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Al siguiente fin de semana, María había pedido llevar a Jack con sus padres por lo que Joaquín decidió que eran días perfectos para sacar todas las cosas que la castaña dejó en su casa.

Cuándo comenzó a limpiar la pequeña habitación que la castaña utilizaba cómo oficina comenzó a sentir rabia. Se sentía realmente estúpido por haber confiado tanto en ella ¿Cuántas veces lo habrá engañado? se preguntaba una y otra vez, cómo fué capaz de no verlo, es decir ...ahora lo piensa y era bastante evidente.

Se siente mal y frustrado, no porque su esposa lo engañara y eso le destrozara el corazón, en realidad sus sentimientos estaban muy alejado de ello, era su ego...al pensar en ello se enojaba consigo mismo porque su matrimonio estaba destruido, lo habían engañado y él sólo sentía afectado su ego ¿Qué tan mal estaba esa farsa de matrimonio?

Pensaba en ello cuándo intentó abrir un cajón que María mantenía con llave, tomó un cuchillo y comenzó a forcejear hasta que lo logró.

Sacó varios papeles sin importancia y los echó a una bolsa de basura, hasta que una carta al final del cajón, escondida incluso si estaba en un lugar con llave llamó su atención.

La tomó con el entrecejo fruncido y vió su nombre, sacó la carta rápidamente y en cuánto leyó las primeras líneas, reconoció la letra.

"Querido Joaquín...."

La leyó sin pausa y con las manos temblando, no podía creer que María había mantenido ésto oculto.

Se levantó con el corazón latiendo a mil por hora, mordía sus labios porque una sonrisa quería escapar de ellos sin poder evitarlo.

Emilio lo amaba.

Salió de la habitación buscando su celular, sus piernas al igual que sus manos temblaban de emoción, por fin tenía la certeza de que Emilip lo amaba... A él. Y mierda, él no había respondido nada.

Bajó las escaleras corriendo y por fin vió su celular en el sillón, lo tomó y marcó el número de Emilio, no hubo respuesta.

— Vamos Emi, contesta — susurró para sí mismo.

Cortó la llamada y entró a WhatsApp viendo que decía Escribiendo sobre el nombre de Emilio y la emoción y nervios se apoderaron de él. Hasta que el mensaje llegó.

¿Qué necesitas?

—  ¿Podemos hablar?  — Escribió Joaquín con el entrecejo fruncido. Emilip jamás había comenzado una conversación de esa forma.

¿Sobre qué?

Joaquín soltó un bufido molesto.

Deja de comportarte extraño Emilio.

Iba a continuar escribiendo, pero una videollamada de Emilio entró, él intentó rápidamente de arreglar su cabello y tomando una bocanada de aire aceptó la llamada.

En cuánto la imagen del celular de Emilio apareció, su rostro casi se desfiguró de la impresión. Ahí, luciendo una radiante sonrisa estaba Polo.

— Polo — dijo casi arrastrando el nombre por su garganta, el rubio sonrió aún más — ¿Que haces ahí, estás en casa de Emilio?

— ¡¡Ahora vivo aquí!! — dijo el rubio luciendo feliz — me mudé hace unos días — miró hacía atrás y volvió a hablar — ¡Mira quién es Mailo Bear!

— ¿Mailo Bear? — preguntó Joaquín casi para sí mismo, su rostro mostraba lo asqueado que estaba con sólo escuchar aquel sobrenombre en los labios de Polo.

Love, Joaquín // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora