infinito... Satoru intenta desenmarañar el cúmulo de emociones que Suguru produjo en su existencia al mismo tiempo que explora una paternidad p...