Emilio y Joaquín son mejores amigos desde que pueden recordar. Se aman, pero ninguno tendrá la valentía suficiente para decirlo.
Adaptación Emiliaco Autorizada.
Inspirada en la película "LOVE, ROSIE".
Todos los créditos son de su autora original @Go...
Joaquín se encontraba sentado frente a sus padres, luego de haberles comentado sus planes para estudiar en Boston.
- ¡No puedes! - habló su madre - es muy lejos...¿Quién lavará tu ropa? ¿Qué comerás?
- Mamá, en Estados Unidos hay comida y estoy seguro que también habrán lavadoras
Su madre continuaba viéndolo casi asustada mientras negaba
- Uberto, habla con él por favor. No puede irse tan lejos.
Su padre miraba desde Joaquín a su esposa en silencio y luego de unos minutos suspiró antes de hablar
- Ven hijo, acompáñame al trabajo y conversamos de camino ¿Bien?
El castaño asintió y salió tras su padre.
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Padre e hijo caminaban del brazo riendo de la reacción escandalizada de su madre.
- Tú llegarás tan lejos Joaquín - dijo su padre mientras acariciaba su brazo y lo soltaba para entrar al hotel dónde trabajaba
Joaquín veía a su padre acomodar su ropa de botones, desde siempre él ha trabajado en el hotel y es por lo mismo que el castaño ansía estudiar todo lo relacionado con el rubro hotelero. Creció escondiéndose en esos pasillos interminables y corriendo en los salones enormes en dónde conversaba con su padre, eran conversaciones eternas dónde el mayor le hablaba de que hubiera amado tener su propio hotel para poder viajar sin preocupaciones de dinero y el castaño le prometía cumplir el sueño de ambos cuándo fuese mayor.
- De verdad quiero hacerlo papá, quiero ir a estudiar a Boston y vivir ésta aventura.
Uberto dejó de acomodar su ropa y miró a su hijo para hablar.
- ¿Sabes cuál era la frase favorita de tu abuela?
Joaquín negó
- No para gente cómo nosotros... Cuándo nos contaste tu plan, fué lo primero que se vino a mi mente. Podía escuchar su voz diciéndolo - tomó su chaqueta y volvió a mirar a su hijo - No quiero esa voz jamás en tu cabeza
Joaquín se levantó de dónde estaba sentado y llegó hasta su padre para acomodarle bien su chaqueta, mientras lo hacía habló.
- Aún quiero tener mi propio hotel, algún día - sonrió - ¿Es muy loco pensar así?
Uberto sonrió en grande
- Hace 18 años que yo improviso contigo Joaquín, finjo estar a cargo...pero eres tú el que siempre ha sabido guiarme a mí por lo determinado que eres...un chico increíble hijo y no hay nada en ésta vida que no puedas hacer si te lo propones.
