°•|Venganza de amor|•°

°•|Capítulo 5|•°

Lúan:

Tras la cena agradable que tuvimos yo y Allan me propuso ir a su casa a tomar la última para poder hablar de nuestras cosas, al principio no quise aceptar, pero me tuvo que convencer.
Cuando salíamos del restaurante pude ver cómo es que seguía Marcus en el restaurante algo que me desconcertó, no quería que Allan sospechase a si que solo seguí nuestro camino.

Entrando a su hogar pude distinguir que puso algo más de decoración que cuando vine la última vez, ya no era tan vacía.

-Has... Redecorado- Exclamé aún viendo unos cuadros donde estaba él en su graduación conmigo.
Me da algo de nostalgia esos momentos de universidad que estuve a su lado.

-Puede ser que haya decidido darme un poco de lujo- Afirmó orgulloso.

-Ya.
Sin ánimos agarré el teléfono para ver la hora

No tarde más de medio segundo para sacar el teléfono que sentí unos brazos rodeando mi cintura, asustado tiré el teléfono y el bastón e intenté liberarme inútilmente, gire sobre mis talones como podía estando frente a frente con Allan el cual tenía una leve sonrisa coqueta y no soltaba el agarré.
Se que estaba un poco borracho, en el restaurante bebió vino, lo cual yo tuve que obvuar.

-Que...¡¿Qué haces?!- Fue lo único que salió de mi boca antes de que se inclinará hacia mí y el terror no se desvaneció, al contrario, creció.

Se escucho de fondo el sonido de mi teléfono sonando lo que consiguió distraer a Allan que se empezó a reír, supongo que de mí.

Él, aún sin soltarme, me dejó con cuidado en el sofá, podría decir que hasta lo hizo con cariño, pero hizo algo que no pensé que fuera hacer.
Agarró mi teléfono y contesto de inmediato.
Intentando agarrar mi bastón para poder arrebatarle el teléfono, escuché a Ana hablar ahí y lo único que pude entender es que me preguntaba si ya había hecho eso.
Mi cuerpo se tenso al escucharla, al mirar a Allan pude notar como sus mejillas se enrojecian.

-¿De qué hablas?- Contestó balbuceando.

Sin darle tiempo a que Ana contestase, agarré mi bastón y nada más levantarme le arrebate el teléfono furioso y asustado.

-Debo hablar con ehm... Ana, ya vuelvo
No le dio tiempo a decir nada, porque fui lo más rápido posible a su baño y cerré con pestillo.
Con la respiración agitada por el esfuerzo de intentar correr, puse el teléfono en mi oreja y escuché risas proveniente de el.

-No pensé que fueras a su casa, ¿qué estaban haciendo para que él me contestara y no tú? Con lo apegado que eres a las llamadas- Su voz se tornaba a burla mientras reía como une idiota.

-Eso no es de tu importancia, casi la cagas, ¿no podías haber llamado mañana?
Escuché un "no" aún con risas y suspiré.
-Ya le hice la grabación- Me recosté en la puerta esperando una respuesta.
Tardo un rato hasta que dejó de reírse.

-¿Qué grabación?-Su pregunta me sorprendió y rápidamente mire los mensajes que tenía con ella y efectivamente, se me olvidó contarle, la cena me distrajo de todo el asunto, mierda...

Rápidamente le conté en una voz baja todo lo que ocurrió en el baño y le pasé la grabación, afirmando que Allan podría estar en peligro, pero que no sabía que le harían.

-Eso si que es una gran putada, tenemos que tenerlo vigilado, ¿ya le contastes?- mi silencio lo decía todo.
-¡Inconsciente! ¿¡Sabes cómo se pondrá al saber qué no le contastes algo sumamente importante!?- Regaño a través del teléfono el cual tuve que alejar de mi oreja para que no me dejara sordo.

-Ya, ya.
Mi respuesta fue clara.

-¿¡Ya!? ¡Le harás daño!

-Ya, ya