Cap. 19

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Narra Lauren.

Lleve a mi mujer a la oficina de Guillermo, se que por mi culpa había pasado varios momentos de tensión y quería poder consentirla de alguna manera.

Poder verla y estar con ella eran cosas que me hacían sonreír. Saber que estaba bien apesar de todo.

–¿Qué sucede amor?—

—Quisiera proponerte vivir nuestra última cruzada, se que después tendremos muchas cosas que hacer, así que quisiera que tu y yo nos escaparamos al menos unas horas y disfrutar.. ¿te gustaría?—

—Amor ya no somos unas niñas y menos para escaparnos, tenemos que volver a casa y ver a los niños—

Me acerque y la tome de la cintura –acepta mi propuesta, deseo estar contigo— inclinandome hacia ella bese su cuello —Acepta

Sentí como entrelazo sus manos con las mías —Aceptaría ir al fin del mundo si es contigo Lauren—

Bese sus labios suavemente, el sabor dulce que podía sentir con tan solo besarla. —Solo debemos avisarle a Ally y a nuestra hija para que no se preocupen—

—Me parece perfecto—

—Camz esta noche encontrare el cielo, en tus besos—

—Cuando me hablas de esa forma siento que mi cuerpo se desespera, causas demasido en mi Lauren—

Pude notar un sonrojo en sus mejillas y esa manía excesiva que tiene de morderse los labios cuando algo le gusta.

Mande un mensaje a mi hija y a Ally informándoles que saldríamos unas horas. Tome la mano de mi querida Camila y salimos fuera de la oficina.

Ambas simplemente nos queríamos ir, era algo que disfrutábamos. El poder estar juntas.

—¡Vaya! Que bueno que ambas se encuentran bien—

Era Gisele.
Vaya mal momento para que se nos atraviese.

Se que a mi esposa no le cae nada bien y su razón tiene a decir verdad.

—Es una alegría que te encuentres bien Lauren—

Podía sentir la mirada de Gisele sobre mi, pero más podía sentir la mirada de Camila sobre ella.

—Mi esposa se encuentra mejor, no te tienes que preocupar por ella ya que para eso me tiene a mi. Sin embargo agradezco que hayas ayudado a mi hija—

—Fue bueno poder ayudar, ojitos lindos necesitaba apoyo así que no dude en absoluto poder estar a su disposición y verla feliz claro esta—

Sabía que mi esposa estaba molesta, tenia una vena salida en el brazo, justo como cuando se molestaba.

—Primero que nada Gisele deja de llamar a mi hija "ojitos lindos" es una mujer casada y prohibida en todos los sentidos—

Trague grueso al escuchar a mi esposa.

Segundo te pagaré por la ayuda brindada, no quiero deber nada a nadie—

—Camila no tienes porque estar a la defensiva, soy tu amiga. Además siento un especial cariño por tu esposa y tu hija es maravillosa, se nota que la has criado muy bien—

—Gisele es obvio, es mi hija. Tiene mis genes después de todo—

Sentí como Camila me apretó la mano, estaba caliente y no precisamente por excitacion.

Mi hija 3, la última cruzada. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora