Gojo llegó al aula esa mañana y fue recibido por todos sus compañeros y el profesor Yaga, Shoko sostenía un pastel que decía “feliz cumpleaños, Satoru” de parte de todos. El de la idea había sido Geto, pese a que él ya le había dado su pastel en la madrugada quería que su pareja supiera que había más personas que lo apreciaban y por eso organizó esa pequeña reunión.
Suguru se acercó al chico y le puso un sombrero de fiesta en forma de cono en la cabeza, para que quedara claro que él era el festejado. Cuando lo tuvo cerca Satoru pudo observar que llevaba un apósito en el cuello simulando que se estaba cubriendo una herida, que en realidad era la marca que su amante le había hecho con su boca el día anterior.
Festejaron todos juntos, comieron pastel y se tomaron muchas fotografías. Suguru amaba ver la sonrisa de Satoru y le alegraba ver que pudiera divertirse con toda la gente que lo apreciaba.
Al finalizar la jornada de clases y entrenamientos Geto se acercó a su pareja que se encontraba platicando con Shoko.
—Lo siento, amiga, pero me lo tengo que robar, aún le falta su sorpresa de cumpleaños —y dicho aquello lo tomó de las manos y se lo llevó. Shoko sonrió divertida, pensando en que seguramente esa sorpresa terminaría en algo sexual… Si por algo traía eso en el cuello, a ella no la engañaban.
Gojo pensaba que lo de anoche y el festejo con sus compañeros ya eran bastante sorpresa, no tenía idea que Suguru le preparaba algo más.
Geto lo dejó frente a su habitación.
—Toma lo que necesites, porque nos vamos en veinte minutos, te voy a llevar a pasar una noche en las aguas termales.
Suguru había rentado una habitación en un hotel tradicional que contaba con onsen privado, había preparado la ocasión con bastante anticipación pues lo que más quería era disfrutar una estancia íntima con su pareja, intimidad que era difícil conseguir en las instalaciones de la escuela que era donde pasaban la mayor parte del tiempo. Se había encargado también de pedir los permisos correspondientes para evitar que fueran molestados durante el resto de ese día y parte del siguiente.
Una hora después ya se encontraban en la habitación del hotel con los yukatas que les habían proporcionado, Satoru no podía con la felicidad de estar con su pareja y ver todo lo que había preparado para él desde el minuto uno de su cumpleaños. Se acercó hacia él y le abrazó por sobre los hombros, rodeando con sus brazos su cuello y tocando su nariz con la punta de la suya.
—Gracias por pensar en hacer todo esto para mí en este día… de verdad nadie antes se había preocupado por hacerme sentir especial en mi cumpleaños —le dijo en voz baja, le daba un poco de pena admitirlo pero quería que Geto tuviera presente lo valiosos que estaban siendo para él todos los detalles que estaba teniendo para hacer que se sintiera importante.
Geto se conmovió con sus palabras. Durante los meses que llevaban saliendo había tenido oportunidad de conocer mucho a Satoru y conocía un poco de cómo había sido su vida durante su infancia y antes de entrar a la escuela de hechicería, pero no imaginaba que incluso en un día tan especial como era su fecha de nacimiento nadie de su familia hubiera podido hacerle ver lo grandioso que era que él estuviera vivo.
—No me agradezcas… tú eres lo más especial para mí hoy y todos los días —besó sus labios suavemente sin dejar de mirarlo a los ojos—, me gustaría haberte podido dar más hoy, pero ya tendremos muchos años para festejar de diferentes maneras —vio la sonrisa en su rostro y volvió a besarlo, besó sus labios, sus mejillas, su nariz, quería llenarlo de besos para que no olvidara lo que significaba en su vida.
En ese momento Satoru tenía el alma llena de alegría.
* * *
Gojo se encontraba solo en la sala, sentado en uno de sus sillones. Después de escuchar lo que Megumi tenía para decirle lo había mandado a su habitación sin decirle nada al respecto. Necesitaba estar solo, tenía que tomar decisiones importantes.
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Vacío inconmensurable || Jujutsu Kaisen
Fiksi Penggemar¿Cómo se sigue viviendo después de que pierdes un pedazo de tu alma? Un vacío inmenso, que duele hasta el infinito... Satoru intenta desenmarañar el cúmulo de emociones que Suguru produjo en su existencia al mismo tiempo que explora una paternidad p...