°•|Venganza de amor|•°

°•|Capitulo 1|•°

Lúan:

El jefe tiro enfrente de mi y Allan unas carpetas sin decir nada.

Allan y yo nos miramos confundidos.
Agarré una carpeta y comencé a inspeccionar.

Una sonrisa se dibujó en mi rostro.

–¿Los Enmascarados, eh?– Pregunté con una clara ironía.

–¿No querías está investigación?– Me miró burlón.

–Y la acepto, jefe

–¿Esos no son quienes mataron a tu prometido, Lúan?– Sorprendido me miraba.

Asentí ocultando mi pena y seguía revisando las carpetas.

–Os dejo tranquilos– Salió del despacho y nos dejó a Allan y a mi solos.

–¿Tan rápido?– se sentó a mi lado –¿Tanta desesperación tenías por este caso?– Siguió molestándome con el tema.

–Quiero venganza–No apartaba la mirada de los nuevos casos de sus asesinatos.

–La venganza no es buena– Se acercó bastante a mi, para que apartará mi vista hacia él.

–También quiero justicia, ¿vale?– lo miré y él se acercó más.

–¿No te va a incómodar?

–Me estás incomodando tú a mí– Él sonrió y se alejó un poco.

–¿Qué pistas tenemos?– Le di los casos para que él contestara sus propias preguntas.

Comencé a escribir mis suposiciones cuando rato después termino de léelo todo.

–La más nueva, por así decirlo, es una pelirroja de 29 años, se llama Sara, aún están poniendo los carteles, tenemos visto verde para revisar– Comento dejando las carpetas en la mesa– Avisa a Ana, tenemos un caso– agarro su cigarro y comenzó a fumar.

–Aqui el jefe soy yo, encima, soy inválido– Al escucharme, se levanto y fue directamente a avisar a Ana.

Llegamos a donde ocurrió el asesinato, aún estaban tomando fotos a si que pudimos ver a la perfección la escena del crimen.

–Que horror– Asqueo Ana al ver la sangre en el suelo y la tiza que representaba como habían encontrado el cuerpo.

Yo cuando lo vi, no pude evitar recordar a Damián ahí tirado.
Sacudí mi cabeza.

–¿Pasa algo, jefe?– Golpeó mi espalda Allan.

–Solo un recuerdo
Me acerqué con cuidado a ver más cerca la escena, era horroroso, sangre en el suelo, pedazos de ropa y algunas pertenecías ya puestas en bolsas.

Otro policía se acercó a mí.

–Jefe de policía, ¿quién eres tú?– Era un hombre alto, moreno y de piel oscura, estaba serio y parecía querer intimidarme.

–Jefe del equipo de detectives que va a resolver este caso– Le enseñé mi placa y estrechamos las manos. –Necesito ver el teléfono de esta chica, otro de mi equipo hablará con sus padres y nuestra guarda espaldas investigará a la chica, ¿qué le parece?– Solo asintió y fui con mi equipo.

Les conté mi orden, los dos hicieron caso rápido y fueron a hacer lo que les pedí.

El jefe de policía me entrego el teléfono, lo agarré con mis guantes y empecé a investigar, sabía configurar teléfonos a si que fue fácil acceder a él.

En su registros de llamadas estaba el "112" y otras de sus familiares.

–¿Qué más había en la escena del crimen?– Pregunté sin levantar la vista del teléfono.