Perdido por ella - Sasusaku | AUSoulmate | [Libro 2: En curso]

Perdido por ella | 6

Con la mirada puesta sobre las esmeraldas más brillantes que jamás había visto, Sasuke caminó hacia el frente torpemente mientras no podía quitar la mirada sin sentirse incómodo. Su corazón parecía que estaba a punto de salirse de su pecho en ese precioso instante y su cuerpo caería, quedando estampado sobre el suelo y evitando el legendaria encuentro que en ese momento creyó que tendría con su alma gemela.

Cualquier cosa era más cómoda en ese momento que seguir caminando hacia en frente bajo la estricta y curiosa mirada de Sakura que, se había sorprendido de encontrarlo allí y entre con alegría y emoción lo llamó para que se acercará hacia ella. Ni en tres años lejos había podido olvidar el agradecimiento que sentía para con él. Sin embargo, había actuado sin pensar al llamarlo y luego entró en cuenta de que no tenía absolutamente nada para decirle. Ella misma había admitido para sí, que no había más sentimientos ni nada guardados más que las gracias y ela nostalgia de sus años en la secundaria junto a él.

A pesar de no haber sido el mejor compañero que digamos.

Cuando observó el cuerpo alto y ancho de él, pudo discernir entre su figuraba actual y la que años atrás había tenido. Al parecer estaba cuidándose mucho más estrictamente, pues el recuerdo de un azabache alto y flaco sin disciplina habitaba en su mente para recordarle como era este antes. Se sentía muy feliz de notar esto en su persona, pues, era alguien bueno que merecía la felicidad y la salud en su vida.

—¡Sasuke! —exclamó alegre cuando esté llegó junto a ella, invitándolo a sentarse mientras intentaba pensar que diablos podía ser un tema de conversación para no quedar en el silencio más incómodo de toda la existencia del planeta tierra. Sakura no paraba de pensar cuan tonta estaba siendo.

—¿Qué tal? —saludó él, intentando ocultar los intensos nervios que lo embargaban— No esperaba verte por aquí, ¿Sasori está por aquí? —cuestionó, felicitándose al instante por haber sido tan hábil para iniciar una plática sin recurrir a tópicos banales.

Sakura al mismo tiempo se sintió agradecida por aquella pregunta tan rápida, relajándose sobre el banco para alivianar la tensión sobre el aire y darle la señal de que podía ubicarse junto a ella en ese momento.

—Oh no, él está descansando. Ya sabes cómo es esta situación, por momentos está demasiado alegre y enérgico y luego la energía se le agota muy rápido... de solo pensar en lo mucho que le debe doler la cabeza al pensar en todas las cosas que han cambiado me comienza a doler a mí —explicó con una sonrisa.

—Me alegra que al menos el esté comenzando a adaptarse... debe ser difícil considerando que ya nada es igual. Antes eras tan pequeña y ahora ya eres una adulta.

Sakura se sorprendió ante aquel comentario, no pudiendo evitar la sonrisa que esbozó al recordar aquel tiempo en el que, ciertamente, todavía no pegaba su estirón a pesar de ya ser del todo una adolescente. En aquel entonces era sumamente pequeña y Sasori había quedado en aquella etapa. No esperaba que Sasuke fuera consciente de este hecho cuando el y ella jamás habían sido cercanos, y no se consideraba capaz de llamar su atención.

—Es verdad, confieso que no lo había pensado. Debe ser un cambio abrupto aunque... el expresa que no siente todo como un corto sueño sino como uno largo entonces, quizás no se sienta tan sinsentido para mí hermano. O al menos eso espero —agregó—. Porque no imagino lo difícil que será sino.

—¿Y que hay de tí? —preguntó sin pensar— ¿es difícil adaptarte de cuenta luego de tres años fuera? imagino que muchas cosas se sienten diferentes para ti también.

—Si te soy sincera... no. Me da mucha nostalgia y por alguna razón tristeza pero, todo se siente sumamente familiar y cómodo. Recuerdo cada detalle. Supongo que es porque no me fui tanto tiempo, tres años pueden pasar muy rápido.

—Supungo —Fue la única respuesta ante aquel comentario. Pues Sasuke, no podía evitar pensar que para él, aquellos tres pasaron habían pasado todo menos rápidos. Pues cada día se sintió como un siglo, un siglo en el que cada segundo se la pasó arrepintiéndose de su mal comportamiento.

—Oh ¿y tú? Veo que estás muy diferente, se te ve muy bien. Por lo que veo entrenas y además estás un poco más alto... los hombres nunca dejan de crecer maldita sea —dijo, provocando la risa del contrario. Sasuke la miró divertido en ese momento.

—Sí aunque bueno, a decir verdad las cosas siguen sintiéndose como un asco.

—Típico de ti.

—Pero se siente bien tener una rutina y un empleo porque quieres hacerlo. Y no sabes cuánto amo el tiramisú casero bajo en calorías —habló dramáticamente mientras llevaba una mano a su pecho, haciéndole gracia a su alma gemela que solo pudo reír en respuesta—. Lo único malo es que estoy en la universidad estudiando economía y siendote sincero, ni siquiera lo elegí yo mismo.

En ese momento su risa paró abruptamente para mirarlo sosprendida.

—¿Cómo? ¿por qué no? tu deberías escoger lo que vas a profesionalizar. Es importante. Vaya...

—No iba a entrar a la universidad pero papá insistió y negarme es como decirle que lo odio o que ya no quiero ser su hijo. Simplemente lo haré y quizás si encuentre que más me gusta lo haga antes de que vuelvan a decirme que hacer.

—Deberias hacerlo —dijo ella, completamente sería, llamando la atención del azabache que la miró entre confundido y curioso—. Eres muy listo, y además eres muy tranquilo probablemente si también usas tu discplina que ahora adquiriste para tener paciencia para algún estudio, te irá sorprendentemente bien. Hazlo, en serio. Me alegraría muchísimo ver qué estás haciendo lo que quieres y eres feliz.

¿Lo que él quería? se quedó pensando en aquella pregunta, sin responderle hasta que un pensamiento fugaz lo hizo sentirse avergonzado.

—Supongo, esperaré a terminar este año y luego vemos cómo estará de ánimos papá —dijo, intentando cerrar el tema.

En ese momento él le dijo que debía marcharse a hacer unas compras antes de que todo estuviera cerrado, dándole un beso en la mejilla que provocó electricidad sobre su piel. Los recuerdos atacaron su mente como armas mortales mientras un único pensamiento habitaba en su mente.

Lo que él quería, era ella.