Una relación con Shinichiro terminó siendo más fácil de lo que había contemplado en primer lugar. Wakasa se planteó si quizá era porque incluso antes de formalizarse, ya vivían como un matrimonio criando a un bebé.
Wakasa seguía presente en su casa la mayor parte del día y algunas veces en la noche, al igual que antes. Cocinaba para ambos, pero prefería dejarse complacer por Shin y sus habilidades culinarias, al igual que antes. Cuidaba al niño y lo entretenía cuando Shin estaba ocupado, al igual que antes. Realmente no había variado mucho en sus rutinas, solo fueron incluidas muestras de afecto más íntimas como los besos y los largos abrazos muy pegaditos que siempre conllevaban reproches celosos de Manjiro.
Shin era realmente dulce, tanto que ni siquiera estaba seguro de merecerlo.
Todas las noches que se quedó a dormir con él, podía sentir los besos en la frente que le dejaba antes de salir de la cama sigilosamente para no despertarlo, y cuando Wakasa dejaba de fingir que seguía durmiendo se encontraba con el desayuno listo esperándolo.
El alfa era mucho de muestras de amor físicas. Podían estar solo tumbados en el sofá viendo algo al azar en la tele, y él tomaría su mano para plantar un beso en sus nudillos sin ninguna razón. O podría estar solo jugando con Manjiro cuando lo veía pasar con su traje del trabajo manchado y sucio, y con todo el cuidado de no ensuciarlo, se acercara solo para dejarle un beso en la mejilla; Manjiro estaba aprendiendo a gruñir por sí sólo gracias a esos actos repentinos.
Wakasa no había estado acostumbrado a tanta atención. Sus relaciones anteriores se basaron en sexo y compartir droga, así que en al principio no sabía exactamente cómo sobrellevar ésta, pero se esforzó para poner de su parte también; se esforzó por estar bien. Empezó queriendo no verse como un saco de tristeza y melancolía que tarde o temprano empezaría a pesarle a Shinichiro, él se merecía una pareja estable con la cual convivir; así que empezó su proceso de sanación y superación.
Una de las recomendaciones que recibió fue readquirir sus antiguos pasatiempos favoritos, y aunque las peleas en sí tocaban una fibra sensible de él, tampoco dejaba atrás los momentos más emocionantes de su vida en una sala de entrenamiento. Desde hacía un par de meses lo había retomado, aunque su cuerpo aún se sentía algo flojo por los años de abandono; pero Benkei se aseguró de presionarlo al máximo para volver a retomar su ritmo muy pronto. Esto conllevó a diversas alteraciones en su humor y en su físico: un entrenamiento mañanero siempre lo recargaba de energía y positivismo, preparado para rehacer su vida.
Incluso llevaba consigo a Manjiro algunas veces y Benkei le asignaba ejercicios pequeños y fáciles. El niño se concentraba tanto en mover las piernas en intentos alocados de patadas que ambos empezaron a considerar convencer a Shinichiro de entrenarlo genuinamente cuando cumpliera los tres años.
—¡Ya no tienes nada de flexibilidad! Hace falta abrirte las piernas contra la pared.
—Eso sonó muy mal... ¡Tengo alfa, te lo advierto!
Benkei enrojeció al reparar en el doble sentido de su propia frase y Wakasa ahogó una carcajada.
—¡No me refería a eso! —espetó con bochorno, tropezando con sus palabras—. Y ni siquiera es tu alfa aún, solo son novios.
Wakasa alzó las cejas con una mueca indignada mientras sobaba una toalla contra su enrojecida cara, recogiendo el sudor que resbalaba por ella. A un par de metros de ellos, Manjiro daba todo de sí en patear constantemente la almohadilla que habían atado a un nivel lo suficientemente bajo para él, casi rozando el suelo.
—Aún —recalcó—. Ya lo será muy pronto.
Esta vez fue el turno de Benkei para alzar ambas cejas, pero con el desconcierto empañando el resto de su cara.

ESTÁS LEYENDO
Omega Sustituto | ShinWaka
FanfictionWakasa es un omega que acaba de perder a su bebé. Shinichiro es un alfa con un bebé recién nacido, abandonado por su papá omega. El bebé de Shinichiro necesita de Wakasa para sobrevivir y quizá Wakasa necesite de ambos también.