°•|Capitulo 4|•°

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Marcus:

Estaba sentado en la cama, viendo a la mujer desnuda que dormía tranquilamente a mi lado.
La había conocido en Tinder y parecía que habíamos conectado desde el principio, ella era hermosa, sus rizos eran de oro y su piel blanca como la nieve me deslumbraba, era perfecta, pero sabía que Jeffrey no me dejaría más de un mes con ella, debía empezar a manipularla desde ya, hacerle creer que le contaría a todo el mundo sobre nuestra aventura y...

Saqué mi teléfono y le saque unas fotos de ella desnuda.
Me excite por cada foto que tomaba de su reluciente cuerpo, lo toque un poco, su piel suave me estaba volviendo loco y queria besarla en todas partes. Siento como si mis mejillas se enrojecen, es agradable verla y pensar así, no puedo dejar de recordar lo que pasó anoche.

Vi como habría los ojos y pude volver a ver esas perlas color miel que me miraban aún con lujuria y amor.

-Buenos días
Comenzó la conversación sentándose y besando mis labios con delicadeza.

-buenos días, hermosa.
Tape como pude mi erección al oír sus palabras.

Ella me miró con amor y noto el bulto de la manta y sonrió.

-Parece que quieres volver a jugar.
Bromeó tocando dejando de las mantas y yo jadeé.

Vi como se relamía los labios y cuando fue a quitarme la manta Jeffrey entro a mi habitación interrumpiendo nuestra lujuria.

-José
Me llamó por mi nombre y tape a mi amada con las mantas para que él no le viera.

-¿Puedes esperar un rato?
Intenté taparme.

-No pasa nada, yo ya me iba
Escuché decir a ella agarrando su ropa y poniendosela rápidamente antes de uir avergonzada de mi habitación.

-Bien, ya estamos solos
Escuché decir a Jeffrey.

-Me iba a ganar una mamada de un ángel caído del cielo
Me puse la ropa mientras le miraba con odio.
Me lanzo una carta de publicidad y la agarré rápidamente.

-Vais a cenar en este restaurante.
Le miré confundido.

-¿Y cómo lo pagó?
Pregunté.

-Ya os pague una mesa y comida, denada.
Sentí un pequeño escalofrío, pero no le di tanta importancia y me acerqué a él.

-No sé si quiera que ella muera.
Confesé.

-Ella es hermosa, lo sé.
Me agarró del mentón con fuerza haciéndome bastante daño y jadeé rápidamente.
-Por eso debe morir.

Intenté que me soltará, pero el solo me tiro al suelo fuerte y me grito enojado.
Hace siempre lo mismo que confieso que no quiero seguir con esto, me castiga de una forma horrible, esta vez creo que lo enoje de más y no quiero que me haga lo mismo de la última vez. Él me obligó a que me cortará y se comenzó a tocar mientras lo hacía. Cada día está peor y sé que en algún momento me va a violar, lo tengo claro.

Me saco de mis pensamientos cuando cerró la puerta con fuerza y me dejó tirado en el suelo al merced de mi suerte.

Me levanté notando lágrimas por mis mejillas, odiaba esos momentos que tenía de furia hacia mi, quiero escaparme, mas va a ser imposible. Miré la foto del restaurante y parecía un sitio agradable, vi el menú y tenía cosas bastante deliciosas, cosas que adoraba.
Llame a mi amada para quedar en el restaurante, con esperanzas de que me aceptará y no solo fuera un simple polvo de vez en cuando y si no quería la obligaría.

Estuvimos hablando por un rato y comenzamos ha hacer algo que llaman "sexo telefónico" fue bastante exitante y entretenido de hacer, aunque fuera complicado no me molesto en absoluto, quedamos a la hora que nos reservo Jeffrey y empece a prepararme dando me una ducha.

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