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Al día siguiente; Joaquín, Nikolás, Jack y Martín fueron temprano al aeropuerto para volar de regreso. 

Eduardo estaba allí con una radiante sonrisa, despidiendo a Nikolás que sonríe cómo sino hubiera un mañana mientras intercambian números de teléfonos. Joaquín los mira con melancolía y algo de "envidia"

Emilio y Polo también están allí para despedirlos. 

Mientras Emilio se despide de Jack con muchos abrazos.

Polo se acercó a Joaquín con una sonrisa amable. 

— Espero tengan un viaje cómodo y verlos pronto por aquí — dijo con una sonrisa, mientras se acercaba al castaño para darle un abrazo de despedida. 

Joaquín le dió una sonrisa sincera y asintió, aceptando aquel abrazo. 

— Ustedes también pueden viajar ¿Sabes?... Saca a tu esposo del hospital por unos días y vayan a vernos ¿Si? 

Polo lo miraba, cómo si supiera lo que realmente sucedía con Joaquín, cómo si fuese consciente de la tormenta en su mente y en su corazón.  

— Trataré de hacerlo — respondió el rubio sonriendo — quizás cuándo volvamos de la luna de miel podamos planificar eso. 

— Cierto — asintió Joaquín  — espero disfruten mucho su luna de miel. 

Polo asintió e iba a hablar cuándo Emilio llegó a su lado 

— Vé a despedirte de los chicos amor — le pidió con una sonrisa que el rubio correspondió y se alejó. 

Emilio y Joaquín se miraron por unos segundos en completo silencio, sólo admirando la belleza innegable del otro. 

El castaño se encogió de hombros con una sonrisa. 

— Adiós — susurró Emilio  

Joaquín asintió y le dió un abrazo, uno apretado y con el "sabor" amargo de despedida. Soltó una bocanada de aire y se alejó de manera lenta. 

Volvieron a mirarse fijamente, sin sonrisas y sin palabras. 

Polo, que se encontraba junto a Nikolás, no podía despegar su vista de su esposo, él sabe que algo no está bien con Joaquín y Emilio y probablemente no sucede algo que realmente le agrade saber, es por ello que prefiere mirar a la distancia y no hablar del tema con nadie. 

Pero su mirada de celos y confusión no ha pasado desapercibida por Nikolás, quién trata de decir chistes sobre la luna de miel, queriendo de esa forma aplazar lo más posible la despedida de  su mejor amigo con Emilio. 

Cuándo Jack llega una vez más junto a Emilio para abrazarlo por última vez, Joaquín se dá media vuelta, acomoda su bolso y camina sin mirar atrás. 

Cómo ya parece ser una costumbre en él, sus ojos se llenan de lágrimas y su respiración se acelera. Está convencido de que ésta despedida es mucho más que sólo momentánea. 

Sigue caminando, perdiéndose por completo la mirada casi desesperada que le dá Emilio. 

El rizado quiere correr y pedirle que no se vaya, decirle que ya han esperado el tiempo suficiente y que honestamente él no puede estar más tiempo sin él. 

Polo lo mira fijamente, tratando de hacerle notar su poca discreción y lo enfadado que él se encuentra,  pero no tiene sentido, él sabe y en realidad siempre ha sabido que para Emilio siempre estará primero su mejor amigo.










Love, Joaquín // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora