Cap.16

309 34 2
                                    

Narra Esmerlada.

Camine tras Shawn una vez abandono la casa, estaba tranquilo o al menos esa era mi percepción.

Gisele me cubría las espaldas. Para ser sincera conmigo misma ya estaba cansada de todo esto.

Quería acabar con esta mala historia y vivir tranquila con mi esposa, con mi futuro hijo.

—Princesa si vas a seguir a alguien hazlo de más lejos y considera ser menos llamativa—

Se giro para verme y tenía una estupida sonrisa en el rostro, era un idiota.

—Si tanto deseas morir podías haberlo pedido, no era necesario que me siguieras—

—Tú morirás por todo el daño que has causado— amenace —Tocaste a mi madre, a mi esposa.. jamás te lo voy a perdonar—

—Vamos princesa todo es trabajo, no te tomes las cosas tan apecho—

La maldita sonrisa que se pintaba en su rostro me ponía de mal humor.

Lo que hiciste no tiene perdón alguno, tocaste lo más valioso que tengo y ahora llego tu fin—

—Eso debes demostrarlo princesita—

El imbecil comenzó a correr por toda la calle, parecía un fideo mal cocido al correr.

Me subí al auto que estaba estacionado casi a dos metros y lo seguí de cerca.
Toreto se quedó pequeño a mi lado, pues al tenerlo en la mira acelere y lo arrolle despiadadamente.

Su cuerpo voló al ser golpeado y escuche una leve queja de parte de él. Estacione el auto y me baje.

Espero al menos haber roto una costilla— me acerque al notar que se pondría de pie y lance una patada en su rostro, sentir la carne de su piel contra el cuero de mi bota me hizo sentir bien. —Ahora te comieron la lengua los ratones— bromee al notar algo de sangre brotar de su labio —Quédate en el piso, es mi consejo—

Solté una segunda patada, esta vez directo a su abdomen. Se retorcio de dolor, deseaba sacarle las tripas por lo que había hecho.

Lastimar a mi esposa.
Lastimar a mi madre.

Jamás se lo perdonaría.

Me acerque y lo tome del cabello, hice que me mirara y lo azote con mi arma —Detesto a la gente como tú, creen que pueden joder la felicidad de los demás y salir ilesos— solté otra patada haciendo que se retorciera de dolor en el asfalto de la calle

Mi sangre estaba ardiendo en cólera.
Detestaba que mi familia pasara por estas cosas.

Quédate en el piso— ordene pero se levantó como un burro que disfruta del maltrato.

Se acercó y lanzó dos golpes torpes los cuales pude esquivar sin problema. Trato de golpear mi vientre pero me aparte y golpee su parte baja.

Sintió dolor, le había dado en la bolas. Una sonrisa escapo de mis labios.

Quédate en el piso— volvi a ordenar y no obedeció

Se levantó de golpe y saco el arma, lanzó dos disparos sin precisión y me aparte velozmente.

Logro correr unos metros.
Corrí detrás de el como una leona ambrienta.

Nos veremos en el infierno— montada sobre de el comencé a golpearlo una y otra vez sintiendo como la sangre salpicaba mi ropa.

Mi hija 3, la última cruzada. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora